Bolsa: para curarse en salud
Preocupados por el impacto que pueden tener sobre los inversores los recientes episodios de insolvencia temporal y malas prácticas que involucraron a agentes menores, los operadores bursátiles buscan ahora, sigilosamente, la fórmula para sanear el mercado.
Se teme que esos episodios (como el de Alessandro y Cía., suspendida por irregularidades en su patrimonio, o Adolfo Casal, acusada de estafar a Pirelli por las malas prácticas de un agente que luego se suicidó) terminen ahuyentando a los inversores, justo cuando el gobierno intenta promover la venta de títulos públicos entre los pequeños ahorristas para ampliar la demanda.
Lo cierto es que el mercado no sólo se achica sino que, además, se concentra en menos manos. En julio, sólo 50 de las 146 firmas bursátiles habilitadas entonces (hoy son 144) absorbieron 90% del negocio.
La idea es acordar un plan que incremente paulatinamente los requerimientos para operar. Actualmente, el Mercado de Valores (Merval) exige que los agentes tengan al menos una acción (y hasta un máximo de cinco) y cuenten con un patrimonio no inferior a los $ 500.000. “Pero estos requisitos podrían ir subiendo hasta llegar a duplicarse en tres años”, anticipó uno de los operadores que lleva adelante los sondeos entre sus pares.
Otra ventanilla para las Pymes
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) y el Banco Credicoop acaban de dar forma al primer fondo de capital de riesgo para las Pymes en la Argentina, con un monto cercano a los US$ 20 millones (cada socio aportó US$ 6 millones y el resto vendrá de otras instituciones).
La obtención de financiamiento a través del capital de riesgo tiene varias ventajas: no se requieren garantías para acceder a los recursos, no hay que afrontar el pago de servicios de deuda mientras la empresa encara un proceso de expansión y no se pagan dividendos hasta tanto maduren los proyectos que se financian.
Las empresas que pueden acceder al financiamiento (que también contarán con asesoramiento para su gestión) deben pertenecer a los rubros de alimentos, plásticos, vinos, marroquinería, laboratorios, construcción o industria metalmecánica. La actividad del fondo, que administrará InverPyme (una sociedad del Credicoop con la compañía catalana Highgrowth International), se concentrará en Capital, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
El programa, que destina préstamos de hasta US$ 1,5 millón por empresa a un plazo de cinco años, auxiliará a las Pymes con menos de 100 empleados y con ventas por alrededor de US$ 5 millones anuales.
El efecto Soldati
La convocatoria de acreedores de Sociedad Comercial del Plata, el otrora todopoderoso holding de la familia Soldati, terminó de complicar el año para las empresas locales que mantenían esperanzas de lograr financiamiento a través de la emisión de obligaciones negociables. “Se teme que la combinación de recesión prolongada y altas tasas golpee a otras compañías. Por eso se cierran las puertas del mercado: aún las firmas en condiciones de emitir tendrían que hacerlo a tasas incompatibles con un desarrollo medianamente normal de su plan de negocios”, explica Rafael Ber, analista de la consultora Argentine Research.
De este razonamiento sólo escapan las grandes compañías con paraguas protector: flujo de caja predecible y mercado cautivo. Pero sobran los dedos de las manos para contarlas.
Para los economistas de la Fundación Capital, esto terminará por beneficiar a los bancos. “Es que las empresas que tenían planeada esta salida ahora se verán obligadas a tomar deuda bancaria”, explican.
Robos en los cajeros
El creciente número de asaltos en los que las víctimas son obligadas a retirar fondos de un cajero automático impulsó a varios bancos locales a diseñar un seguro específico para estos casos.
Los que hicieron punta fueron el Citibank, el Galicia y el Río: ofrecen a su clientela cubrir el total del monto robado la primera vez, y 50% en la siguiente. En sólo un mes las entidades vendieron alrededor de 80.000 pólizas. La Citicard Protection y la que instituyó el Galicia cuestan $ 1,90 por mes y cubren hasta dos episodios en el año de suscripción del seguro. Para recuperar el dinero, los damnificados por robos deben hacer la denuncia policial y luego una presentación ante la sucursal en la que está registrada la cuenta.
