Brasil contra soja transgénica

La justicia brasileña ratificó la negativa para producir y comercializar el alimento. Sin embargo, el país intercambia productos modificados genéticamente, importados de Estados Unidos.

9 agosto, 2000

(EFE).- La prohibición para que se produzca y comercialice soja genéticamente modificada en Brasil, fue ratificada hoy (miércoles 9) por el Tribunal Regional Federal de Brasilia, que confirmó una sentencia de primera instancia apelada por la Abogacía de la Nación.

Fuentes judiciales informaron que la sentencia de segunda instancia confirma la dictada el pasado junio por el juez de la VI Sala Federal de Brasilia, Antonio Prudente, a petición del grupo ecologista Greenpeace.

Greenpeace ya había logrado en una sentencia de segunda instancia, emitida en mayo pasado, que la restricción judicial también rija para el trigo y el maíz transgénico, lo cual fue entonces criticado por el embajador de Estados Unidos en Brasil, Anthony Harrington.

El diplomático alertó que Brasil “ya sabe cuánto perdió por cerrarse en el pasado a los avances tecnológicos en informática”, y recalcó que “ahora corre el riesgo de perder la oportunidad de aprovechar los avances de la ciencia en la producción de alimentos”.

La prohibición a la producción y comercialización de transgénicos en Brasil se mantendrá hasta que científicamente se establezca su posible impacto en la salud y en el medio ambiente.

No obstante, y por vacíos legales, Brasil comercializa productos transgénicos importados de varios países, entre ellos de Estados Unidos, cuya producción de trigo y soja es transgénica en 35% y 50%, respectivamente.

El Congreso de Brasil estudia normas para que los productos genéticamente modificados importados adviertan de ello claramente al consumidor en sus embalajes.

(EFE).- La prohibición para que se produzca y comercialice soja genéticamente modificada en Brasil, fue ratificada hoy (miércoles 9) por el Tribunal Regional Federal de Brasilia, que confirmó una sentencia de primera instancia apelada por la Abogacía de la Nación.

Fuentes judiciales informaron que la sentencia de segunda instancia confirma la dictada el pasado junio por el juez de la VI Sala Federal de Brasilia, Antonio Prudente, a petición del grupo ecologista Greenpeace.

Greenpeace ya había logrado en una sentencia de segunda instancia, emitida en mayo pasado, que la restricción judicial también rija para el trigo y el maíz transgénico, lo cual fue entonces criticado por el embajador de Estados Unidos en Brasil, Anthony Harrington.

El diplomático alertó que Brasil “ya sabe cuánto perdió por cerrarse en el pasado a los avances tecnológicos en informática”, y recalcó que “ahora corre el riesgo de perder la oportunidad de aprovechar los avances de la ciencia en la producción de alimentos”.

La prohibición a la producción y comercialización de transgénicos en Brasil se mantendrá hasta que científicamente se establezca su posible impacto en la salud y en el medio ambiente.

No obstante, y por vacíos legales, Brasil comercializa productos transgénicos importados de varios países, entre ellos de Estados Unidos, cuya producción de trigo y soja es transgénica en 35% y 50%, respectivamente.

El Congreso de Brasil estudia normas para que los productos genéticamente modificados importados adviertan de ello claramente al consumidor en sus embalajes.

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