Demasiados cambios simultáneos están ocurriendo en la industria automotriz como para que se pueda pensar que aquel modelo inventado por Henry Ford siga vigente mucho tiempo más.
Por ahora, la electrificación, los autos con conducción autónoma que prescinde del conductor humano, los servicios compartidos, Internet de las Cosas, la robotización, la fabricación en 3D son todos desarrollos que van por caminos separados pero que el algún momento no muy lejano van a combinarse. En esa circunstancia la industria automotriz, tal como la conocemos, habrá desaparecido. Todos los desarrollos que acabamos de mencionar son, por ahora, tecnologías independientes que están lejos de la masificación debido a su alto costo.
Pero con el ritmo intenso de los avances es intenso no es impensable que sea bastante pronto el momento en que todo converja, se abarate y se masifique.
¿Qué pasará entonces con la industria automotriz? Habrá formas diferentes de producir, comprar, usar y descartar vehículos. Se acabará el papel dominante que han tenido las grandes fábricas de automotores desde sus inicios hasta ahora. La competencia aparecerá ? de hecho ya apareció? del sector tecnológico y no tardará en obligarlas a entrar en terrenos desconocidos a hacer actividades que no dominan.
Pero ese estilo de cadena de montaje que inventó Ford hace cien años ya no se sostiene solo. El escenario mundial cambió por la tecnología, la demografía, el clima y los patrones de consumo.
Por ende, la industria automotriz tiene por lo menos cinco grandes desafíos por delante:
- Fabricar vehículos con cero emisión de gases.
- Producción masiva de autos totalmente autónomos.
- Asistir al reemplazo del auto personal por servicios compartidos de movilidad.
- Incorporar sus vehículos a Internet de las Cosas.
- Adoptar tecnologías de fabricación sustentables.
Desde sus orígenes, las grandes automotrices decidían el tipo de auto que usaba la sociedad. Hoy ya no pueden, pues hay urgencias mundiales que las constriñen. El mundo advirtió que la quema de combustible es una de las grandes responsables del calentamiento del planeta y los Gobiernos las obligan a cambiar.
La introducción de autonomía automotriz, movilidad compartida y el desarrollo de un ecosistema automotor conectado digitalmente sacará del juego a las fabricantes que no tengan la agilidad suficiente y a otros actores hasta ahora importantes: las agencias de seguros. Mientras tanto, la puerta se abrirá para nuevos actores que patearán el tablero del mercado con su facilidad para la innovación u que además tendrán la ventaja de no estar atados a los viejos modelos de las gigantescas fábricas actuales. Las automotrices se verán en la necesidad de incursionar en actividades no centrales para ellas.
1. Orientarse a la producción de flotas de vehículos no contaminantes
Obligadas por las regulaciones sobre emisiones, metas para detener el cambio climático y cambios en los gustos de los consumidores, las economías irán girando hacia la emisión cero en las flotas de vehículos. Mientras la adopción de vehículos eléctricos será más lenta en los mercados emergentes, en los más desarrollados los nafteros y gasoleros serán cada vez más escasos y solo se mantendrán para determinados propósitos. Por ejemplo, los que se usan para la construcción, o en áreas aisladas o para actividades recreacionales como las carreras de autos. Pero en las principales ciudades europeas esos vehículos hasta podrían ser prohibidos u obligados a pagar impuestos muy altos.
