<p>Tras repasar la historia de sismos, tsunami y maremotos en las costas orientales de Honshu –la mayor isla del archipiélago-, los trabajos concluyeron que el deslizamiento de la placa norpacífica bajo la japonesa acumula nuevas presiones a 250 kilómetros de Sendai y Fukushima.<br />
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Concretamente, la zona en peligro alcanza Tokio y un territorio donde viven 35 millones de personas. Terremoto a terremoto, durante siglos abundaban movimientos generalmente al norte, pues la placa norpacífica se hundía bajo la que sostiene a Japón. Ahora, señalan expertos del instituto tecnológico de Pasadena (California), “existen probabilidades de un sismo tan grave como el del 11 de marzo. Pero mucho más cerca de Tokio".<br />
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Recién ahora empiezan a conocerse los efectos reales de un sismo-tsunami (tohoku-oki) de magnitud 8.9 en la escala Richter y más de 1.400 secuelas; entre ellas, una de 7.3 (sin maremoto). Literalmente, la zona estuvo temblando durante cuatro semanas.<br />
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Según describen ese estudio y dos de origen nipón, el sismo “despertó” un instante, luego hubo tres segundos de calma y, por fin, descargó toda la furia en cuarenta segundos. En ese breve lapso, desplazó más de treinta metros la placa norpacífica bajo la japonesa y la isla de Honshu se corrió al oeste.<br />
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Durante los siguientes diez segundos, el movimiento inverso (reacción) hizo elevarse la placa y provocó un tsunami que mató 20.000 personas. Eventualmente, esa misma secuencia puede repetirse cerca de Tokio y Yokohama.<br />
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Se teme que el próximo sismo castigue a Tokio
Tres estudios casi simultáneos analizan los efectos de los terremotos y sus secuelas, mal llamadas réplicas. Coinciden en un punto: se intensifican las presiones subterráneas próximas a Mito y Chiba, al noreste y el este de la capital .