Un tema cada vez más preocupante: la preservación de material digital

Los libros en papel preservaron sus tesoros a través de los siglos. Ahora que casi todo el material archivable tiene formato digital las autoridades responsables advierten que un archivo digital se deteriora más que el papel, entro otros problemas.

10 noviembre, 2004

La increíble cantidad de material digital que guardan las computadoras desvela a los expertos que tienen a su cargo la preservación de documentos para los años venideros y la posteridad.
Guardar un archivo digital para los próximos 100 años va a costar mucho trabajo.. El problema creció con las fotos digitales. Es mucho más sencillo tomar una foto en papel y guardarla en una caja de zapatos que almacenar fotos digitales durante muchos años. La mitad de todas las fotos ya se toman hoy es con cámaras digitales y de ésas, la mayoría nunca sale del disco rígido de la computadora.

Tan difícil y complejo es el desafío de la preservación digital en general que la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos lleva varios años formando comisiones y publicando informes sobre la situación de hasta qué punto está preparado el país para la preservación digital.

Por su parte, los propietarios de computadoras tienen sus propios problemas. Sus altillos están llenos de computadoras obsoletas llenas de archivos que no pueden recuperar, pilas de archivos guardados en diskettes Zip, diskettes de 3 ½ y hasta en los floppy de 5 ½ de los años ’80. A falta de una solución clara, los expertos recomiendan a la gente que, en la medida de lo posible, copie y pase su material a CD y otros formatos actuales de resguardo.

Pero también esos mecanismos pueden perder su integridad. La cinta magnética, los CD y las disqueteras son mucho menos robustos que el papel. La vida útil de la información en un CD grabado con quemador de CD, por ejemplo, podría ser de no más de cinco años si se lo expone a temperaturas o humedad extremas. Si el CD se raya, puede estropearse definitivamente. A diferencia de la tinta — que con el tiempo puede aclararse o borronearse pero sigue siendo legible sobre el papel — en cuanto un archivo digital se corrompe, o comienza a degradarse, se torna indescifrable.

Los archivistas y libreros profesionales tienen los recursos para duplicar materiales en otros formatos y la experiencia necesaria para recuperar material atrapado en computadoras obsoletas.
Pero los consumidores rara vez están tan bien equipados. Un problema básico y generalizado de la vida digital es hoy tener discos llenos de archivos y no tener la máquina necesaria para leerlos. Quien haya tenido en los ’80 una Amstrad o una Apple Iie podrá comprenderlo.

Por lo general, hay que recurrir a los denominados “migradores”, o personas especializadas en migrar material de una computadora vieja a una nueva.

La migración sólo se logra si el material se encuentra, algo que no siempre es fácil con los discos duros de mucha capacidad. Para algunos usuarios de PC, las computadoras viejas se han convertido en un tacho de basura. La solución, que los expertos llaman el método museístico de archivar, es mantener los equipos obsoletos en algún lugar de la casa.

Paralelamente, está el recurso de imprimir. Los defensores del archivo en papel son especialmente enfáticos cuando se trata de preservar fotografías. Si se las guarda adecuadamente, las fotografías convencionales revelada de negativos pueden durar hasta 75 años sin borronearse. Los más nuevos papeles fotográficos pueden durar hasta 200 años. No existe la misma certidumbre con fotos digitales guardadas en disco rígido.

Los formatos actuales pueden volverse obsoletos y existe la posibilidad de que el software del futuro no reconozca algunos aspectos de ese formato. Los expertos del Archivo Nacional, como los de la Biblioteca del Congreso, están trabajando para desarrollar uniformidad en los archivos digitales que elimine la dependencia de un determinado hardware o software.

La increíble cantidad de material digital que guardan las computadoras desvela a los expertos que tienen a su cargo la preservación de documentos para los años venideros y la posteridad.
Guardar un archivo digital para los próximos 100 años va a costar mucho trabajo.. El problema creció con las fotos digitales. Es mucho más sencillo tomar una foto en papel y guardarla en una caja de zapatos que almacenar fotos digitales durante muchos años. La mitad de todas las fotos ya se toman hoy es con cámaras digitales y de ésas, la mayoría nunca sale del disco rígido de la computadora.

Tan difícil y complejo es el desafío de la preservación digital en general que la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos lleva varios años formando comisiones y publicando informes sobre la situación de hasta qué punto está preparado el país para la preservación digital.

Por su parte, los propietarios de computadoras tienen sus propios problemas. Sus altillos están llenos de computadoras obsoletas llenas de archivos que no pueden recuperar, pilas de archivos guardados en diskettes Zip, diskettes de 3 ½ y hasta en los floppy de 5 ½ de los años ’80. A falta de una solución clara, los expertos recomiendan a la gente que, en la medida de lo posible, copie y pase su material a CD y otros formatos actuales de resguardo.

Pero también esos mecanismos pueden perder su integridad. La cinta magnética, los CD y las disqueteras son mucho menos robustos que el papel. La vida útil de la información en un CD grabado con quemador de CD, por ejemplo, podría ser de no más de cinco años si se lo expone a temperaturas o humedad extremas. Si el CD se raya, puede estropearse definitivamente. A diferencia de la tinta — que con el tiempo puede aclararse o borronearse pero sigue siendo legible sobre el papel — en cuanto un archivo digital se corrompe, o comienza a degradarse, se torna indescifrable.

Los archivistas y libreros profesionales tienen los recursos para duplicar materiales en otros formatos y la experiencia necesaria para recuperar material atrapado en computadoras obsoletas.
Pero los consumidores rara vez están tan bien equipados. Un problema básico y generalizado de la vida digital es hoy tener discos llenos de archivos y no tener la máquina necesaria para leerlos. Quien haya tenido en los ’80 una Amstrad o una Apple Iie podrá comprenderlo.

Por lo general, hay que recurrir a los denominados “migradores”, o personas especializadas en migrar material de una computadora vieja a una nueva.

La migración sólo se logra si el material se encuentra, algo que no siempre es fácil con los discos duros de mucha capacidad. Para algunos usuarios de PC, las computadoras viejas se han convertido en un tacho de basura. La solución, que los expertos llaman el método museístico de archivar, es mantener los equipos obsoletos en algún lugar de la casa.

Paralelamente, está el recurso de imprimir. Los defensores del archivo en papel son especialmente enfáticos cuando se trata de preservar fotografías. Si se las guarda adecuadamente, las fotografías convencionales revelada de negativos pueden durar hasta 75 años sin borronearse. Los más nuevos papeles fotográficos pueden durar hasta 200 años. No existe la misma certidumbre con fotos digitales guardadas en disco rígido.

Los formatos actuales pueden volverse obsoletos y existe la posibilidad de que el software del futuro no reconozca algunos aspectos de ese formato. Los expertos del Archivo Nacional, como los de la Biblioteca del Congreso, están trabajando para desarrollar uniformidad en los archivos digitales que elimine la dependencia de un determinado hardware o software.

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