“Nuestro sistema de remuneración fija y variable se basa en el desempeño, la contribución y la alineación con nuestros valores. Utilizamos encuestas salariales de mercado para asegurarnos de que somos competitivos y tenemos una estructura salarial justa para roles de igual valor, sin distinción de edad”, explica Rosana Rueda. “Además, ofrecemos beneficios flexibles porque entendemos que las necesidades cambian con la etapa de vida. Ofrecemos una amplia gama de beneficios que se adaptan a las distintas realidades, como medicina prepaga, sorteos de entradas para shows, kits escolares, préstamos especiales para posgrados y vivienda. Esto nos permite apoyar a nuestros colaboradores en sus diferentes proyectos personales y familiares”.
“Respecto al desarrollo profesional -amplía la ejecutiva- nuestra filosofía es que se trate de un aprendizaje continuo y adaptado. Creemos que siempre es un buen momento para crecer y que la edad no es una barrera para el aprendizaje y el desarrollo. A través de nuestro Campus BBVA, ofrecemos acceso ilimitado a más de 20.000 recursos de formación para que cada empleado pueda trazar su propio plan de carrera, adquirir nuevas habilidades y seguir creciendo profesionalmente. La formación también es flexible y adaptada; cada colaborador puede elegir cuándo y cómo formarse, aprovechando distintos recursos (videos, materiales de lectura, podcasts, playlists, etc) para que la experiencia de aprendizaje sea 100% personalizada”.
¿Qué peso tiene la diversidad generacional en la cultura organizacional y en la capacidad de atraer talento?
Grupo BBVA, a escala global, lleva muchos años apostando por el talento diverso y por la construcción de entornos laborales inclusivos. Uno de los ejes de diversidad que trabajamos es la diversidad generacional, una palanca clave para nuestra transformación, porque nos ayuda a ser más innovadores y a ofrecer mejores soluciones para nuestros clientes
Hoy, vivimos en una sociedad en la que los cambios demográficos muestran una tendencia hacia el envejecimiento de la población. En este contexto, las empresas tenemos que trabajar en la adaptabilidad y en una mejor comprensión del mercado para atraer talento, sin importar la edad.
Sin dudas, construir equipos intergeneracionales y lograr la convivencia de distintas motivaciones y modos de entender el trabajo es un reto para todas las organizaciones.
En BBVA ese reto lo vivimos como una oportunidad de contar con personas que aporten valor justamente por sus diferentes experiencias y perspectivas, impulsando así la innovación y la productividad para crear una empresa más competitiva y con mejores resultados. Se trata de complementar las fortalezas y puntos fuertes de todos los colaboradores, independientemente de su edad, para generar una cultura que favorezca la convivencia de todas las generaciones.
Tenemos la convicción de que contar con iniciativas y acciones que promuevan la diversidad generacional, no es solo atractivo para los talentos, sino que es necesario para seguir siendo elegidos genuinamente como organización.
Colaboración entre generaciones
¿En qué aspectos suelen aparecer las diferencias generacionales más marcadas, en el trabajo cotidiano, y qué estrategias se utilizan para canalizarlas positivamente?
En el día a día, las diferencias generacionales suelen manifestarse en aspectos como la forma de trabajar, los valores, las motivaciones y la manera de entender la vida. En lugar de ver estas diferencias como un problema, en BBVA las consideramos una oportunidad de crecimiento y enriquecimiento. Nuestra estrategia para canalizarlas positivamente se centra en la colaboración intergeneracional y el mentoring.
Promovemos el trabajo en equipo. Fomentamos la colaboración entre personas de diferentes edades para que compartan sus perspectivas y enriquezcan los resultados. Entendemos que la suma de miradas distintas impulsa la creatividad y la innovación.
Acompañamos a las personas en la etapa pre-jubilatoria. Con los cambios demográficos que apuntan hacia un envejecimiento de la población, generar acciones de acompañamiento empático a quienes terminan su etapa laboral formal, se vuelve clave en las organizaciones.
En BBVA, desarrollamos el programa “Ser BBVA”, una manera de transformar el “offboarding” en una transición significativa, planificada y personalizada, brindando apoyo emocional, herramientas prácticas, espacios de reflexión y una comunidad que trasciende el contrato laboral. Este enfoque no solo resignifica la etapa final de la carrera, sino que también permite a las personas proyectar su futuro con mayor claridad y confianza, al mismo tiempo que fortalece la cultura organizacional y refuerza el sentido de pertenencia incluso más allá del vínculo contractual.
Impulsamos el mentoring bidireccional. Creemos que el conocimiento no tiene edad. Por eso, alentamos a nuestros empleados a ser tanto mentores como aprendices (mentees). Un empleado con más experiencia puede guiar a uno más joven en el desarrollo de su carrera, mientras que el más joven puede aportar nuevos conocimientos sobre tecnologías o tendencias. Esto se da tanto de forma informal en el día a día como a través de programas de mentoring formales organizados por el banco.
Combatimos el edadismo. A través de charlas de sensibilización, derribamos prejuicios y estereotipos que tenemos sobre la edad, que pueden tener consecuencias sobre el bienestar social y económico de las personas. A escala global, contamos con una guía de diversidad generacional que ofrece consejos prácticos para evitar expresiones y actitudes discriminatorias en el lenguaje y en el trato cotidiano.
¿De qué forma la convivencia de miradas distintas contribuye a reducir sesgos en la toma de decisiones y sumar valor?
Creemos firmemente que cuanta más diversidad existe en las formas de pensar y toma de decisiones de las personas, más valor se aporta, lo cual pone de manifiesto que trabajamos como un solo equipo.
Un equipo con diversidad de miradas y experiencias aporta diferentes puntos de vista, lo que enriquece el debate y lleva a decisiones de mayor calidad. Los líderes inclusivos, que valoran estos aportes y se enriquecen de las diferencias, pueden reducir sus sesgos en la toma de decisiones aportando al bienestar y desarrollo de sus equipos.
En BBVA, la diversidad de miradas es un pilar para nuestra competitividad. Nos permite no solo tomar decisiones más informadas y acertadas, sino también desarrollar soluciones e iniciativas que realmente resuenen con la diversidad que convive en la organización.
¿Qué rol juega la tecnología como puente o como brecha entre generaciones dentro de las empresas?
Las generaciones más grandes han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías y por esa razón son consideradas como inmigrantes digitales, mientras que las más jóvenes son conocidas por vivir inmersos en la sociedad de Internet y consumir principalmente formatos digitales.
Estas características son una realidad, pero no son excluyentes ni son ciertas para todas las personas. La tecnología, lejos de ser una barrera, es un poderoso puente que conecta a las distintas generaciones en BBVA. Nuestro enfoque en la transformación digital y el uso responsable de los datos nos ha permitido crear soluciones que benefician a todos, sin importar su nivel de familiaridad con la tecnología.
Por ejemplo, hace un tiempo la inteligencia artificial ha irrumpido en todos los ámbitos de la vida, y el trabajo no es una excepción. Sin importar el sector de la organización, o el área del colaborador, familiarizarnos con la IA es una necesidad casi obligatoria.
En BBVA, recientemente disponibilizamos la herramienta Gemini, el asistente de IA de Google, para todas las personas en todos los roles y hemos estado acompañando su uso e implementación con formaciones específicas.
