¿Será el chivo expiatorio?

    La clave del programa económico es la deflación. No Sólo control de la inflación. En teoría, los precios deben descender (una exigencia muy alta para cualquier programa de estabilización). La reducción del nivel inflacionario es espectacular, pero no alcanza. Como existe -al menos en teoría- libertad de precios, es el imperio de la oferta y la demanda el mecanismo regulador. En la industria de la alimentación -por razones históricas, estacionales, de precios de materias primas y también por algunos excesos- los precios suben.

    Si en 30 ó 60 días, porque la recaudación impositiva es insuficiente y el egreso fiscal no se logra reducir, el programa económico atraviesa por un momento critico, el equipo oficial buscara desesperadamente un responsable a quien crucificar ante la opinión publica.

    La industria de la alimentación, que ya soporta un embate oficial desproporcionado frente a la real incidencia que tiene en la economía total, puede ser la víctima propiciatoria a sacrificar en los altares de la opinión publica. Un riesgo cierto que el sector debe intentar evitar actuando con energía,

    velocidad y claridad en sus comunicaciones y acciones.-

    MENSAJE PARA MALHER SUS Y COLABORADORES

    Sin fuerte inversión en educación – y correcta asignación de los recursos- no hay, en este tiempo, posibilidad de desarrollo económico. La cuestión no debe angustiar únicamente a los docentes.

    Importa a toda la sociedad, y en especial a los empresarios, que tanto pueden aportar -y en múltiples direcciones- a este proceso. Las nuevas autoridades de la Unión Industrial tienen especial sensibilidad y comprensión de este problema. Deben ponerlo en evidencia de inmediato.

    David Kearns es un hombre coherente -y un buen ejemplo-. Lleva años reclamando un cambio sustantivo en la educación que se imparte en Estados Unidos, y en especial la que se conoce dentro del mundo de los negocios. Cuando le ofrecieron el cargo de subsecretario del área no vaciló:

    abandonó su puesto como presidente de la corporación Xerox para pasar a la función publica en un sector donde el presidente George Bush hizo demasiadas promesas y no tiene logro alguno que exhibir.

    La tarea es inmensa: los niveles de conocimiento de estudiantes secundarios son extremadamente pobres comparados con los usuales en otros países industrializados, y aun con muchos del mundo en desarrollo. Kearns, empresario hasta la medula, propicia dos ideas centrales: alternativas de

    elección,por parte de padres y estudiantes, que obliguen a competir a las escuelas burocratizadas, y tests de alcance nacional que permitan elevar el nivel exigible a los graduados. Es improbable que en el 2000 -como pretende Bush- los estudiantes estadounidenses sean primeros en el mundo en

    ciencias y matemática, pero con un fuerte impulso global -recursos económicos, humanos y métodos nuevos- es posible que EE.UU. no pierda terreno.-

    DEUDA: ALZAS EN EL MERCADO SECUNDARIO.

    En los últimos 60 días, en el mercado secundario de la deuda externa latinoamericana, hubo un notable aumento en las cotizaciones, tanto de los títulos cuyo vencimiento no fue respetado por los emisores como de los pocos que se pagaron puntualmente.

    Lo único malo de estas alzas es que pueden complicar aun mas el vasto proceso regional de privatizaciones.

    Para los interesados en comprar empresas estatales, los títulos se han encarecido y por tanto, la inversión a realizar será mayor.

    La serie de los Bonex ´89 de Argentina aumentó su valor en 18% (cotizan a 65,7). Los títulos de la deuda con bancos comerciales internacionales se cotizan a 20,7. Los mas buscados son los de Chile (86,5); los de México, Venezuela y Colombia. Pero también mejoraron su cotización los de Brasil y los

    de Costa Rica.

    ¿A que se debe este fenómeno? Los compradores piensan que ahora hay mas posibilidades de que los países deudores cumplan sus obligaciones. Todos los bancos centrales de la región han acumulado reservas inimaginables hace dos años. Pero el elemento decisivo puede ser la combinación del Plan Brady y la decisión política de transformar las economías regionales.

