Problemas en Silicon Valley

Por primera vez aparecen señales de que la actual crisis económica se hace sentir en la cuna de la tecnología e innovación del país.

9 abril, 2008

Menos crecimiento del empleo, las compañías start up contratan y
gastan con más cuidado y aquellos inversores “ángeles”
(los que ayudan con dinero las primeras etapas de vida de una compañía)
que financian y asesoran a las start- up, se vuelven más cautelosos.

La mayoría de los inversionistas, emprendedores o innovadores que crean
empresas en el Valle lo hacen con idea de venderlas o lanzarlas a la cotización
pública, que se la gran oportunidad de enriquecimiento que solía
abundar por esa zona. Sin embargo, el pesimismo que se expande en los mercados
financieros y en el clima comercial parece haber contagiado los ánimos
en la zona tecnológica.

También se han reducido notablemente las operaciones de compra de empresas
start-up por parte de corporaciones grandes. Microsoft hace mucha bulla con sus
esfuerzos por comprar Yahoo, pero más allá de eso las cosas están
bastante quietas. Sólo hubo 56 adquisiciones en los tres primeros meses
del año, contra 83 en el último trimestre del año pasado.

Entonces, en lugar de fundar nuevas empresas, los inversionistas deben destinar
sus fondos a financiar, o incluso salvar, empresas existentes.

La región siente que está a las puertas de un cambio de ánimo.
Por un lado, sus residentes dicen que son afortunados de estar trabajando en un
segmento de la economía y de vivir en una región que fue afectada
mucho menos que otras partes del país. También manifiestan una porfiada
confianza en el inexorable cambio hacia la Internet y en el papel que las empresas
tecnológicas del valle jugarán en esa transición.

Dicen, también, que no están sintiendo ninguna de las duras contrariedades
que siguieron al desplome de las puntocom, que generó pérdida de
empleos, éxido de talento, una caída del mercado inmobiliario y
de la inversión en empresas start up.

Pero después de varias dolorosas recuperaciones a partir del fin de la
burbuja, el Valle nuevamente afronta condiciones difíciles. Las acciones
de Google cayeron 31% este año; las de Apple, 21%. El llamado índice
Nasdaq, un mercado electrónico de acciones con gran énfasis en las
empresas tecnológicas, cayó 11,4% este año.

De las compañías financiadas por capital de riesgo que comenzaron
a cotizar en bolsa el año pasado, sólo 28% puede mostrar acciones
por encima del precio de oferta.

Están llegando nuevas empresas a los mercados de capitales. Upek, una compañía
situada en Emeryville, California, que hace microprocesadores y software usados
para reconocimiento de huellas dactilares, se registró para comenzar a
cotizar en mayo. Luego comenzó a intentar despertar entusiasmo entre los
inversionistas y le iba bastante bien, pero el 4 de marzo retiró su solicitud.

Upek ya es rentable, pero sin inyección de efectivo que provendría
de la oferta, va a tener que demorar nuevos productos, limitar sus proyectos y
contratar menos gente. El deterioro de la economía nacional también
parece estar afectando la cantidad de dinero que los inversores ángeles
ponen en las start-up.

Según el Center for Venture Research de la Universidad de New Hampshire,
en 2007 pusieron US$ 26.000 millones, lo mismo que el año anterior luego
de notables aumentos anuales desde 2003, cuando el Valle resurgió luego
del desplome.

Pero el aspecto más preocupante para la tecno economía es el aplanamiento
del mercado de valores y el impacto que ha tenido en la capacidad de inversores
y emprendedores para cotizar en bolsa en beneficio propio y para reunir dinero
para seguir desarrollando sus negocios.

Menos crecimiento del empleo, las compañías start up contratan y
gastan con más cuidado y aquellos inversores “ángeles”
(los que ayudan con dinero las primeras etapas de vida de una compañía)
que financian y asesoran a las start- up, se vuelven más cautelosos.

La mayoría de los inversionistas, emprendedores o innovadores que crean
empresas en el Valle lo hacen con idea de venderlas o lanzarlas a la cotización
pública, que se la gran oportunidad de enriquecimiento que solía
abundar por esa zona. Sin embargo, el pesimismo que se expande en los mercados
financieros y en el clima comercial parece haber contagiado los ánimos
en la zona tecnológica.

También se han reducido notablemente las operaciones de compra de empresas
start-up por parte de corporaciones grandes. Microsoft hace mucha bulla con sus
esfuerzos por comprar Yahoo, pero más allá de eso las cosas están
bastante quietas. Sólo hubo 56 adquisiciones en los tres primeros meses
del año, contra 83 en el último trimestre del año pasado.

Entonces, en lugar de fundar nuevas empresas, los inversionistas deben destinar
sus fondos a financiar, o incluso salvar, empresas existentes.

La región siente que está a las puertas de un cambio de ánimo.
Por un lado, sus residentes dicen que son afortunados de estar trabajando en un
segmento de la economía y de vivir en una región que fue afectada
mucho menos que otras partes del país. También manifiestan una porfiada
confianza en el inexorable cambio hacia la Internet y en el papel que las empresas
tecnológicas del valle jugarán en esa transición.

Dicen, también, que no están sintiendo ninguna de las duras contrariedades
que siguieron al desplome de las puntocom, que generó pérdida de
empleos, éxido de talento, una caída del mercado inmobiliario y
de la inversión en empresas start up.

Pero después de varias dolorosas recuperaciones a partir del fin de la
burbuja, el Valle nuevamente afronta condiciones difíciles. Las acciones
de Google cayeron 31% este año; las de Apple, 21%. El llamado índice
Nasdaq, un mercado electrónico de acciones con gran énfasis en las
empresas tecnológicas, cayó 11,4% este año.

De las compañías financiadas por capital de riesgo que comenzaron
a cotizar en bolsa el año pasado, sólo 28% puede mostrar acciones
por encima del precio de oferta.

Están llegando nuevas empresas a los mercados de capitales. Upek, una compañía
situada en Emeryville, California, que hace microprocesadores y software usados
para reconocimiento de huellas dactilares, se registró para comenzar a
cotizar en mayo. Luego comenzó a intentar despertar entusiasmo entre los
inversionistas y le iba bastante bien, pero el 4 de marzo retiró su solicitud.

Upek ya es rentable, pero sin inyección de efectivo que provendría
de la oferta, va a tener que demorar nuevos productos, limitar sus proyectos y
contratar menos gente. El deterioro de la economía nacional también
parece estar afectando la cantidad de dinero que los inversores ángeles
ponen en las start-up.

Según el Center for Venture Research de la Universidad de New Hampshire,
en 2007 pusieron US$ 26.000 millones, lo mismo que el año anterior luego
de notables aumentos anuales desde 2003, cuando el Valle resurgió luego
del desplome.

Pero el aspecto más preocupante para la tecno economía es el aplanamiento
del mercado de valores y el impacto que ha tenido en la capacidad de inversores
y emprendedores para cotizar en bolsa en beneficio propio y para reunir dinero
para seguir desarrollando sus negocios.

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