Más producción, venta y exportación de automóviles

    Por Miguel Ángel Diez y Juan Carlos Valenzuela


    Fernando Fraguío
    Foto: Gabriel Reig

    El titular de Adefa, Fernando Fraguío admite este clima festivo, pero conserva un tono cauto y medido, especialmente cuando se tocan temas sensibles como precios y relaciones con el Gobierno.
    Fraguío –quien también es director general de Iveco, la terminal que fabrica camiones– analiza temas centrales del desarrollo del sector a escala global, proporciona los datos más relevantes del sector y admite que algo importante hay que hacer, con el Estado y el resto de la sociedad, para mejorar la seguridad vial.
    Un ciclo económico estable, con el consiguiente aumento de la demanda, permitirá lograr cifras récord para la actividad, la recuperación de la rentabilidad y un desarrollo del crédito en el sector.

    –El continuo desarrollo de la industria automotriz, ¿incidirá sobre la movilidad social? ¿Se hará sentir en los nuevos mercados, especialmente si continúa la construcción de rutas fuera de ciudades, cambia el perfil de combustibles y aumentan las oportunidades de trabajo?
    –La industria automotriz es motor del crecimiento de la economía. En la Argentina, desde hace más de cuatro años, el sector automotor es el rubro industrial de mayor crecimiento. Solamente hay 36 países que tienen industria automotriz. Los trabajadores de esta industria son técnicos y profesionales de gran capacitación, lo que implica una incidencia cierta sobre la movilidad social, interpretada como mejoramiento de las condiciones de ingreso, educación y calidad de vida de la gente.
    La industria automotriz satisface las necesidades de la gente que necesita transportarse y transportar las mercaderías que produce. Cuanto más se comercia dentro de un país y con otros, más vehículos se demandan. Y esos vehículos deben circular por rutas cada vez mejores, más amplias. La existencia de esas rutas, como la de toda obra de infraestructura, ayuda a que se desarrollen inversiones productivas en los alrededores de su recorrido.

    –En el mercado local, ¿lo mejor está por venir? ¿Se superarán las 500.000 unidades este año? ¿Todas las empresas del sector operan con rentabilidad?
    –Es muy probable que este año superemos las 500 mil unidades.
    Pese a que esa es una pregunta que debe responder cada empresa, en líneas generales, nuestras asociadas están comenzando a reencontrarse con un margen reducido de rentabilidad operativa con el cual deben hacer frente a las enormes pérdidas que se produjeron durante la crisis 2001-2002 y amortizar las inversiones del período 2004-2008 que, como hemos dicho en varias oportunidades, superan los US$ 2.000 millones.
    Por eso, no se debe confundir volumen con rentabilidad… Estamos bien, en muchos casos los balances han dejado de ser rojos, pero nuestra industria, aun en plena bonanza tiene márgenes pequeños de rentabilidad.
    En el otro orden de cosas, está claro que hay unidades que por sus condiciones de seguridad o ecología ya no deberían estar circulando y la intención de Adefa es llamar la atención sobre una situación grave. Sin duda, las terminales y toda la cadena de valor deberán sentarse con el Estado y organizaciones de la sociedad para que en el año de la seguridad vial se creen condiciones para retirar del mercado esos vehículos no aptos desde la perspectiva de la seguridad o del cuidado del ambiente. Hay que encontrar –entre todos– un mecanismo para que esos vehículos puedan ser renovados.

    –Se podría pensar en una versión diferente del “plan canje” para retirar unidades del mercado que no reúnan las condiciones adecuadas para transitar.
    –La actual administración terminó pagando la deuda del plan canje, pero las pérdidas que sufrió el sector por el traslado de una moneda a otra y de un tiempo al otro fueron muy elevadas. De modo que este tipo de ideas las analizamos con sumo cuidado.

    –¿Cómo está el panorama en materia de crédito y financiación? ¿El comprador de un primer coche, se inclina ahora por uno nuevo antes que por un usado?
    –En la actualidad 30% de los automotores que se venden en el país tienen algún tipo de financiación. El restante 70% es comprado al contado. Una situación inversa a la que sucede en la mayoría de los mercados (incluido Brasil, donde es exactamente al revés).
    Auto nuevo de baja cilindrada o usado chico o mediano, son opciones que tiene el comprador de un primer auto. Hay que tener en cuenta que este año se venderán unos 500 mil vehículos nuevos y más de un millón de usados.

    –¿Es probable que el futuro de la industria automotriz tenga mucho que ver con el leasing?
    –Es así en todo el mundo. La Argentina todavía está mucho más volcada hacia el crédito prendario. Hay que explicar que el leasing, que en definitiva significa alquilar por un tiempo la unidad con opción a compra, no es perder la posibilidad de propiedad. No soy un inquilino, elijo al final del período si me la quedo o no. Pero el valor residual de los autos en la Argentina es alto.
    En general, todos los que toman un vehículo por leasing, un camión o un auto, ejercen la opción de compra y los venden. Es muy raro que alguien deje el vehículo porque la opción de la compra es menor que el valor residual.

    –La exportación se mantuvo bien incluso en épocas de crisis. ¿Se sigue dependiendo de ellas o el mercado interno ahora es gravitante? ¿Crecerán las ventas externas?
    –La exportación es importante al igual que el mercado interno. Es un conjunto. La variedad de mercados a los que exportamos –76 países– nos permite una mayor protección frente a los vaivenes de la demanda interna, aunque estamos convencidos de que en los próximos años el mercado interno seguirá creciendo, aunque no al extraordinario ritmo de los últimos cuatro años.