    México, Venezuela y Costa Rica demostraron que al reducirse la deuda, se puede pagar con cierta normalidad. Brasil llegó -en principio- a un acuerdo con los bancos: este año pagara US$ 2.000 millones (los intereses pendientes suman US$ 8.200 millones), y los restantes US$ 6.200 se transformaran en una emisión de bonos a 10 años. Argentina pagara durante 1991 US$ 2.600 millones a todos los acreedores externos (solamente US$ 720 millones a los bancos). Los intereses pendientes son de US$ 7.500 millones y la deuda externa total es de US$ 60.500 millones.-

    LA APUESTA ES INVERTIR FUERTE EN TECNOLOGIA

    Los industriales de Estados Unidos tienen una idea clara de cómo detener la “decadencia” del país, para que además de ser una megapotencia en lo militar, lo vuelva a ser en el terreno económico.

    La única posibilidad de mejorar el nivel de productividad -motor del verdadero crecimiento económico- y la calidad de vida de la gente, es apostar fuerte al desarrollo tecnológico. El Consejo de la Competitividad, con sede en Washington, concentra su atención en un solo punto: su reciente informe (“Gaining New Ground”) advierte que la superioridad tecnológica estadounidense ha cedido espacio en casi todos los terrenos.

    Sin ahorrar crudeza, el trabajo recuerda que la competición foránea ha eliminado la industria electrónica y la de robots para factorías industriales. El área de semiconductores, antaño feudo de Silicon Valley, ocupa ahora un distante segundo lugar mundial. La industria automotriz, símbolo de la expansión estadounidense, ha perdido nada menos que 30% del mercado local.

    La tesis dominante asegura que es la propia iniciativa privada, utilizando al máximo las bondades del libre mercado, quien debe encontrar soluciones. El Consejo se permite disentir cautelosamente. En ningún momento propicia la formulación de una “política industrial” que podría sonar a herejía dentro del Partido Republicano, pero, al mismo tiempo que exalta las virtudes de la competencia, propone una alianza -una sociedad, en verdad- entre el Estado y los industriales para recuperar el terreno perdido. El informe se explaya sobre cuales son las “tecnologías criticas” que hay que privilegiar y analiza los sectores en los que el país tiene un papel poco lucido.

    Para reforzar la tesis de la importancia del papel que juega el Estado, se recuerda que EE.UU esta a la avanzada en tecnologías de propulsión -motores y combustibles- como resultado de la intervención gubernamental en los programas espaciales y de defensa. Lo mismo ocurre en el campo de la

    computación, que desde el inicio tuvo fuerte respaldo del Departamento de Defensa. lncluso la delantera en el campo de la biotecnologia se debe esencialmente a la profusión e importancia de los subsidios federales.

    Lo mas controvenido del trabajo es la propuesta de utilizar las ventajas del dividendo de la paz -menores costos en defensa- para elevar exponencialmente la inversión en investigación y Desarrollo.

    Como además la porción de recursos para ciencia pura debe seguir existiendo, o Incluso aumentar, la Industria se queja de que no hay partidas significativas para desarrollar tecnologías de aplicación industrial y comercial.

    FlNALMENTE, “FAST TRACK” PARA MEXICO

    Dentro de Estados Unidos hay fuerte reaccción contra la integración mexicana en el mercado común norteamericano. Los argumentos son poco serios. México no es Japón. Su economía es mas proteccionista que la de su vecino, de modo que las ventajas del desmantelamiento arancelario son en favor del país norteño. El producto per capita es diez veces menor que el de EE.UU y la balanza comercial de productos industriales es ya favorable a los estadounidenses. En que se funda entonces la oposición? La línea argumental proteccionista recurre a unos ingredientes: México es demasiado primitivo y pobre para integrarse con economías sofisticadas como las de Canadá y EE.UU (algo que podrían argüir los mexicanos, que mayoritariamente están a favor de un área de libre comercio).

    Hay mas cargos: los salarios mexicanos son muy bajos; su regulación laboral demasiado estricta; el nivel de protección ecológica inexistente. Otra vez, el tipo de argumentos que puede sostener la oposición mexicana.

    El verdadero temor es que la unidad comercial haga desaparecer millares de empleos en EE.UU., y mucho menos creíble, que nivele la economía estadounidense con los estándares dominantes en la mexicana. Afortunadamente, el Congreso rechazo esta fuerte embestida y acaba de aprobar el “fast track” o camino rápido que permitirá a George Bush proponer un tratado que deberá ser aprobado -o rechazado- en bloque sin posibilidad de abrir interminables negociaciones y proponer millones de modificaciones (al mismo tiempo que extiende las facultades presidenciales para lograr acuerdo en el GATT).