¿Crisis en puerta?

    Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha compartido con Europa -occidental, mayormente- varias creaciones propias. Por ejemplo, los parques Disney, las cafeterías Starbucks, McDonald´s y la mala música pop. Hoy, la generosidad estadounidense se extiende a los problemas económicos.


    Durante el auge de la vanguardia tecnológica, la euforia de este lado del Atlántico hizo que muchas empresas de ese tipo (punto com, empresas de medios y entretenimiento) expandiesen operaciones al otro lado del océano. También hubo contagio entre firmas europeas, sobre todo en el aspecto más espectacular del fenómeno: fusiones y adquisiciones.


    Una vez que las burbujas se pincharon y la economía real en Estados Unidos empezó a vacilar, muchas compañías pasaron a depender del factor europeo. Hoy, éste sufre -con cierto retraso- los efectos que de abril de 2000 en adelante se desencadenaron en la América septentrional. Por su parte, algunas áreas tecnológicas estadounidenses descubren que la Unión Europea (UE) ya no puede sostenerlas.


    Una tendencia generalizada


    El fenómeno se percibe más este año que el anterior porque, entonces, sólo el gasto mundial en Tecnologías de la Información (TI) se estancaba, mientras algunas regiones se defendían. A lo sumo, el mercado europeo de TI -segundo del planeta- se achicaba a menor ritmo que el estadounidense. En 2002, ya no es así.


    Sin haber dejado atrás del todo la recesión de los últimos dos años, las empresas estadounidenses siguen en una crisis de confianza, generada por ingresos pobres, bajas cotizaciones bursátiles, escándalos contables, fraudes, quebrantos y una estampida de ejecutivos. Por su parte, la economía europea -con la TI como furgón de cola- continúa más o menos estancada y su contraparte en Estados Unidos no parece orientada a reactivar inversiones. Pero la América anglosajona representa 45% del gasto en TI y la UE 30%: entre ambas, tres cuartos del gasto mundial.


    Durante el segundo trimestre de este año, Intel (líder en microprocesadores) redujo estimaciones de ventas globales de US$ 6.400-7.000 a 6.200-6.500 millones (12,5-14,3%), justamente, por menor demanda europea. Mientras tanto, Advanced Micro Devices (chips), Siebel Systems (software) y Apple Computer (PC) advertían que este trimestre reducirían sus propias proyecciones.


    En el Viejo Continente, empresas tan diversas como Cap Gemini Ernst & Young (consultora) y el gigante Alcatel (telecomunicaciones) no esperan crecimientos en 2002, debido a las menores inversiones en áreas afines. En julio, de hecho, las acciones de Alcatel cayeron tras saberse que los ingresos se habían estancado durante el trimestre abril-junio.


    La receta convencional


    “En 2002, los encargados de áreas TI hacen equilibrio en la cuerda floja”, afirma Matthew Nordan, director de investigaciones en Forrester Research, consultora que realizó una encuesta entre 200 ejecutivos europeos de la especialidad. “No quieren recortar más, por miedo a quedarse sin combustible en caso de repuntes sectoriales o geográficos. Pero vacilan en poner más dinero”. El promedio de presupuestos, por cierto, revela que los gastos aumentan apenas 1% este año en la UE. A su vez, encuestas similares hechas por Merrill Lynch y Morgan Stanley -ambas incluyen firmas estadounidenses- llegan a las mismas conclusiones: reticencia a jugarse, actitudes conservadoras y sin expectativas de crecimiento. En suma, la receta convencional para coyunturas desfavorables.


    En el actual estado de la economía real y teniendo presente las opiniones del Banco Central Europeo (BCE), el Bundesbank alemán y el Banco de Francia (central), recién se espera cierto repunte hacia diciembre. En la primera mitad de 2002, el PBI regional aumentó a menos de 1% anual; o sea, un ritmo inferior en 75 puntos básicos al de la recesión estadounidense de 2000-1.


