Microprocesadores: ¿el oro desalojará al silicio?

Un equipo de investigadores ha logrado un “minichip” a partir de moléculas de oro. Según informa la American Science Society, su capacidad lógica y de memoria – no la velocidad- decuplica la de los semiconductores de silicio.

27 octubre, 2003

La innovación, desarrollada conjuntamente por dos universidades estaduales
(Norcarolina, Pennsilvania) y una privada, Rice, se basa en una de las varias
tecnologías del área “electrónica molecular”. Todas
ellas buscan crear “chips” mucho más pequeños y potentes
que los de silicio.

En este campo, los científicos -dirigidos por James Tour- ya han producido
transceptores empleando moléculas de oro (aptas para experimentar en
laboratorio). Ahora, tratan de organizarlos en vastos enjambres de circuitos
capaces de incorporarse a memorias y otros dispositivos informáticos.

Otro equipo, formado entre la universidad de California (Los Ángeles)
y Hewlett-Packard, trabaja en un proyecto muy diferente al anterior. Estos investigadores
se basan en alambres de cobre electrolítico extraordinariamente finos
-el grosor se mide en nanómetros, o sea milmillonésimos de metro-
y conmutadores en sus puntos de contacto.

La técnica del microprocesador áureo es casi opuesta y opta por
“construir” circuitos con moléculas organizadas al azar. Mediante
repetidos pulsos eléctricos entre puntos de contacto adyacentes, se han
generado áreas llamadas “nanocélulas” que funcionen
como circuitos lógicos y de memoria. Hasta el momento, se lograron prototipos
casi diez veces más densos que los chips de silicio, aunque todavía
su velocidad de conmutación sea menor.

Aun si no fuese factible aumentarla, los nuevos circuitos impresos tendrían
gran potencial para almacenar muchos datos o para aplicaciones donde no haga
falta efectuar cambios a menudo. Dato revelador: estos circuitos “autoorganizados”
actúan, en ciertas instancias, como las neuronas humanas, cuyos patrones
de memoria persisten aunque no se los active con frecuencia.

La innovación, desarrollada conjuntamente por dos universidades estaduales
(Norcarolina, Pennsilvania) y una privada, Rice, se basa en una de las varias
tecnologías del área “electrónica molecular”. Todas
ellas buscan crear “chips” mucho más pequeños y potentes
que los de silicio.

En este campo, los científicos -dirigidos por James Tour- ya han producido
transceptores empleando moléculas de oro (aptas para experimentar en
laboratorio). Ahora, tratan de organizarlos en vastos enjambres de circuitos
capaces de incorporarse a memorias y otros dispositivos informáticos.

Otro equipo, formado entre la universidad de California (Los Ángeles)
y Hewlett-Packard, trabaja en un proyecto muy diferente al anterior. Estos investigadores
se basan en alambres de cobre electrolítico extraordinariamente finos
-el grosor se mide en nanómetros, o sea milmillonésimos de metro-
y conmutadores en sus puntos de contacto.

La técnica del microprocesador áureo es casi opuesta y opta por
“construir” circuitos con moléculas organizadas al azar. Mediante
repetidos pulsos eléctricos entre puntos de contacto adyacentes, se han
generado áreas llamadas “nanocélulas” que funcionen
como circuitos lógicos y de memoria. Hasta el momento, se lograron prototipos
casi diez veces más densos que los chips de silicio, aunque todavía
su velocidad de conmutación sea menor.

Aun si no fuese factible aumentarla, los nuevos circuitos impresos tendrían
gran potencial para almacenar muchos datos o para aplicaciones donde no haga
falta efectuar cambios a menudo. Dato revelador: estos circuitos “autoorganizados”
actúan, en ciertas instancias, como las neuronas humanas, cuyos patrones
de memoria persisten aunque no se los active con frecuencia.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades