Ilustración: Agustín Gomila
Empero, dos tercios del crecimiento entre cotizantes bursátiles de Occidente
se deben a haber hallado el mercado justo y la corriente adecuada.
Entonces ¿qué corrientes definirán el mundo de 2015? Predecir
cambios o crisis a corto plazo suele ser tarea inútil. Pero encarar el
largo plazo es factible –presume Ian Davis, director gerente de la consultoría–,
si se identifican tendencias macroeconómicas claras. Tales como las diez
de este trabajo.
1. Cambios de máximo alcance
Las economías centrales mutarán en lo global y lo regional, por
efectos de la liberalización de flujos comerciales, los avances tecnológicos,
el desarrollo de mercados de capital y las tendencias demográficas. Sin
duda, habrá crisis y caídas, pero la tendencia de fondo persistirá.
En la actualidad, Asia oriental –salvo Japón– representa
13% del producto bruto global, en tanto la Unión Europea significa más
de 30%. Dentro de los próximos veinte años, ambas economías
estarán a punto de converger. Algunas áreas –industria,
servicios de TI– sufrirán transformaciones más marcadas.
Más allá de vaivenes, Estados Unidos seguirá aportando
en alto grado al crecimiento económico mundial.
2. Sector público
Se expandirá y deberá mejorar productividad. El envejecimiento
de la población en las economías centrales exigirá nuevas
pautas de eficiencia estatal. Sin avances claros en materia de “productividad
administrativa”, el peso de la seguridad social y el sistema jubilatorio
puede llevar las tasas a niveles insoportables.
El problema no se limita a las economías líderes.
3. Consumo
Su perfil cambiará y se expandirá en forma notable. Casi mil millones
de compradores potenciales ingresarán al mercado en 2006-15, a medida
como el umbral de ingresos personales –promedio global– pase los
US$ 5.000 anuales, punto donde la gente de países en desarrollo empieza
a gastar en rubros no imprescindibles. Es probable que en durante estos diez
años, el poder total de compra entre esos consumidores se incremente
de los cuatro billones actuales a nueve, en dólares de hoy.
4. Tecnología y comportamiento
Campos como biotecnología, láser o nanotecnologías se proyectan
hoy mucho más allá de productos y servicios.
No obstante, la carga más innovadora en TI hace al comportamiento de
personas y organizaciones. El trabajo ya no es sólo global, sino también
simultáneo. Las relaciones se desenvuelven por nuevos canales: más
de 2.000 millones usan celulares, nueve billones de e-mails se envían
por año y Google procesa 2.000 millones de búsquedas diarias.
Por primera vez en la historia, la geografía no es obstáculo primario
en lo social o económico. Al menos, en los países centrales.
5. Profesionales, en el cambio
Los actuales cambios en trabajo profesional se acentuarán más
allá de la migración de empleos a países de salarios exiguos.
El creciente énfasis en sectores intensivos en conocimiento subraya la
importancia y la escasez de profesionales bien preparados.
Los 33 millones de graduados terciarios que emergen cada año en el mundo
en desarrollo son, por cierto, más del doble que en los países
centrales. Para muchas empresas y gobiernos, las estrategias globales de empleo
adquirirán, pues, la relevancia que hoy tienen la tercerización
y la producción.
6. La gran empresa
Su papel y sus actitudes caerán bajo duro escrutinio. A medida como los
conglomerados se expandan y su presión sobre el ambiente se intensifique,
aumentará el grado de sospecha social. Ocurre que ciertos intocables
del mercado –dividendos a accionistas, comercio libre, patentes, productividad
a costa del empleo– no se entienden ni, mucho menos, se aceptan en buena
parte del planeta.
Escándalos y fallas ambientales son tan inevitables como proclives a
adquirir visos desproporcionados, que generan resentimiento y exigencias de
volver a esquemas reguladores.
7. Recursos naturales
Su demanda irá creciendo, junto con los riesgos ambientales y ecológicos.
Al acelerarse la expansión –particularmente la de áreas
en desarrollo–, los recursos naturales se explotarán en escala
sin precedentes; en especial, los no renovables. Por ejemplo, la demanda de
hidrocarburos se elevará 50% de ahora a 2025. Sin grandes hallazgos o
drásticas innovaciones, las reservas conocidas irán agotándose.
La escasez de agua será una traba clave para el desarrollo en muchos
países. Mientras tanto, se requerirán cambios fundamentales en
el uso del aire, un recurso castigado –entre otras cosas– por la
contaminación y el deterioro en la capa de ozono. Nuevas tecnologías,
regulaciones y uso racional de recursos serán indispensables para crecer
sin severos problemas ambientales.
Tendencias sectoriales
Finalmente, Davis identifica un tercer grupo. Vale decir, tendencias sectoriales
que suelen promover cambios en empresas y negocios.
8. Estructuras globales
En respuesta a cambios en la regulación de mercados y nuevas tecnologías,
prosperan negocios no convencionales que, a veces, coexisten en el mismo mercado
o segmento. Surge, así, una estructura novedosa: unos pocos gigantes
en la cúpula, una estrecha franja intermedia y, abajo, una multitud de
jugadores chicos pero movedizos.
9. Management
Esta disciplina evolucionará de arte a ciencia. Organizaciones más
grandes y complejas requerirán instrumentos adecuados para manejarlas.
En verdad, la mejora de controles estadísticos ya da lugar a nuevas conceptos
de management que tornan viables inclusive las megaempresas.
Instinto y olfato pasaron a la historia. Los actuales líderes ejecutivos
adoptan técnicas algorítmicas para tomar decisiones y emplean
software de suma complejidad para timonear sus organizaciones. El management
científico va convirtiéndose de algo que crea ventajas competitivas
en un factor clave para el juego entre empresas y mercados.
10. Información
El acceso ubicuo y continuo a datos también altera la mecánica
del conocimiento: lo hace al mismo tiempo más fácil de obtener
y más especializado. La expresión más obvia de esta tendencia
son los motores de búsqueda, que ponen a disposición inmediata
del usuario una masa casi infinita de información. Si bien no debe confundirse
con datos, el acceso al conocimiento está casi universalizado.
Van surgiendo nuevos modelos para generar conocimiento, distribuirlo y patentarlo.
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Petróleo, religión y deuda, un cóctel “American Theocracy” es el último libro publicado |