<p>En el presente caso, por ahora civil, la CFC alude a abusos por casi diez años. Uno consistía en “bloquear la distribución de semiconductores rivales superiores en calidad. Desde 2000, ello privaba a los usuarios de optar por productos más innovadores”.</p>
<p>La demanda, no obstante, llegará a juicio recién en septiembre. Su texto evidencia que “Intel ha pisoteado normas de ética en una campaña deliberada de desprestigio. Su fin real era eliminar amenazas a su hegemonía”. Así sostiene Richard Feinstein, director de competencia en la CFC.</p>
<p>El gigante controla más de 80% del mercado global y le lleva enorme ventaja a la segunda, Advanced Micro Devices. Justamente, Intel debe ahora indemnizarla en más de US$ 1.000 millones, tras una disputa que llevó cuatro años y concluyó en noviembre.</p>
<p>Esta compañía, a punto de afrontar otro proceso, apeló a groseras presiones e intentos de corrupción contra rivales del sector. Por ejemplo, Round Rock, Dell, Hewlett Packard y nadie menos que International Business Machines. Según la exposición de la CFC, Intel coaccionaba terceros para no comprarles a otras proveedoras de semiconductores empleados en unidades centrales de proceso (CPU).</p>
<p>Intel es habituée de los estrados judiciales. En los últimos lustros ha sido demandada en Japón, la Unión Europea y Estados Unidos mismo.</p>
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Intel: Washington la acusa de prácticas monopólicas
La comisión federal de comercio (CFC, FTC en inglés) denunció este miércoles a la mayor fábrica mundial de semiconductores. No es la primera vez que usa su posición dominante para ahogar competidores y consolidar hegemonía.