Récord de demanda en personal temporario

    Después de registrar, a mediados del 2002, su peor momento en muchos años y tras
    una fuerte reducción en el número de competidores, el mercado de las empresas
    de trabajo temporario registró un fuerte repunte y llega a niveles que son récord
    desde que el Indec comenzó a medirlo en 1995, tanto en el número de personas empleadas
    como en la facturación.
    Por sus características, las empresas de personal temporario suelen ser las primeras
    en sentir las consecuencias de las caídas e incrementos de la actividad económica.
    Con el crecimiento del 2003 y lo que va del 2004, el sector logró salir del pozo
    al que había caído en el 2002, cuando tocó los mínimos registrados en 1995 y principios
    de 1996 como consecuencia de la crisis del “tequila”. En dos años, ha más que
    duplicado su actividad.
    En el segundo trimestre del 2004, el número de personas contratadas aumentó más
    de 30% con respecto al mismo período del 2003, aun con el pico registrado en mayo
    del año pasado por la alta cantidad de personas empleadas para las elecciones
    nacionales. La diferencia con respecto al mismo trimestre del 2002 supera 110%.

    La Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT) agrupa a 44
    de las 96 empresas registradas, pero sus socios concentran más de 70% de los trabajadores
    ocupados. Vicente Stagno, presidente de la entidad, destaca que la recuperación
    “comenzó lentamente a partir de junio de 2002 y con más fuerza desde mayo de 2003”.
    Y aclara: “En el segundo semestre del año pasado, pasamos de tener 47.000 personas
    trabajando a 70.000. La tendencia para este año no es tan acentuada pero sigue
    la evolución positiva”. En junio el número de trabajadores contratados superó
    los 70.000.
    Los ingresos del sector aumentaron aun más debido a los incrementos salariales
    y a una mayor cantidad de horas facturadas en promedio por trabajador. En el segundo,
    la facturación pasó de un promedio mensual de $ 46,7 millones en el 2003 a más
    de $ 85 millones este año.
    Las cifras récord se reparten entre menos competidores, ya que la recesión y la
    crisis se llevaron medio centenar de empresas. Alfredo Fagalde, gerente general
    de Manpower, empresa líder del sector, señala: “El número de empresas es bastante
    estable; para saber si es grande o no hay que compararlo con otros mercados. Cien
    empresas no es un número importante. En Brasil hay 4.000 y en Francia, Manpower
    es líder con 3% del mercado”.
    El menor número de competidores sumado a estrategias de regionalización y de especialización
    en determinados segmentos permitió a varias empresas superar el vendaval sin demasiados
    inconvenientes.
    “Ha habido una mayor participación en el mercado de las empresas grandes a partir
    de estrategias de expansión geográfica y de provisión de servicios en todo el
    país. En Manpower pasamos de aproximadamente 20 oficinas en 1995 a 48 sucursales
    en este momento, lo que permite una captación mayor de mercado, mantenernos cerca
    de los clientes y atender a clientes grandes y con actividades simultáneas en
    diversos puntos del país”, señala Fagalde.
    Omar Ãvila, presidente de Sesa Select Argentina, otra de las grandes, afirma:
    “La crisis del 2001 y 2002 potenció a nuestra compañía. El crecimiento coincidió
    con la unión, en 1999, de Sesa con el grupo internacional” (Select, la división
    de recursos humanos especializados del grupo anglo-holandés Vedior NV). En los
    últimos años -continúa el ejecutivo- la facturación “subió en un porcentaje mayor
    que el número de empleados, tanto por los incrementos salariales como por la participación
    en segmentos de mercado en los que, con menos trabajadores, se factura más”. Bayton
    es la empresa de capitales argentinos de mayor facturación y cantidad de personas
    trabajando (está cumpliendo 25 años). Su presidente, Ricardo Wachowicz, afirma
    que tampoco ellos sufrieron el golpe del 2001: “Hicimos alianzas estratégicas
    y absorbimos gente y algunas carteras de empresas con problemas. Eso nos permitió
    mantener el nivel de facturación, aunque con una mayor participación de mercado.
    Desde entonces, crecimos más de 150%. En el 2003 nos hicimos cargo de las elecciones
    nacionales, con más de 18.000 personas en un trabajo que, creo, fue el mayor de
    este tipo realizado en la Argentina”.

