Opinión polémica: “La Argentina está quebrada”

Un escenario de estanflación, con riesgo de una megadevaluación o de un canje compulsivo de depósitos por bonos de largo plazo, es lo que prevé Agustín Etchebarne para la Argentina en 2023.

21 octubre, 2022

Economista especializado en desarrollo económico y comercialización estratégica, director general de la Fundación Libertad y Progreso, autor del libro “La clave es la libertad” y profesor de Economía en la Universidad de Belgrano, Etchebarne se refirió a la situación del país en diálogo con INFOCAESEL.

– ¿Qué podemos esperar los argentinos en materia económica para el resto de este año y cuáles son sus proyecciones para 2023?

– La Argentina está quebrada. La prueba es que uno puede comprar un título del gobierno argentino que promete pagar un millón de dólares por 200.000 dólares; es decir, con un 80% de descuento. El mercado sabe que la Argentina va a tener que encarar una nueva reestructuración de deuda, probablemente al inicio del siguiente gobierno.

También el Banco Central está en una situación muy delicada, con una deuda remunerada con crecimiento explosivo y una inflación de 100% anual. Por eso, para el año próximo podemos esperar un escenario de estanflación, economía estancada y con alta inflación, y con un riesgo de megadevaluación o bien de algún tipo de canje compulsivo de depósitos por bonos a largo plazo. Lo único que nos separa del escenario del estallido son los créditos que trimestre a trimestre nos otorgan los organismos multilaterales, como el FMI y el BID.

-¿Cómo evalúa la gestión del ministro de Economía, Sergio Massa?

– Si analizamos la gestión de Massa en términos de su capacidad para resolver los problemas estructurales de la Argentina, la calificación sería “reprobado”, no solucionó nada. Ahora, si lo analizamos políticamente y pensamos que su objetivo es postergar la crisis, entonces podemos decir que por ahora logró patear la pelota para adelante.

Eso sí, aumentando la deuda del Tesoro y acelerando de manera exponencial la deuda del Banco Central. Un típico caso de fuga hacia adelante.

– ¿Considera viable el cumplimiento de las metas del proyectado presupuesto nacional para 2023?

– El año pasado, la meta de presupuesto era del 30% de inflación, nosotros decíamos que iba a ser por lo menos el doble y nos quedamos cortos. Va a ser más del triple. En este caso postulan 60% de inflación, y va a ser mucho más, posiblemente más del doble de esa cifra.

Al minimizar la inflación, minimizan el aumento de recaudación, y al final terminarán distribuyendo discrecionalmente el “exceso” de recursos. Por eso el presupuesto es más un dibujo que un mecanismo de asignación racional de los recursos públicos.

– ¿Cuán probable es un escenario de hiperinflación en la Argentina?

– La Argentina ya se encuentra en un proceso prehiperinflacionario. La inflación pasó del 2% mensual al 4% y luego al 6% y al 7% mensual. Alcanzar el 50% mensual, que sería la definición de hiperinflación de Phillip Cagan, no está tan lejos, a menos que el Gobierno encare un programa de estabilización más consistente.

La gente se va adaptando a la aceleración inflacionaria y eso acelera el proceso de caída de la demanda de dinero. Lo que le juega a favor al Gobierno es que existe una expectativa de que el próximo gobierno será mejor, a diferencia de lo que ocurría al final del período de Alfonsín.

– ¿Cómo cree que evolucionará el consumo de los argentinos en los próximos meses? Algunos economistas dan cuenta de un probable enfriamiento de la economía. ¿Coincide con ese diagnóstico?

– Coincido, es difícil que los salarios logren mantener su poder adquisitivo con este nivel de aceleración de precios y, por lo tanto, es probable que el consumo se estanque o caiga en términos reales.

– ¿Cómo cree que afectará al país y cómo debería resolverse el problema derivado del aumento del pasivo del Banco Central medido en pases y Leliq?

– En un paper que circuló, atribuido al viceministro Rubinstein, se explica que hay dos maneras de resolver el problema de la deuda del Central: generando una mini hiperinflación o canjeándola por bonos a largo plazo (tipo Plan Bonex). La tercera manera, implementada por la administración actual es el “Plan Parches para Todos” y conseguir financiamiento para fugar hacia adelante.

En cambio, en la Fundación Libertad y Progreso pensamos que la manera de solucionar el problema es aceptar que la Argentina está quebrada y hacer una reforma bancaria y financiera, que incluya recapitalizar el BCRA. Esto debe hacerse con un conjunto de profundas reformas estructurales.

– ¿Cuáles deberian ser para usted los ejes centrales de un plan de estabilización de la economía?

– A nuestro juicio, todas las reformas tienen que estar apuntando a liberar al sector privado para que pueda volver a crecer y a generar empleo. Es necesario hacer una megadesregulación, simplificar y reducir los impuestos, flexibilizar las relaciones laborales y eliminar la industria del juicio, abrir la economía y hacer una profunda reforma del Estado para hacerlo más pequeño y eficiente. Y, por supuesto, hay que liberar todos los precios, incluyendo el tipo de cambio, y eliminar la maraña de subsidios cruzados que existen. La Argentina, con una economía libre, tiene que apuntar a crecer a un 6% anual.

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