Resistir es el nombre del juego

    No es solamente el titular de la más reciente campaña publicitaria de MERCADO. Es la labor cotidiana en la que se empeñan los agentes económicos locales y los distintos sectores de la sociedad argentina.


    Sumidos en la peor crisis de que se tenga memoria, “no perder es ganar”, como se decía durante la crisis de los años ´30 en Estados Unidos.


    La doble d ­devaluación y default­ ha provocado tres quiebras simultáneas: la quiebra del Estado, cuya deuda es hoy de aproximadamente 130% del PBI; la quiebra del sistema financiero, con la consiguiente desaparición del crédito; y la quiebra de los contratos privados que estaban denominados en dólares. Para algunos analistas, se van a necesitar al menos dos años para que la triple quiebra sea recuperada. Como la perspectiva es que la solución pase por la ayuda de organismos internacionales, y en ellos es decisiva la gravitación de Washington, es esencial saber qué pasa en ese gran país.


    El tema central de esta edición de agosto es sobre Estados Unidos, la superpotencia más grande de la historia, en términos del historiador Paul Kennedy, con un gobierno afecto al unilateralismo, y con un capitalismo que ahora se revela inmerso en una profunda crisis de confianza.


    El despliegue de fuerza militar estadounidense es apabullante. Si alguna vez se ordenara a todos sus efectivos reunirse en un mismo lugar, el resultado sería la mayor concentración de fuerza aérea y naval que el mundo haya visto jamás.


    La lección ­que deja estupefactos a los militares rusos y chinos, que preocupa a los indios y a los que proponen una política de defensa común para Europa­ es que, en términos militares, sólo hay un jugador importante en la cancha.


    La batalla entre Estados Unidos y el terrorismo internacional con los estados cómplices puede, ciertamente, ser asimétrica. Es posible que esté surgiendo una asimetría mucho mayor: la que existe entre Estados Unidos y el resto de las potencias.


    Mientras las potencias europeas recortaban su gasto militar postGuerra Fría, China mantenía el nivel del suyo y el presupuesto de defensa de Rusia se desplomaba en la década de los ´90, el Congreso de Estados Unidos exigió al Pentágono presupuestos anuales que oscilaban desde US$ 260.000 millones, a mediados de la década, hasta los US$ 329.000 millones.


    Para decirlo de otro modo, hace un par de años Estados Unidos era responsable de 36% del gasto total de defensa mundial; su cuota ahora probablemente se acerque a 40%, si no más.


    A medida que se contraían las participaciones de Rusia y Japón en la torta de la economía mundial, la participación de Estados Unidos se expandía sostenidamente: en este momento, tiene alrededor de 30% del producto total global.


    De todo el tráfico de Internet, 45% tiene lugar sólo en Estados Unidos. De los premios Nobel en Ciencias, Economía y Medicina en las últimas décadas, 75% hace sus investigaciones y reside en Estados Unidos. Los primeros puestos entre los rankings de los bancos más grandes del mundo y las empresas más importantes, ahora han vuelto, en gran medida, a manos estadounidenses.


    China es tal vez el único país que ­si continuara con las tasas actuales de crecimiento durante los próximos 30 años y evitara los conflictos internos­ podría ser un serio contendiente del predominio estadounidense. Lo cierto es que el mensaje que envía este abrumador despliegue de la capacidad americana para castigar a sus enemigos es poderoso para aquellas naciones que habían aspirado a cambiar el statu quo local ­en la península de Corea, en Taiwán­ en un futuro no demasiado distante.


    El poder del Imperio es tan enorme, que puede eclipsar a la República. Y ése es el gran temor de los intelectuales estadounidenses en este momento.


    Como es costumbre en cada aniversario, hay una novedad para los lectores. Esta vez no se trata de un nuevo producto impreso, sino de una nueva concepción del sitio de MERCADO en Internet. De una parte, un verdadero diario económico, por la calidad y cantidad de noticias relevantes que aporta durante cada día hábil, de lunes a viernes. De otra, la concentración en el análisis, la memoria, y la profusión de herramientas para entender la realidad y la forma de hacer negocios en esta hora. Es el mismo lector quien configura la publicación diaria que quiere leer en el sitio, o la newsletter electrónica ­diaria o semanal, como prefiera­ que le interesa recibir.


    El rediseño integral del sitio no es solamente formal: la esencia es un nuevo concepto de lo que es hoy conocimiento y de las herramientas de actualización que requieren nuestros lectores. En agosto de 2003, cuando lleguemos a 34 años, tendremos más novedades y seguramente un nuevo clima en el país.