<p>Los esfuerzos europeos contra emisiones de monóxido y dióxido de carbono se centran ahora en automotores, incluyendo los de pasajeros, transporte público y carga. Lo que la CE pretende es actualizar un conjunto de normas que, en varios casos, datan de 1999. Entre ellas, la información asequible a usuarios sobre tipos de carburantes y motores que generan CO2.</p>
<p>A fin de 2007, los coches particulares emitían 12% del dióxido que la Unión Europea libera en la atmósfera. Pese a ello, una de las medidas propuestas –ir bajando de 160 a 130 gramos por kilómetro cuadrado entre 2009 y 2012 (120 g/km2 más tarde)- ya genera presiones de varios “lobbies”. No obstante, sólo se aplicará a unidades nuevas.</p>
<p>Por supuesto, las características de las actividades automotriz y petrolera en la UE excluyen el tipo de cabildeo agresivo prevalente en Estados Unidos. Allá influye hasta en George W.Bush, vía el vicepresidente Richard Cheney.</p>
<p>El eventual programa de la CE se combinará con normas sobre biocombustibles de II generación (el alza de crudos los hace cada vez menos caros en comparación). Otro asunto, que también remite a 1999, es la clasificación de vehículos por grado de eficiencia en carburantes, sea convencionales, sea híbridos. Ello exigirá a los concesionarios etiquetar modelos por potencial contaminante, algo que no les gusta a ellos ni al marketing de los propios fabricantes.</p>
<p>Eso explica que una consultoría alemana formule un significativo reparo: las directivas de 1999 aún no dan los resultados pretendidos hace nueve años. Varios expertos del mercado tienen una objeción más pertinente: la eficiencia del carburante y su efecto ambiental no pesan mucho en los compradores. En buena medida, porque la publicidad lo impide “vendiendo” desempeño, fiabilidad, seguridad, comodidad, precio y marca. Sólo la presente crisis de precios lleva a primer plano el gasto en combustibles, salvo en modelos de lujo y semilujo.</p>
<p>El nuevo proyecto de la CE ha abierto este lunes un lapso de consultas y debates que llega al 28 de julio. Éste se inició el domingo, en rigor, con la reunión especial del Grupo de los 7 (más Rusia, China, India y Surcorea) en Aomori (Japón). Provocada por crudos que tocaron US$ 139 (tejanos ligeros, Nueva York) y 138,50 (Brent, Londres), sirvió para lanzar una grave advertencia: según Berlín y Tokio, hay riesgos de recesión (EE.UU.), estancamiento (Japón ) o estanflación (Eurozona).</p>
<p>En este marco, resultó patético que Washington saliese a minimizar esos peligros. De paso, los norteamericanos cargaron las culpas en China e India y su creciente consumo de combustibles fósiles En ese punto resurgió el efecto invernadero, cuyos máximos motores son, en ese orden, EE.UU., China, India y la UE.<br />
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Comisión Europea: quiere vehículos menos contaminantes
Sólo una urgente reunión de ministros -economía, energía y combustibles, en Japón, puso en segundo plano los estudios sobre efecto invernadero en Bruselas. Pero hay un nexo: los picos de US$ 139 el barril de crudo, el viernes 6.