    –Los precios de las nuevas unidades han registrado aumentos. ¿Están ya, en dólares, a igual precio que antes de la devaluación? ¿Hay problemas con los organismos del Gobierno que monitorean precios?
    –Los precios de los automotores han registrado aumentos desde el fin de la convertibilidad hasta hoy, pero no han recuperado los valores en dólares de ese entonces. El precio de un automotor es fruto del costo y de la competencia en el mercado. Todos los commodities (petróleo, chapa, plásticos) han aumentado extraordinariamente en los últimos tres años. Pero los precios de los autos subieron por debajo de esos valores.
    Cada empresa maneja sus precios en forma individual, al igual que la relación con las autoridades que monitorean los precios. En Adefa tenemos una política: la entidad no habla sobre precios y su presidente tampoco. La política de precios es resorte de cada una de las empresas. Percibo, por la actitud de mis colegas, que son respetuosos de los acuerdos que han elaborado en su momento con el Gobierno y que manejan los precios con suma prudencia económica y mucho respeto por el mercado.

    –¿Cuál es el nivel de las inversiones previstas en el sector y en qué se aplicarán?
    –En el lapso 2004-2008 el sector superará los US$ 2.000 millones. Se aplicarán a nuevos modelos, a ampliación de plantas y a desarrollo de proveedores locales.

    –La cifra es importante, pero ¿cómo es la composición de esas inversiones? ¿Cómo es su naturaleza y calidad?
    –Siempre hay dos fases en la inversión: la mayor parte de ellas es en activos fijos, como las tierras, los edificios, las playas. Durante la década pasada hubo una fuerte inversión en el campo de activos fijos y también en equipamientos.
    Pero después el equipamiento va quedando obsoleto. Hoy todas las terminales ofrecen vehículos nuevos, y los modelos se renuevan cada vez más rápido, la vida comercial útil de un vehículo es más corta. Antes se tardaba añares en desarrollar un producto y hoy, una vez que en cualquiera de las terminales se empieza a hablar de un nuevo producto, a los dos años está en la calle.
    Entonces diría que las inversiones más fuertes van a ser en desarrollo de nuevas tecnologías, nuevas plataformas, nuevos modelos. M

    Iveco, en un mercado que “tira”

    El único fabricante de camiones medianos y pesados que quedó en la Argentina fue Iveco. Todos los demás camiones medianos y pesados que uno ve circulando en la Argentina son brasileños u ocasionalmente, de algún otro origen, pero los únicos argentinos y cordobeses son los de esta marca, dice con evidente satisfacción Fernando Fraguío, también director general de Iveco.

    –¿De qué otra procedencia pueden ser estas unidades?
    –A veces hay camiones, que por la particularidad de la tarea a cumplir, por ejemplos los que trabajan específicamente en minería, provienen de Europa, Estados Unidos e incluso hay algún cupo de Uruguay.
    Como Iveco, fabricamos nuestros camiones medianos y pesados en nuestra planta de Córdoba y los camiones livianos los fabricamos en Brasil y hacemos el intercambio, con el agregado de que exportamos camiones medianos y pesados a varios países latinoamericanos y algunos destinos menos tradicionales como son Siria, Arabia Saudita, e Irán. Acabamos de cerrar una orden interesante con Angola.

    –¿Cómo ven el negocio en los próximos cinco años, según las proyecciones que ustedes hacen?
    –Lo vemos muy bien. En la jerga de la actividad camionera, decimos que este es un mercado “que tira”. Imaginamos cuatro años de crecimiento, pero de un crecimiento pausado, no a los niveles tan importantes que hemos tenido en estos últimos cuatro años. Aquí ocurrió que a principios de la década el mercado se destruyó. Luego la economía empezó a crecer, y la actividad del transporte por camión acompañó ese crecimiento. Pero es lógico pensar que no vamos a seguir creciendo a 30% anual, y que en los próximos 4 años vamos a estar en un mercado más pausado que puede llegar a crecer 5 ó 6 % anualmente.

    –¿Ya recuperaron los niveles previos a la crisis, y ahora es crecimiento genuino?
    –Hoy estamos por valores que son históricamente récord; es decir superamos los mejores valores históricos argentinos. Como también pasó con la industria del automóvil que en marzo tuvo el mes más importante de la historia argentina. Camiones y autos no necesariamente caminan por la misma senda, pero se parecen bastante.

    –¿Qué parte del negocio aporta el mercado interno y qué parte la exportación?
    –Estamos en una relación ideal: mitad por mitad.

    –¿Cuáles son las grandes cifras de Iveco, tanto en unidades como en facturación?
    –Iveco va a producir este año cerca de 11.000 grandes conjuntos que se reparten entre camiones rodantes, CKD que es la unidad lista para ensamblar con algún valor agregado local en otro mercado (Venezuela es el típico mercado que nos compra los dos tipos de productos). Y grandes conjuntos para Brasil, como por ejemplo son las cabinas de los camiones pesados ya terminadas.
    De todo esta producción, la mitad se coloca en el mercado argentino, y la otra mitad se exporta. Este año, en el mercado argentino venderemos 3.500 unidades. La marca aspira a una cuota de mercado del orden de 15%, En el segundo semestre estamos lanzando una gama de productos nuevos; la idea nuestra es completar la gama. En el mundo somos lo que se llama una empresa full range. Pero en la Argentina y en la región, todavía nos falta completar alguna potencia.

    –¿Y en facturación para este año y para el año pasado?
    –Vamos a crecer año contra año aproximadamente 20%. Este año esperamos facturar cerca de € 250 millones ($ 1.050 millones) y el año pasado fue poco más de € 200 millones ($ 890 millones).