“Las compañías con estrictos cánones de ética,
negocios sólidos y transparencia contable superaron esa crisis y prosperaron”.
Importa consignar un dato que se transluce en varias respuestas: a veces, el
respeto deriva del tamaño o la agresividad de una compañía
(por ejemplo, Exxon Mobil o Wal-Mart).
Los inversores, individuales e institucionales, tienen memoria de elefante y
buen olfato. La investigación de la revista, primera de su tipo que encara
este tema, muestra que las empresas más respetadas logran mayor capitalización
bursátil y, si atraviesan dificultades, encuentran mejor actitud en el
mercado.
La encuesta básica del estudio contó con la asistencia de Beta
Research, que cubrió un universo de tres mil inversores profesionales,
con nombre y apellido. Al grupo se le entregó una lista de las cien compañías
o grupos más grandes del mundo, en términos de valor accionario.
Los consultados debían calificar qué respeto le tenían
a cada una: alto, moderado, parcial o nulo. Cada respuesta recibía un
puntaje, aun si el respeto era nulo. En las respuestas debían explicarse,
asimismo, los criterios utilizados al calificar las empresas y eso pudo haber
asustado a muchos: Wall Street no se distingue por su coraje.
En ese plano, los factores preferidos fueron: management fuerte, buena estrategia
de negocios y ética. Recién después aparecían crecimiento
sostenido de ganancias y perfil financiero.
Sin sorpresas
General Electric es la primera, y no extraña. En su caso, 63% de consultados
la respeta en alto grado y admira su modelo de negocios. Sin duda, GE impresiona
como conglomerado de excelente gestión, que ha manejado bien la transición
de Jack Welch, casi una institución, a Jeffrey Immelt.
Johnson & Johnson aparece segunda. Ya mucho antes de su inteligente manejo
de la “crisis Tylenol” (hace veinte años) y la integridad
demostrada al retirar toda la existencia, la firma gozaba de envidiable reputación
por ética, calidad de marcas y gestión ejecutiva de largo aliento.
Además, J&J se ha distinguido, en el campo farmo-químico,
por otorgar a las subsidiarias inusitada autonomía. De esa manera, ideas
e iniciativas en investigación y desarrollo vienen de abajo. No son dictadas
desde la cúpula en casa central. Hasta ahora, la compañía
no figura en la larga lista internacional de laboratorios bajo fuego por mantener
en venta medicamentos presuntamente riesgosos. Por otra parte, sus ingresos
no dependen sólo de una o dos especialidades patentadas.
Microsoft es la tercera en la encuesta Barron’s. Eso revela que su reputación
ha sufrido algunos embates en Wall Street. En esencia, por sus batallas jurídicas
con el gobierno federal norteamericano, nueve estados y la Comisión Europea,
todas por lo mismo: abuso de posición dominante en el mercado. Para el
caso, imponer a fabricantes y usuarios la versión de Windows XP con Media
Player.
Los tres primeros puestos resaltan un sesgo lógico en una muestra dominada
por inversores locales: aparecen mejor calificadas las 58 firmas estadounidenses
que las 42 extranjeras incluidas en la lista de cien. Pero, a pesar de todo,
el cuarto lugar es un golpe bajo para Detroit, pues le cabe a Toyota Motor.
Considerada “altamente innovadora”, “la mejor de su clase”
y –esto es clave– “líder en una industria donde la
competencia es brutal”, la automotriz japonesa es símbolo de superiores
prácticas en manufactura, excelente diseño, mejora constante de
calidad y un marketing imbatible. Todo, pese a quince años de recesión
en su país y los problemas del mercado estadounidense. Importa acotar
que, más allá de las veinte primeras, surgen Honda, Volkswagen
y Samsung.
Los puestos que siguen de inmediato no deben sorprender a nadie. Les cupieron
a Procter & Gamble (quinto), Dell Computer (sexto), Intel (séptimo)
y Exxon Mobil (octavo). En cuanto a P&G, comparte características
con General Electric, mientras hay algunos rasgos comunes entre Microsoft, Intel
y Dell.
Algunos matices
La revista observa, en lo tocante a la mayor petrolera mundial, que el respeto
parece referirse al tamaño de la empresa, su agresividad y su extremo
aprovechamiento de un mercado tan especulativo como alcista. No entran ahí
factores éticos ni responsabilidad social.
El noveno lugar fue para un gigante del comercio minorista, Wal-Mart Stores,
por su dominio casi clásico del negocio, su penetración en el
mercado y su papel en mantener bajos los precios de alimentos y una larga serie
de artículos vitales para el hogar. Su logística también
se considera como modelo.
Esas mismas características determinan que el décimo puesto haya
sido para la otra empresa extranjera en la primera decena: Target. Se trata
de la “Wal-Mart británica”, líder en las islas. Resulta
curioso, atisbando más allá de los líderes, descubrir en
undécimo sitio otra cadena minorista, Walgreen. M