2. Los autos totalmente autónomos pasan al frente
Se calcula que de aquí a 2050 la capacidad de manejarse con total autonomía será una característica tan estándar de los nuevos vehículos aprobados como son hoy las airbags. Ya mismo algunos organismos reguladores están promoviendo la introducción inmediata de algunas características de autonomía en todos lo modelos nuevos. Por ejemplo, proponen estandarizar el sistema autónomo de frenado de emergencia. Diez automotrices ya anunciaron que lo incluirán en todos sus nuevos modelos en Estados Unidos. Con desarrollos como este ya en proceso de instalación, no es difícil creer que la autonomía completa, o al menos la opción de elegirla, se vuelva estándar en todos los nuevos vehículos. Abandonar el control del auto comenzará incluso a ser obligatorio en determinadas circunstancias. Por ejemplo, en situaciones peligrosas como cuando se viaja a velocidades en las que un choque provocado por un error humano resultaría fatal o cuando se maneja a través de áreas peatonales. Ese tipo de situaciones necesitará que se enciendan las funciones automáticas. Sectores de la red vial como autopistas o zonas donde un choque puede provocar enormes aglomeraciones de autos también podrían convertirse en zonas donde el manejo sea exclusivamente autónomo.
3. Cambiar el equilibrio de poder de la industria
Sin duda, la introducción de vehículos autónomos va a provocar un cambio en las reglas de juego de la industria automotriz. El software, los sensores y la infraestructura de telecomunicaciones que van a determinar cómo el auto se maneja a sí mismo se convertirán en una parte muy valorada del vehículo. Los fabricantes que hasta ahora se han resistido a desarrollar tecnologías autónomas propietarias quedarán a merced de los grandes proveedores de tecnología y de software para poder acceder a esas características cuando llegue el momento.
Sin embargo, el rol de las automotrices seguirá siendo fuerte en desarrollo de marca, diseño del producto y experiencia en fabricación. Todo eso seguirá siendo importante para atraer la demanda de los consumidores. A medida que los conductores abandonan el vehículo, el diseño que diferencia a un auto de otro, la estética interior, la comodidad, la practicidad y la acústica además de la imagen de la marca se convertirán en los aspectos principales que tendrán en cuenta al elegir. Hoy las principales prioridades giran alrededor de tipo de combustible, manejo y características de seguridad. Mañana, será la experiencia del uso lo que importe.
La autonomía es una seria amenaza para las aseguradoras de autos
Los investigadores calculan un fuerte proceso de consolidación en el negocio del seguro luego de la adopción generalizada de las tecnologías autónomas. A medida que las posibilidades de autonomía reduzcan los casos de choque a niveles nunca vistos, muchos seguros se volverán irrelevantes porque los vehículos podrán “ver” y anticipar situaciones para evitar choques y también eliminarán la posibilidad de errores de conducción.
En teoría, se cree que los vehículos autónomos podrían llegar a disminuir los choques en hasta 96%. Las aseguradoras acusarán el golpe y terminarán consolidando el negocio. Las primas disminuirán y reducirán sus ingresos.
Tampoco podrán diseñar productos según los diferentes factores de riesgo, pues la mayoría de los autos estarán usando la misma tecnología de automaticidad. A medida que la gente vaya abandonando el volante, la responsabilidad de un choque pasará del conductor al software que maneja el vehículo y, por ende, a la automotriz o a la compañía tecnológica responsable del diseño. Los ingresos provenientes de seguros contra terceros, por lo tanto, caerán abruptamente. Más importante será para las aseguradoras la responsabilidad por los productos. También perderán mucho de su poder de negociación en el mercado porque deberán competir por conseguir grandes contratos con cantidades de automotrices y proveedores en lugar de con millones de propietarias de autos.
La autonomía también acelerará la popularidad de un nuevo tipo de compañías tipo taxi que ya no deberán cubrir sueldos. Todo el tiempo podrán utilizar sus flotas porque ya no habrá autos parados a la espera de un pasajero o por vacaciones del chofer.
Eso significará una marcada reducción en los precios de los viajes y hará que más gente decida usar esos servicios en lugar de sacar su auto a la calle. Ya Uber y Lyft, dos de las mayores empresas de servicios de taxi por llamadas digitales en Estados Unidos anunciaron intenciones de desarrollar esta tecnología.
Los actores económicos con mayor poder en este campo serán aquellos que controlen las tres tecnologías fundamentales que hacen posible el servicio tipo Uber pero sin chofer: la tecnología del manejo autónomo, la plataforma de mapeo de ubicación del auto y del cliente que es la base del servicio y el software de manejo de flota que controla la demanda y oferta de vehículos. Cada una de esas tres tecnologías será muy difícil de replicar y brindará alta calidad, por lo tanto, dará a la compañía que las posea poder monopólico en el mercado.