    Econometristas como Stephen Roach (Morgan Stanley Dean Witter) ya prevén que la reactivación en Estados Unidos adoptará un perfil tipo “serrucho” (o W, como dicen allá); o sea, alzas y bajas. Por su parte, UBS Warburg afirma que el PBI estadounidense suele reflejar con bastante aproximación las tendencias mundiales (economías líderes, se entiende). En otras palabras, el bloque Estados Unidos, Canadá y la UE se miran uno a otro a través de un espejo algo curvado en el tiempo.


    Ambas economías aspiran, este año, sólo a desempeños pálidos y, por ende, es difícil que haya una recuperación en materia de gastos TI a corto plazo. Particularmente en la UE, en buena medida, porque la cultura europea confía menos en la tecnología como motor reactivador y el derrumbe de la segunda generación en telecomunicaciones parece darle la razón.


    De acuerdo con Nordan, “en Estados Unidos, la TI empezará a recobrarse en 2003 pero, en la UE, recién lo hará en 2004. Es un patrón típico y no sólo en el campo de la vanguardia tecnológica”. Tanto este experto como otros consultados creen que poco puede hacerse para estimular inversiones europeas en TI “aun si, como algunos sospechan, Japón y su zona de influencia estuviesen repuntando al cabo de varios años”.

    En breve

    Bancos
    Menos ingresos

    Deutsche Bank (Alemania), Barclays (Gran
    Bretaña) y BNP Paribas (Francia), tres de los mayores prestamistas
    en la Unión Europea, se agregan a la lista de bancos que declaran
    menos ingresos y no ven perspectivas de mejora para el resto del año.

    Las razones son siempre las mismas, aunque
    aparezcan en combinaciones diversas. El achique del mercado bursátil,
    quebrantos entre grandes grupos económicos y crecientes carteras
    de morosos e incobrables son algunas de ellas. Además, las entidades
    afectadas dependían bastante de ganancias en banca de inversión,
    quizá la franja de peor desempeño internacional este año.

    Deutsche Bank tuvo en el segundo trimestre
    78% menos ingresos que un año antes, tras mandar a pérdidas
    créditos por 588 millones de euros. BNP Paribas y Barclay sufieron
    bajas menores (13% y 22%).

    Vivendi
    Acciones en alza en París

    Entre los esfuerzos para ir achicando
    una deuda de US$ 18.620 millones, Vivendi Universal proyecta vender en
    US$ 1.960 millones su negocio de software para videojuegos. Al
    trascender la iniciativa, las acciones del grupo subieron un poco en París.

    Según fuentes internas, el único
    obstáculo es el presidente ejecutivo, Jean-René Fourtou,
    quien dudaría de llevar a cabo la venta. Por el contrario, la eminencia
    gris de la nueva conducción, Claude Bébéar, ha calificado
    esos activos como “prescindibles”. Otro problema creado por Fourtou impide
    a Vivendi deshacerse de 44% que posee en Cegetel, una firma francesa de
    telecomunicaciones.

    Precisamente, esta operación había
    sido definida como clave para la reorganización de Vivendi. Vender
    su participación en Cegetel, por cierto, representaría ingresos
    por casi US$ 4.900 millones, o sea 26,3% del pasivo. Sus actitudes indecisas
    y errores cometidos en otra venta (la de Canal Plus, US$ 4.000 millones),
    ahora pospuesta hasta marzo, amenazan la continuidad de Fourtou en el
    cargo.

    Liberty Media
    De compras en Holanda

    Liberty Media (LM), controlada por el
    multimillonario estadounidense John Malone, aceptó comprarle Casema
    a France Telecom. (FT). Se trata de la empresa de TV por cable que FT
    tenía en Holanda. La transacción implica 750 millones de
    euros y representa el fin de los intentos de FT por expandirse en la Unión
    Europea.

    La adquisición incorpora a LM 1,3
    millón de abonados. El grupo ya controla United Pan-Europe, la
    mayor red en los Países Bajos y la segunda de la UE.

    Malone ha estado buscando activos en la
    región desde que el gobierno federal alemán le bloqueara,
    en febrero, la compra de seis redes pertenecientes a Deutsche Telekom.
    A partir de esta operación, LM tendrá casi 65% del muy rentable
    mercado holandés.

    © Mercado/Red Herring