Desembarco chino en la Argentina

    Por Cintia Perazo


    Fabián Colussi Silva.
    Foto: Diego Fasce

    Recientemente un conjunto de compañías que fabrican productos electrónicos –exceptuando computadoras– anunció que acaba de poner su pie en la región y que Buenos Aires fue la elegida como sede. Al parecer la capital argentina fue seleccionada, fundamentalmente por un tema de costos y por la capacidad del management local. Las compañías asiáticas planean invertir conjuntamente US$ 4 millones entre 2006 y el primer semestre de 2007, y proyectan una facturación regional de US$ 40 millones.
    El consorcio está conformado por 131 fábricas y una empresa comercializadora: Hong Kong CFG. “Nosotros somos los encargados de vender los productos del resto de las empresas que forman parte de Capital Dragon –explica Fabián Colussi Silva, director comercial para Latinoamérica de Hong Kong CFG y continúa– “Elegimos como cabecera de playa a Buenos Aires, desde aquí manejaremos toda la región, incluyendo Miami”.

    Invasión
    A pesar de que los anuncios parecen, a simple vista, buenas noticias para el país, el aumento de las importaciones de productos asiáticos preocupa a los economistas y a los principales actores del sector.
    En los últimos meses los artículos made in China continúan inundado las góndolas de los negocios argentinos. Según los industriales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las importaciones desde el país oriental crecieron 44% en el primer trimestre de este año si se compara con el mismo período del año anterior. Si bien lo exportado desde la Argentina al gigante asiático fue 71% más, si se compara con el primer trimestre de 2005, lo cierto es que gran parte de esas cifras se explican por productos primarios. De hecho, las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) a China retrocedieron 34%. “La buena noticia es que se está achicando el déficit gracias al crecimiento de las exportaciones. Sin embargo, se acentúa un patrón de comercio en el que la Argentina exporta commodities y China bienes manufacturados”, advierten en la CAME.
    Frente a estos números el director comercial de Hong Kong CFG dice: “creo que nuestro accionar no desequilibra la balanza comercial. No vamos a hacer que se importe más o menos sino que cambie la composición de lo que se importa. Actualmente ya las cadenas especializadas de retail locales tienen sus marcas con productos fabricados en China, pero existen intermediarios que se quedan con un porcentaje importante de la ganancia, lo cual encarece los precios finales. Es a ellos a quienes queremos sacar del medio porque nosotros ofrecemos además de precios más baratos, financiación, servicio técnico, customización y servicios logísticos. Todo esto, indudablemente aumentará la brecha comercial entre la Argentina y China”.

    Cambios en la cadena de venta
    En Hong Kong CFG aseguran que ellos importarán, localmente, un nuevo concepto de servicios: brandware. “El creador de este concepto sostiene que los consumidores finales disponen de mucha información para tomar las mejores decisiones al comprar. Las personas eligen el producto más económico aunque la marca no sea conocida”. Según el vocero del grupo, las marcas más reconocidas tienen acuerdos con fabricantes chinos y al haber tantos intermediarios el consumidor final termina pagando demasiado por los productos. “Las marcas incluyen su porcentaje a los artículos fabricados en China, luego lo hacen los mayoristas, además debe sumarse el porcentaje del supermercado o de la cadena vendedora. Finalmente el consumidor termina pagando US$ 25 por un equipo que costaba US$ 10 en la fábrica. En resumen, brandware dice que llegó el momento de acercar las fábricas al retail y a los supermercados”, destaca Colussi.
    El problema es qué pasará con todos estos intermediarios si cambia la cadena de comercialización. En este punto el ejecutivo destaca que será fundamental que las marcas brinden más valor agregado. “Los mayoristas deberán ofrecer mucho volumen y crédito para que tenga sentido que continúen estando en el medio”, detalla el director comercial de Hong Kong CFG.
    A este fenómeno se suma otro que también se está dando a escala mundial: las cadenas minoristas y los supermercados quieren tener sus propias marcas. De hecho a escala local varias cadenas ya las tienen. Antes, las tiendas gastaban mucho dinero en publicidad y marketing con una marca que no era propia y ante cualquier inconveniente, si la marca dejaba de venderle, eran muy importantes las sumas de dinero que perdía. Ahora las cadenas prefieren tener sus propias marcas y posicionarlas según su público, para que el éxito o fracaso dependa de ellos y no de un tercero. Ahí entra en juego, también este consorcio porque posen más de 1.000 artículos y varias líneas de productos.
    Además cuentan con un servicio de provisión de marca para aquellas tiendas que no poseen una propia pero desean tenerla. “Nosotros hemos registrado en el plano multinacional una serie de marcas y se las ofrecemos a nuestros clientes para que las adquieran como propias. Musimundo, por ejemplo, ya lo ha hecho con Therbuss”, cuenta Colussi. En virtud de este acuerdo firmado con la cadena, Hong Kong CFG le suministra no sólo la marca. También le aporta financiación para que hagan las campañas de marketing, para mantenimiento de la web y le venden todos los artículos que forman parte de esta línea de productos. Actualmente Therbuss está atravesando un período de traspaso de propiedad porque terminará siendo 100% de Musimundo.
    Pero el negocio no se limita a las cadenas. Este conglomerado de empresas también ofrece sus productos a compañías tecnológicas de primera línea. A Imation, por ejemplo, les suministran su línea de MP3, memorias flash y pen drives. Asimismo planean convertirse en un proveedor de regalos empresariales y de merchandising. M