    Proyecciones optimistas

    Los números permiten a las empresas ser optimistas. El presidente de FAETT señala:
    “En tanto la economía siga en expansión, la actividad va a seguir creciendo. La
    relación histórica es que, por cada punto de crecimiento del PBI, el sector aumenta
    tres puntos; si la economía crece 8% podría esperarse un crecimiento del sector
    de alrededor de 20 a 24%”.
    Para Manpower -según Fagalde- “2003 fue récord absoluto de ventas y el 2004 va
    a estar 65 o 70% por sobre ese nivel. El incremento de horas facturadas es muy
    significativo. Calculamos, para este año, una facturación cercana a $ 200 millones,
    frente a $ 126 millones del 2003. Y pensamos que en el 2005 vamos a estar 15 o
    20% por encima de este año. En este momento, tenemos alrededor de 12.000 personas
    trabajando, entre temporarios y tercerizados, y creemos que en diciembre, con
    el pico de la actividad rural, vamos a llegar a 18.000”.
    Ãvila, por su lado, informa: “Entre el 2002 y el 2003 Sesa tuvo un incremento
    de más de 100%, y el 2004 va a cerrar 70% arriba del 2003. Hoy tenemos algo más
    de 7.000 personas trabajando, 35 sucursales y una facturación que va a rondar
    los $ 130 millones al finalizar el año”. La diferenciación de la firma está en
    “el área de especialización: información tecnológica, management, selección de
    puestos ejecutivos, test de recursos, call centers, equipos de venta y merchandasing;
    se enfoca más en la rentabilidad que en el volumen”. La empresa anunció en junio
    un plan de inversión de $ 700.000 en el sector IT hasta el 2005, para optimizar
    recursos y procesos.
    Por su parte, Wachowicz comenta: “Hoy, con más de 20 sucursales, el grupo Bayton
    maneja más de 4.500 personas, una facturación estimada para este año en $ 55 millones
    y una proyección muy ambiciosa. Estamos incursionando en todas las unidades de
    negocios. Tenemos expectativas de crecimiento de 50% para el próximo año y aspiramos
    a llegar a 13 o 14% del mercado. Además, en este semestre incursionaremos en Uruguay
    y apuntamos a ser una empresa reconocida en el mercado latinoamericano”.
    Julio Blanco, director comercial de Gestión Laboral, ve “perspectivas muy buenas
    para la empresa. En el 2003 crecimos por encima de 100% en cantidad de gente empleada
    y ahora estamos entre 2.700 y 3.000. Para el 2004 tenemos un crecimiento ponderado
    de 80% sobre los valores del 2003, con una cartera fuerte, regionalización y una
    importante fidelización del cliente”. La empresa se diferencia, según Blanco,
    por estar “muy orientada al cliente pero también a la contención del trabajador
    temporario, de modo que esté bien atendido y con un sentido de pertenencia importante”.

    Jorge Cruzate, gerente general de Pullmen, que proporciona unos 1.700 empleos
    temporarios, coincide en la ponderación de los últimos meses: “Desde el valle
    de mayo de 2002 hasta abril pasado tuvimos un crecimiento de 130%”. Pero advierte
    que, luego, “el número de trabajadores empleados se amesetó. Creemos que la tendencia
    no es de crecimiento sino que esperamos que se mantengan las cifras actuales.
    Nuestra visión es que no va a haber crecimiento importante en esta parte del año”.
    Consultado específicamente por las perspectivas de SEA, la empresa que preside
    y que tiene unos 850 trabajadores temporarios, Stagno sostiene: “A corto plazo
    son muy positivas, de crecimiento, algo que en SEA se viene dando desde octubre
    pasado. Registramos un crecimiento importante y sostenido, de entre 5 y 7% mensual,
    quizá por encima del promedio debido al target que tenemos”.

