Nada es permanente

    En los últimos 21 meses, el escenario político y económico mundial ha cambiado más que en los 21 años precedentes. No hay más Muro de Berlín ni Alemania Oriental; atisbos de democracia y libre mercado despuntan entre los antiguos satélites soviéticos; la URSS se desintegra; Japón rediseña el sudeste asiático; la CEE confirma que es el principal actor económico mundial; y Saddam Hussein refutó categóricamente Francis Fukuyama y a su difundida tesis sobre “el final de la historia”.

    América Latina se lanzó, en forma decidida, a la apertura de sus economías a las grandes corrientes del comercio y las finanzas mundiales, abrazó la privatización y la reforma del Estado, y echó por la borda el lastre de anacrónicos ideologismos.

    Qué decir de la Argentina, donde el gobierno pasó a otro Presidente, también electo -como el anterior- por mayoría de la ciudadanía, pero en representación del entonces principal partido opositor. Donde se ha pasado por hiperinflaciones, sucesivos ajustes y reformas económicas de tal magnitud que eran simplemente inconcebibles hace apenas un lustro. MERCADO registró

    prolijamente todos estos cambios, también durante los 21 años que lleva en contacto con sus lectores. Y extrajo sus conclusiones: junto con Heráclito cree que ´´nada es permanente, salvo el cambio”. Los excitante desafíos de esta década necesitaban adecuada respuesta. Con la misma aceleración histórica que imprime un ritmo de vértigo a los acontecimientos, MERCADO ha cambiado

    sustancial y dramáticamente en apenas 30 días.

    Mientras los lectores veraneaban, se trabajaba febrilmente en este renacimiento de la revista decana en economía y negocios. Así como durante varios lustros hubo un estilo MERCADO que fue prolijamente imitado por otros intentos editoriales, es de toda certeza que lo mismo comenzará a ocurrir con este nuevo producto.

    Hay cambios en la presentación y diseño de la revista, en la portada y en el interior, en la tipografía y en la combinación de recursos gráficos que guardan correspondencia con nuevas tendencias y desarrollos en el arte del diseño contemporáneo. Hay un actualizado estilo narrativo, una nueva estructura de secciones que presenta los materiales según un plan maestro, según una partitura previamente compuesta. Nada está donde está por casualidad o accidente.

    Antiguos hábitos obligan a prestar excesiva atención a lo cotidiano, a lo circunstancial, e inclusive a lo anecdótico.

    MERCADO asume el compromiso de superar esta limitación y proveer un ámbito de debate, sereno, inteligente y reflexivo, que obligue a levantar la visión sobre el horizonte.

    * Se continuará registrando la actualidad, pero con un prisma particular: habrá un riguroso criterio selectivo sobre lo que realmente es relevante.

    * No todo lo que ocurre es noticia; y no todas las noticias merecen tanto espacio.

    * Más que lo que pasó, interesa lo que ocurrirá.

    * Potenciar nuevos debates, dar aire a nuevas ideas y conceptos, refrescar claustros académicos, descubrir talento, será esfuerzo permanente.

    * Evitar el dialecto hermético, de jerga de cofradía que suele ser la plaga de las publicaciones económicas, será una renovada obsesión.

    * Queda desterrada además, esa jerga “sanata”, fidelpintiana, a la que es tan afecta la dirigencia político-tecnocrática en nuestro país. Es mejor decir como Jesucristo: “por sí, dirás sí; por no, dirás no”.

    * En Argentina muchos creen, como aquel escéptico periodista inglés, que: “noticia es algo que alguien, en algún lugar, está tratando de suprimir”. No en MERCADO.

    * La tendencia a la indiferenciación (los medios tienden a parecerse entre sí) es el riesgo más serio del periodismo actual. Con sano temor, se hará lo imposible por evitarlo.

    Fundada por periodistas, propiedad de periodistas y dirigida por periodistas, MERCADO exhibió -por las mismas razones- una fuerte personalidad. En eso no hay cambio; apenas un relevo, una posta, en el equipo directivo (se retira María I. Cercos de Delgado y se incorpora Miguel Angel Diez a quien se le ha confiado la responsabilidad de esta nueva etapa).

    En un ambiente donde se usa y abusa del pronóstico, hay una sola predicción contra la que luchará MERCADO: la de la profecía que se cumple a sí misma y que se condensa en la frase “Hoy estamos mal, y mañana será peor”´.

    Salvo el cambio.