Toshiba abre la caja de Pandora

Comienza otra batalla en la guerra que libran Toshiba y Sony por definir el formato que alimente a la próxima generación de reproductores DVD. Toshiba invita a los chinos a fabricar masivamente aparatos con su tecnología ( HD-DVD) como estándar.

2 noviembre, 2005

Hasta ahora había sido tabú en Japón la estrategia de cortejar a los fabricantes chinos. Sony y Panasonic vienen demorando desde hace bastante la transición de sus tecnologías hacia commodities baratos. La decisión de Toshiba podría tener importantes ramificaciones en esta carrera donde como premio hay millones de millones de dólares provenientes de la próxima generación de tecnología de DVD, que promete mejores imágenes y sonido.

Toshiba y Sony vienen peleando sobre cuál será la tecnología que se convierta en el estándar. La pelea es importante para Sony, cuyo formato Betamax era de superior calidad pero perdió la batalla y no se convirtió en el estándar para los videocassettes.

En este nuevo terreno – el DVD – acaban de fracasar las negociaciones para fusionar ambos formatos, de modo que las partes hacen lobby entre los estudios de Hollywood studios, fabricantes de discos, empresas de computación y de software, y también entre comerciantes minoristas.

Sony y otros que usan una tecnología conocida como Blu-ray ganaron recientes victorias al convencer a más estudios que acepten películas en su formato. Sony planea también incluir tecnología Blu-ray en sus consolas de juego PlayStation 3 cuando salgan a la venta en la próxima primavera boreal. Eso, de hecho, convertirá a las consolas en reproductores de DVD con Blu-ray.
Para cortarle el paso a Sony, Toshiba llegó a un acuerdo con los fabricantes chinos. Les pone su tecnología a disposición para poner en los comercios reproductores HD-DVD más baratos que los de las demás compañías.

Se trata de una maniobra similar a la que usó Panasonic para ganarle a las máquinas Betamax de Sony, cuando peleaban por el estándar para videocassetteras. Toshiba sabe, además, que los reproductores de DVD se convirtieron en un elemento de mercado masivo en Estados Unidos cuando llegaron de China modelos baratos y llenaron las estanterías de cadenas minoristas como Wal Mart.

Invitar a los chinos a bajar los precios es arriesgado. Toshiba fabrica reproductores DVD, de modo que las máquinas chinas podrían venderse a menos precio que los reproductores Toshiba.

Sony y el grupo Blu-ray, en cambio, están vendiendo la licencia de su tecnología en forma más selectiva. Se cree que justamente para impedir que los fabricantes baratos – como los chinos – hagan bajar el precio de las máquinas Blu-ray cuando salgan a la vente el año próximo.

Las estrategias contrastantes subrayan las difíciles decisiones que deben tomar los fabricantes electrónicos japoneses a medida que crece la fabricación en China. O mantienen sus tecnologías alejadas de los chinos, o se las licencian y ganan dinero con las regalías. En una palabra, deben decidir abrirse o cerrarse.

Hasta ahora había sido tabú en Japón la estrategia de cortejar a los fabricantes chinos. Sony y Panasonic vienen demorando desde hace bastante la transición de sus tecnologías hacia commodities baratos. La decisión de Toshiba podría tener importantes ramificaciones en esta carrera donde como premio hay millones de millones de dólares provenientes de la próxima generación de tecnología de DVD, que promete mejores imágenes y sonido.

Toshiba y Sony vienen peleando sobre cuál será la tecnología que se convierta en el estándar. La pelea es importante para Sony, cuyo formato Betamax era de superior calidad pero perdió la batalla y no se convirtió en el estándar para los videocassettes.

En este nuevo terreno – el DVD – acaban de fracasar las negociaciones para fusionar ambos formatos, de modo que las partes hacen lobby entre los estudios de Hollywood studios, fabricantes de discos, empresas de computación y de software, y también entre comerciantes minoristas.

Sony y otros que usan una tecnología conocida como Blu-ray ganaron recientes victorias al convencer a más estudios que acepten películas en su formato. Sony planea también incluir tecnología Blu-ray en sus consolas de juego PlayStation 3 cuando salgan a la venta en la próxima primavera boreal. Eso, de hecho, convertirá a las consolas en reproductores de DVD con Blu-ray.
Para cortarle el paso a Sony, Toshiba llegó a un acuerdo con los fabricantes chinos. Les pone su tecnología a disposición para poner en los comercios reproductores HD-DVD más baratos que los de las demás compañías.

Se trata de una maniobra similar a la que usó Panasonic para ganarle a las máquinas Betamax de Sony, cuando peleaban por el estándar para videocassetteras. Toshiba sabe, además, que los reproductores de DVD se convirtieron en un elemento de mercado masivo en Estados Unidos cuando llegaron de China modelos baratos y llenaron las estanterías de cadenas minoristas como Wal Mart.

Invitar a los chinos a bajar los precios es arriesgado. Toshiba fabrica reproductores DVD, de modo que las máquinas chinas podrían venderse a menos precio que los reproductores Toshiba.

Sony y el grupo Blu-ray, en cambio, están vendiendo la licencia de su tecnología en forma más selectiva. Se cree que justamente para impedir que los fabricantes baratos – como los chinos – hagan bajar el precio de las máquinas Blu-ray cuando salgan a la vente el año próximo.

Las estrategias contrastantes subrayan las difíciles decisiones que deben tomar los fabricantes electrónicos japoneses a medida que crece la fabricación en China. O mantienen sus tecnologías alejadas de los chinos, o se las licencian y ganan dinero con las regalías. En una palabra, deben decidir abrirse o cerrarse.

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