Hasta ahora, sin embargo, ninguna compañía domina las tres áreas en el mercado actual. Automotrices y tecnológicas como Google han avanzado en el desarrollo de sus propios vehículos autónomos pero ninguna tiene conocimiento del mercado de flotas de taxis. Simultáneamente, empresas estilo Uber no tienen tecnologías propias de manejo autónomo ni plataformas de mapeo como la de Google Maps o Here de Nokia. Sin un claro actor dominante que controle las tres áreas clave los próximos años verán muchas compras y asociaciones.
4. Una Internet de las Cosas totalmente conectada
El auto va camino de convertirse en algo totalmente conectado a un ecosistema de dispositivos inteligentes y a una infraestructura de transporte. Los autos se podrán conectar con todo. Además, al usar datos generados por usuarios y al recibir más datos de los otros dispositivos del usuario, podrá anticipar sus necesidades y deseos. El auto intercambiará datos con otros autos, mediante comunicaciones vehículo-a-vehículo (V2V) y con nuevas estructuras de transporte inteligente podrá también establecer comunicación vehículo-a-infraestructura (V2I) con tecnologías d e intercambio de datos.
La combinación de esas tecnologías permitirá a cualquier auto anticipar y evitar obstáculos, como embotellamientos de tránsito o rutas heladas mucho antes de que aparezcan a la vista. Al mismo tiempo las comunicaciones V2I ayudarán a la infraestructura de tránsito inteligente a monitorear y manejar el flujo de vehículos en la ciudad. El surgimiento de intercambio de datos V2V y V2I a esta escala tan grande también aumentará la ciberseguridad.
Diseñar tecnología para manejar la inmensa cantidad de datos producidos y luego enviarlos hacia donde se los necesita se convertirá en una actividad crítica para realizar actividades de autos conectados, manejo autónomo y mantenimiento de redes de caminos en la ciudad inteligente. La ciberseguridad adquirirá una importancia suprema porque los autos y la infraestructura del tránsito serán, al menos en teoría, vulnerables a ser hackeados y usados con propósitos delictivos, como provocar embotellamientos en ciudades o secuestrar autos en forma remota.
5. Manufactura buena para el ambiente pero no para el empleo
La manufactura también va a cambiar al ritmo de la introducción de tecnologías que ahorran mano de obra y materiales reusables. Por un lado, se encamina hacia un período de inestabilidad política con miras hacia 2050 porque la adopción de tecnologías que necesitan menos trabajo humano se acelerará. Aquí, los investigadores ven la adopción de técnicas de impresión en 3D como uno de los mayores ataques a la industria desde ahora hasta 2050, mientras el proceso de acelera, se vuelve más confiable y más dinámico en su uso de nuevos materiales.
A medida que las impresoras van gradualmente reduciendo la necesidad de emplear cantidades de obreros para que trabajen en la línea de ensamblaje y hábiles operadores de maquinarias, el empleo total y las oportunidades de trabajo para los trabajadores en la manufactura se va a erosionar cada vez más, causando inquietud entre los empleados industriales y aumentando las tensiones políticas. Al mismo tiempo, las impresoras en 3D pueden ubicarse en instalaciones más reducidas que los equipos actuales, que necesitan estar centralizados en fábricas mucho más grandes. Dado que harán falta edificios más pequeños y más fáciles de instalar, eso podría llevar a una creciente descentralización en la industria automotriz, reduciendo la necesidad de centros de provisión basados alrededor de una gran planta manufacturera y tal vez haciendo peligrar la sustentabilidad de los pueblos y ciudades que dependen de una sola fábrica de equipos originales. Sin embargo, mientras la manufactura automotriz se torna menos sustentable en los socio-económico, será más sustentable en lo ambiental.