Amanece, que no es poco

    En febrero de 1991 una task force integrada por directivos argentinos y alemanes concluyó un plan de emergencia para reducir la actividad fabril de Siemens Argentina a su mínima expresión. Aunque nunca se reveló en forma pública, en realidad se trataba del preludio de la retirada de la empresa de

    la fabricación de equipos telefónicos de la planta de San Martín, que es la principal actividad que aporta a las ventas y utilidades de la empresa.

    En ese momento, por trabajos realizados para la ex Entel, el Estado le adeudaba casi US$ 600 millones. La privatización del sistema telefónico abría un gran margen de incertidumbre sobre la política comercial de las empresas ganadoras de la licitación. No se sabía si Telecom y Telefónica de Argentina, fuertemente vinculadas con empresas proveedoras de Italia, Francia y España, estarían dispuestas a comprar a los proveedores locales o si colocarían las órdenes de compras en el exterior.

    Además, las pérdidas se acumulaban. El balance cerrado el 30 de setiembre de ese año mostró un quebranto de casi US$ 210 millones sobre un volumen de ventas de US$ 345 millones.

    TODO CAMBIA.

    Ese sombrío panorama cambió en forma total. “Hemos decidido invertir US$ 16 millones en 1993” -señala Luis Rodolfo Schirado, el nuevo vicepresidente ejecutivo de Siemens- “porque el clima es muy diferente ahora. Antes, en la era Entel, no había planificación y nunca se cobraba en fecha. Ahora, la programación que hicieron Telefónica de Argentina y Telecom es confiable y tenemos un horizonte de trabajo cierto por primera vez en varios años”.

    Mientras los proveedores locales y los extranjeros se preparan para una licitación por 1,75 millones de líneas que abrirá Telecom en febrero próximo, Siemens ya embolsó órdenes, principalmente provenientes de Telefónica de Argentina, que significan algo más de un millón de líneas para entregar hasta 1996, y 4.100.000 horas-hombre de trabajos de plantel exterior, también hasta 1996.

    Frente a la competencia local y exterior, Schirado ha fijado como objetivo captar no menos de 30% de cada licitación que se abra en el país. Los planes de Telefónica de Argentina y de Telecom suponen una inversión sumada de US$ 1.200 millones por año durante el quinquenio 1992 a 1996 para instalar casi 800.000 líneas por año.

    “Podemos competir porque ahora tenemos la seguridad de cobrar en fecha, la tasa de interés es menor que hace dos o tres años, los aranceles de importación son más bajos y porque antes, por ejemplo, sacar mercadería de la Aduana de Ezeiza demoraba treinta días y ahora sólo ocho”, explica Schirado. “El costo global ha bajado, y nuestros precios también. Pero además hemos hecho una fuerte racionalización de tareas y hemos bajado los costos fijos en 30%”.

    COMPETENCIA.

    El planeamiento estratégico de Siemens está concentrado en incrementar su competitividad para volcarla a bajar los precios. Nadie ignora que las operadoras recibirán fuertes presiones de sus casas matrices para que compren equipos en los países de origen y la única defensa es la eficiencia.

    En los hechos prácticos, la táctica es la proximidad al cliente para solucionar sus problemas. Por ejemplo, Siemens ha formado un plantel de 70 ingenieros que se dedican exclusivamente al desarrollo del software de las comunicaciones sobre la base de la realidad argentina. También duplicó la cantidad de técnicos que están a disposición de las empresas las 24 horas del día para casos de emergencia.

    Según Schirado, se mantiene, al mismo tiempo, la obsesión de Siemens Argentina con la calidad.

    “Estamos en condiciones de ofrecer el producto con una calidad y precio iguales a los de cualquier proveedor de Alemania, Francia, España o Italia e introduciendo las nuevas tecnologías de digitalización”, afirma. “Es muy duro, pero se trata de nuestra supervivencia.”

    Problemas no faltan. Uno de ellos es la proliferación de tecnologías diferentes sobre la base de promover la competencia. “En los países industrializados de gran población y enorme poder adquisitivo existen una, dos, o como mucho tres tecnologías diferentes para aprovechar las economías de fabricación en escala. El peligro es que Argentina sume más tecnologías que puedan implicar costos crecientes.”

    Edgardo A. Silveti.

    INNOVACION PARA EXPORTAR.

    Alta tecnología e innovación. Este es el negocio de Siemens en todo el mundo y, por supuesto, también en la Argentina. Un caso concreto es el diseño y construcción de centrales telefónicas con capacidad de hasta 1.000 abonados y 120 líneas troncales, destinadas a dar nuevo servicio o mejorar el existente. Esta tecnología se generó en la planta de San Martín (en el kilómetro 18 de la ruta 8).

    Los estudios de marketing detectaron que se necesitaba un equipamiento para zonas rurales, localidades de veraneo o pequeños centros suburbanos. Desde ese punto de partida se llegó a la construcción de centrales autónomas, totalmente electrónicas y digitalizadas, sobre la base del sistema EWSD y para operar en condiciones hostiles de temperatura y humedad que caracterizan a los ambientes rurales.

    El ingeniero Enrique Genzone (41 años, tres hijos) comentó que un equipo de 33 ingenieros electrónicos y analistas de sistemas trabajó muy duro durante 140.000 horas-hombre que insumió la investigación y desarrollo hasta llegar a un producto que cabe en un container de 2,45 metros de alto, 77 centímetros de ancho y 50 centímetros de profundidad. “Hasta el momento, hemos colocado

    624 equipos, la mayoría para exportación. De ese total 215 son para la Argentina y el resto tiene destinos diversos, como Turquía (280) e Indonesia (119), y en menor cantidad para Irán, Polonia, Venezuela, Uruguay y Suiza. Es importante otro dato: el total de los equipos vendidos suma 562.187 líneas. Y tenemos pedidos de cuatro países por 112.000 líneas más.”

    Gran parte del éxito de estos equipos es que se tuvo en cuenta que una de las principales características de los medios rurales son las grandes distancias y la falta de personal calificado. Por ello se los ha dotado con un programa almacenado para que funcionen como central no atendida, lo que permite realizar tareas de operación y mantenimiento a distancia. Los abonados tienen ventajas como la observación del medidor, rastreo de llamadas maliciosas, transferencia de llamadas a otro abonado si el aparato está ocupado o sin respuesta, discado abreviado para llamar a otros abonados, servicio de despertador y aparatos con monedero para el cobro de llamadas.

    Por otra parte, explicó Genzone, se da entrenamiento a técnicos de otros países que compran el equipo, y si bien el hardware se puede fabricar en el país comprador, el software que necesita el cliente siempre se desarrolla en la Argentina.