Para que una idea valga, primero hay que registrarla


    Hernán Oriolo.
    Foto: Diego Fasce

    Si Domingo Faustino Sarmiento emprendiera hoy su viaje al exilio seguramente
    los alumnos de la Argentina del siglo 22 tendrían que analizar la siguiente
    frase “Las ideas no se matan, y tampoco se copian”. El crecimiento
    en los últimos años de registros de marcas, ideas e inventos se
    corresponde con dos factores: el valor comercial que puede tener algo novedoso
    y la posibilidad de plagio, imitación o de robo de un bien que un día
    puede valer cero y al otro día un millón o directamente generar
    un nuevo sector en la economía.
    Para algunos analistas, en líneas generales la Argentina tiene un régimen
    adecuado en protección de marcas y patentes, incluso con figuras de tipo
    penal y con la posibilidad concreta de solicitar medidas cautelares bastante
    efectivas, aunque, afirman, quedan algunos temas a resolver para que la protección
    sea más sofisticada, principalmente en temas de acuerdos y convenios
    internacionales.
    El aumento de la demanda de profesionales con competencia en estas áreas
    llevó al estudio Abeledo Gottheil Abogados SC a abrir un departamento
    específico para trabajar en estos temas tanto en sede judicial como en
    sus aspectos administrativos de registros. Desde esta nueva unidad de negocios
    afirman que estos temas son áreas de continua evolución en derecho
    porque siempre aparecen aspectos nuevos, generalmente vinculados a los cambios
    y transformaciones tecnológicas como por ejemplo los dominios en Internet.
    “Brindamos un servicio de asesoramiento respecto de las marcas que se
    quieren registrar de manera que se tenga menos chances de recibir oposiciones
    por parte de terceros. Las marcas se registran bajo distintos tipos de clases,
    depende de la categoría. Nosotros hacemos ese primer análisis,
    luego hacemos el registro. Después de esa instancia puede venir un tercero
    a oponerse, en ese caso primero se intenta llegar a un acuerdo y si no se puede
    se lleva a sede judicial con un requerimiento que se llama acción de
    cese de oposiciones; todo esto se hace en la justicia Federal, Civil y Comercial.
    El aspecto contencioso no es un tema nuevo para el estudio, lo novedoso con
    este departamento es que ahora hacemos algunos asuntos administrativos como
    los registros y análisis de marcas”, dice Hernán Oriolo,
    socio del estudio a cargo del departamento de marcas y patentes.

    Un proceso largo
    Uno de los inconvenientes es que la oficina de marcas y patentes no se expide
    en cuanto a la legitimidad de las oposiciones. No resuelve como en otras oficinas
    del mundo donde sí deciden como si fueran jueces. En principio los conflictos
    se tratan entre las partes presentando escritos en sede administrativa, si no
    se llega a un acuerdo dentro del plazo de un año se pasa al ámbito
    judicial.
    “Tenemos una justicia muy especializada y sofisticada para estos temas
    a pesar de que uno quisiera que todo se resolviera en una instancia administrativa
    y no judicial, pero lo cierto es que la justicia Civil, Comercial y Federal
    desde hace muchos años viene resolviendo temas marcarios. Si bien es
    un poco más burocrático, tiene un grado de especialización
    muy alto y también las instancias superiores. El problema es que como
    todo proceso judicial tiende a dilatarse aunque obviamente tener un fuero especializado
    ayuda bastante”, afirma Oriolo.
    “En donde uno toque siempre va haber puntos a mejorar, sería difícil
    identificar un sector donde haya más conflictividad que en otro, tal
    vez los clientes que tienen productos de consumo masivo y que registran marcas
    con más frecuencias o que desarrollan más cantidad de productos,
    estén mas expuestos a estos problemas. Donde sí tendría
    que haber algunas mejoras significativas, por ejemplo, es en la protección
    de formatos televisivos o de propiedad intelectual”, agrega Georgina Pianta
    encargada senior del mismo departamento.
    Con respecto a los temas de patentes los problemas se vuelven más complejos,
    por un lado porque se necesita más análisis y se requieren más
    técnicos y tiempo para resolver, y por el otro, porque la Argentina tienen
    una de las tasas más altas en cuanto a registro de inventos. M