    Pocos cambios en la demanda
    “El incremento en la demanda del sector -que provee más a empresas grandes, sobre
    todo del sector industrial, que a Pymes- ha sido bastante uniforme”, es la visión
    de Stagno desde la presidencia de FAETT. Según Wachowicz, hay dos rubros que han
    avanzado particularmente tras la crisis: “Uno es el técnico especializado y el
    otro el de desarrollo tecnológico. Hay que empezar a trabajar en formación, porque
    se han perdido generaciones. La tecnología ha avanzado muchísimo; la gente que
    tiene la experiencia no está preparada para manejar esa tecnología; y los jóvenes,
    que sí están preparados para usarla, carecen de la expertise. Creo que tiene que
    haber un buen programa de Gobierno apoyando a nuestra actividad, que es el asesor
    más importante en recursos humanos”. Ãvila destaca que la industria tiene una
    buena medición de la “temperatura” entre la demanda y la oferta de empleo y coincide
    en que hoy “el desfasaje importante es la capacitación, la especialización. Los
    puestos que resultan difíciles de cubrir son puestos técnicos, oficios, ingeniería
    especializada, toda el área profesional bilingüe y con distintos idiomas”.
    Según Fagalde, tras el alza en la industria, se están viendo “los primeros indicios
    de recuperación de los sectores comercio y servicios, y de reactivación de la
    actividad financiera”, los que más sufrieron la crisis.

    Un mercado que enfrenta el trabajo en negro
    Los directivos del sector coinciden en considerar al trabajo en negro como la
    principal competencia desleal, tanto como ven en el empleo temporario la mejor
    forma de combatir ese problema, ya que se trata de un mercado fuertemente regulado
    en el que, como señala Stagno, los clientes “no tienen interés en que se los provea
    de trabajadores en negro”.
    Wachowicz destaca: “Es la actividad más transparente que hay en el mercado, la
    más regulada y la única en la que el trabajador tiene triple garantía: el Ministerio
    (de Trabajo), la empresa proveedora y la empresa usuaria”.
    El titular de FAETT subraya las ventajas para el Estado, que se asegura trabajo
    en blanco y recaudación (los $ 630 millones facturados el año pasado significaron
    al Estado nacional $ 130 millones de IVA y $ 91 millones de aportes patronales);
    para los trabajadores, que son presentados a muchas empresas con un proceso corto
    de selección y fuertes garantías; y para la empresa usuaria, por la inmediatez
    en la cobertura del pedido y la menor incertidumbre en la medición de costos,
    ya que imponderables como enfermedades y despidos pasan a ser un costo incierto
    en la empresa de personal temporario. Anticipa, además, que FAETT está “intentando
    trabajar con el Ministerio de Trabajo para desarrollar algunas acciones contra
    el trabajo en negro, para que se blanquee y, si es posible, por medio de nuestras
    empresas”.
    En la Argentina, la cantidad de trabajadores temporarios es baja con respecto
    a otros países. El peso del personal eventual sobre la población económicamente
    activa (PEA) es aquí de apenas 0,46% frente a, por ejemplo, 1% en Brasil y Chile;
    2% en Estados Unidos, Colombia y Perú; 2,5% en Francia; 3% en Ecuador y 4,5% en
    Holanda. Para explicar el fenómeno, Stagno habla de “una cuestión cultural de
    larga data vinculada con la imagen sobre la actividad que, poco a poco, se está
    revirtiendo”.
    Por su parte, Fagalde opina que las diferencias también se dan porque “en la Argentina
    las empresas de personal eventual tienen, por ley, objeto único. Mientras en otros
    países pueden hacer tercerización de servicios, nosotros tenemos que hacerlo a
    través de otra empresa que pertenece al grupo, y eso está afuera de la medición”.

    Aunque reconoce que, de todos modos, no se llegaría a un número relevante. “La
    diferencia con otros países muestra una tendencia que va a llegar. Se ha dado
    todo un fenómeno cultural, no sólo de las empresas clientes sino también del Estado,
    que ha comprendido que las intermediadoras de mano de obra ayudan a la creación,
    la productividad y el blanqueo del empleo”, sostiene Fagalde. Y pronostica con
    optimismo: “En los próximos años habrá un incremento sostenido de personal temporario
    y tercerizado”.