Es tradición que los vinicultores se enorgullezcan de sus técnicas artesanales. La tecnología la aceptó siempre un nicho en el sector start-ups. Pero los efectos del cambio climático combinados con una reducción de la mano de obra y un estancamiento de la demanda está llevando a muchos a encarar nuevas formas de innovación , como GPS, luz UV y robots.
Viñedos robóticos
La escasez de mano de obra, que resulta entre otras cosas del endurecimiento en las leyes de inmigración ha dado lugar a una solución novedosa en los viñedos: los robots.
En el viñedo Symington, situado en el valle de Douro, Portugal, un robot autónomo llamado Vinescout, ya recorre de punta a punta las hileras de vides controlando cosas como la temperatura de las hojas y la disponibilidad de agua.
“Para controlar los cultivos necesitamos mucha mano de obra, mucha bota en tierra, dice Fernando Alves, gerente de Symington. El robot está reemplazando el duro trabajo manual de tomar muestras al amanecer.
El barón Philippe de Rosthchild, dueño en Francia de Chateau Mouton-Rothchild trabajó junto a investigadores de Naio Technologies para desarrollar Ted, un robot que desmaleza los viñedos y los rocía. Ese dispositivo, que recorre de un extremo al otro de las hileras de vides es actualmente usado por Moët Hennessy.
Un problema mayor lo presenta la amenaza del cambio climático, que ya está afectando las cosechas y la calidad de la uva. El clima está afectando la disponibilidad de agua y también el problema de los hongos, que proliferan en temperaturas extremas y resultan en el uso excesivo de pesticidas.