Un equipo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha creado unos músculos microscópicos de hidrogel capaces de manipular y estimular mecánicamente el tejido biológico. Se trata de robots blandos biocompatibles que se podrían usar para terapias dirigidas y ayudar a diagnosticar e impedir enfermedades.
Estos mini robots se activan con rayos láser. Pueden llevar consigo chips de microfluidos, para realizar pruebas de estimulación química y mecánica de tejidos. Los tejidos humanos experimentan una serie de estímulos mecánicos que pueden afectar su capacidad para realizar sus funciones fisiológicas, como proteger los órganos de lesiones. La aplicación controlada de estímulos a los tejidos vivos ha demostrado ser un instrumento para estudiar las condiciones que provocan ciertas enfermedades.
Selman Sakar, el director del equipo, ha desarrollado micromáquinas capaces es estimular células y microtejidos. Esas herramientas que tienen músculos artificiales del tamaño de una célula pueden realizar tareas complicadas de manipulación a escala microscópica.
Como ladrillos de Lego
Losd científicos dieron con esta idea luego de observar el sistema locomotor en acción. El sistema creado implica ensamblar varios componentes de hidrogel – como si fueran ladrillitos de Lego — para formar un esqueleto y luego crear conexiones de polímeros sismilares a tendones entre el esqueleto y los activadores. Al combinar los ladrillos con los activadores de diferentes formas, los científicos crean una colección de micromáquinas complicadas. Con este método, explica Berna Ozkale, el autor principal del estudio, es posible activar múltiples microactivadores en lugares específicos.
Esta tecnología promete aplicaciones prácticas. Por ejemplo, los médicos podrían usar estos dispositivos como diminutos implantes para estimular tejidos o activar mecanismos para la inoculación on demand de agentes biológicos.