Daimler Chrysler, brazo financiero del grupo automotor y de servicios del mismo nombre (más conocido aquí como Mercedes Benz), sucesor de la financiera Debis, maneja una cartera de créditos superior a los $ 250 millones por la colocación de unas 7.500 unidades, y acaba de diseñar un esquema de contrato de alquiler con opción a compra (leasing) simplificado que podría convertirse en una seria competencia para los créditos prendarios, que hasta hoy son la manera más tradicional de financiar la compra de un vehículo.
El mayor atractivo de esta nueva alternativa es que ahora se ofrece prorratear en el canon mensual todos los gastos vinculados con la operación (patentamiento, arancel de inscripción en los registros, formularios y sellados, y la tramitación del título de propiedad).
A esto se suman ventajas impositivas: las operaciones de leasing no están alcanzadas por la tasa de 15% del impuesto al endeudamiento que sí se aplica a los créditos prendarios. Por otra parte, como la unidad se usa como propia pero no se incorpora al patrimonio del individuo, su valor no se contabiliza para calcular el gravamen a los bienes personales. Y las cuotas mensuales pueden computarse como crédito fiscal.
Euforia y cautela
Todo ello torna al sistema particularmente atractivo para los usuarios de alto poder adquisitivo. Algo que tuvo muy en cuenta Daimler Chrysler. Para el tipo de unidades (todas con precios superiores a los $ 21.000 del Clase A Clasic) que ofrece a través de su red de 87 concesionarias (60 de Mercedes Benz y 27 de Chrysler) estos beneficios pueden resultar decisivos.
“Es un nuevo concepto financiero competitivo e innovador, lo que representa una clara oportunidad de expansión, pero que debe ser muy bien trabajada”, señala Luciana Lamota, gerenta de Marketing de la compañía financiera.
La cuota de cautela tiene que ver con el escaso conocimiento existente sobre esta operatoria y cierta carga de rechazo cultural. “Los argentinos están acostumbrados al concepto de posesión del auto. Y lo que nosotros salimos a promocionar ahora es una propuesta de uso, lo que implica una ruptura”, admite Lamota.
El leasing es una alternativa novedosa para el mercado local y sólo están familiarizados con su uso algunas empresas o individuos que mantienen algún tipo de actividad comercial o productiva. La propia experiencia de Daimler Chrysler lo certifica. A cinco años de que iniciara su actividad en la Argentina, las financiaciones que otorgó se concentran en la adquisición de vehículos para carga en general; cargas peligrosas (por ejemplo, combustibles), distribución de bebidas, recolección de residuos; producción agrícola o construcción. Sólo 8% se destinó a autos particulares, básicamente de lujo.
El escaso desarrollo local del leasing tuvo que ver con deficiencias legales (se transfería la tenencia del bien en usufructo, aunque en definitiva pudiera ser sólo temporal) e impositivas (se obligaba a hacer las erogaciones impositivas por el total del monto que representaba la operación al suscribirse el contrato inicial).
Ambos puntos fueron corregidos con la más reciente ley 25.248, lo que abrió el campo para la expansión de este tipo de financiación. La propuesta de Daimler Chrysler consiste en financiar la operación en 36 meses. Una vez vencido ese plazo se puede decidir qué hacer con la unidad: mantenerla y comprarla (pagando alrededor de 30% del valor residual que quedaría vigente entonces) o renovar el contrato para volver a transitar con una unidad nueva.
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