Cómo debe actuar la empresa después de la devaluación

    Introducción


    Las funciones básicas de la moneda


    La moneda cumple tres funciones básicas:

    • Es una unidad de medida (decimos que el precio de un artículo son
      tantos pesos o que el producto bruto de un país asciende a tantos pesos
      o dólares).
    • Es un medio de cambio (entregamos cierta cantidad de dinero para comprar
      algo).
    • Es una reserva de valor en el tiempo (al conservar dinero podemos diferir
      consumos e inversiones o, en otros casos, podemos obtener préstamos
      para adelantarlos).


    Si bien podríamos mencionar otras funciones de la moneda, éstas serían, en realidad, combinaciones de las ya especificadas.


    El concepto de inflación


    La inflación puede definirse como el incremento sostenido y generalizado del nivel de precios. Es importante destacar que un proceso inflacionario implica un ascenso masivo de los precios de los bienes y servicios. Esto no quiere decir que todos los precios suban en forma pareja y que todos aumenten (incluso algunos podrían bajar), pero sí que en promedio los precios crecen en una economía dada.


    Comúnmente se habla de proceso inflacionario cuando ese ascenso masivo de los precios es persistente en el tiempo, distinguiéndolo de las variaciones temporales, como las debidas a razones estacionales.


    Cuando existe inflación se distorsiona el papel de la moneda como unidad de medida. Por ejemplo, en determinado momento con $100 se pueden comprar ciertas cosas, tiempo después esas mismas cosas ya no pueden comprarse con ese mismo monto, porque son más caras por causa del incremento general de precios. Un peso tiene un valor, o sea un poder adquisitivo, distinto en una fecha que en otra, aunque nominalmente siempre sea $1. Es como un metro cuya longitud se reduce en el tiempo. La moneda deja de servir como unidad de medida homogénea a través del tiempo.


    Paralelamente, también se lesiona la función de la moneda como reserva de valor. Cuando hay inflación, quien conserva dinero, aunque mantenga la misma cantidad nominal de dinero, va perdiendo poder adquisitivo. Pueden adquirirse cada vez menos cosas con una misma cifra.


    Cómo se mide la inflación


    La inflación se calcula determinando (sobre la base de un criterio brindado por la teoría estadística) cómo se incrementaron los precios de un conjunto dado de bienes y servicios entre dos fechas determinadas. Podemos decir, en forma muy simplificada, que la inflación se mide comparando cómo evolucionó el promedio ponderado de los precios de un conjunto de bienes y servicios entre dos fechas dadas. La ponderación está en función de la relevancia relativa de cada bien respecto de los otros (por ejemplo, si habitualmente se gasta más en leche que en manteca, la leche tendrá mayor peso en el promedio). Hay distintos criterios para medir la inflación y, por lo tanto, diversos índices para reflejarla. No es nuestra intención abordar aquí esta problemática; por el momento sólo queremos señalar que lo que se mide es la evolución en promedio de una importante cantidad de precios de bienes y servicios.


    Como dijimos, la inflación consiste en un aumento general del nivel de precios. El precio de un bien o servicio específico puede aumentar más o menos que la inflación. Por lo tanto, debemos distinguir la inflación –incremento general del nivel de precios– de la variación en los precios de bienes o servicios específicos. Así, por ejemplo, el petróleo, el pan, el transporte, sufren variaciones de precios que pueden ser muy diferentes del índice de inflación. Podemos llamar variación en los precios relativos a la diferencia en la evolución de los distintos precios específicos.


    Enfoques de la inflación


    La inflación puede ser encarada desde dos ángulos distintos: el económico y el empresario. El primero versa sobre las características, las causas y los efectos del proceso inflacionario (economía positiva), sobre su medición (econometría) y sobre cómo el Estado debe enfrentarla (política económica).


    El enfoque empresarial se ocupa del impacto de la inflación sobre la empresa y su comportamiento. El tema de la empresa frente a la inflación presenta dos cuestiones diferentes, aunque estrechamente relacionadas:


    Cómo debe actuar la empresa frente a la inflación (abarca las decisiones de inversión, de financiamiento, de precios, etc.). Constituye el tema central de este trabajo.


    Cuál es la información, tanto externa (básicamente los estados contables de publicación) como interna, con la que conviene contar a fin de favorecer la toma de decisiones.


    Analizaremos las características de los procesos inflacionarios, tratando inicialmente el efecto sobre los precios, y luego otras particularidades claves de dichos procesos. Posteriormente nos referiremos al impacto de la inflación en la gestión.


    Efecto sobre los precios


    Dentro de esta categoría incluimos los siguientes efectos:

    • Resultados monetarios
    • Mayor variación en los precios relativos
    • Devaluación
    • Incremento del costo del dinero: aumento del costo de capital

    Resultados monetarios


    Un activo monetario es un activo con un valor nominal fijo; o sea, con un importe firme en moneda local. Son activos monetarios las disponibilidades (caja, saldos bancarios) y los derechos a recibir importes fijos de dinero local (cuentas y documentos a cobrar, depósitos a plazo, títulos públicos en moneda local, etc.). Análogamente, los pasivos monetarios también tienen un valor nominal fijo; son obligaciones de entrega de importes firmes de moneda local (por ejemplo, una deuda bancaria).


    Los activos y pasivos monetarios pierden su valor con el transcurso del tiempo por causa del proceso inflacionario (la moneda no cumple adecuadamente su función de reserva de valor). Esta disminución de valor es un resultado monetario que representa una pérdida en el caso de los activos y una ganancia en el caso de los pasivos.

    Mayor variación en los precios relativos


    Cuando hay inflación los precios tienen una tendencia alcista. En forma simplificada podemos decir que los índices de inflación muestran cómo evolucionan esos precios en una suerte de promedio ponderado. Cada bien o servicio específico puede sufrir incrementos mayores o menores que ese promedio.


    Normalmente cuanto más intenso es el proceso inflacionario, más acentuada es la diferencia en el comportamiento de los precios específicos (varios bienes o servicios suben mucho más que la inflación y otros mucho menos). Hay precios cuya evolución está muy atada a la variación en la cotización de las monedas extranjeras (esencialmente el dólar) y ésta puede ser más brusca que los efectos inflacionarios generales. Otros precios dependen mucho de las variaciones salariales.


    Hay precios que fluctúan según la capacidad que tiene el proveedor de aumentar sus precios (es distinto el caso de un proveedor con un producto diferenciado, de demanda inelástica, que el de otro que compite por precios ante una demanda muy elástica). Estos son sólo ejemplos de causas que hacen que los precios específicos de los distintos bienes y servicios evolucionen en forma desigual. Esta diferente variación nos lleva a observar que, además de una tendencia al alza en los precios, hay una modificación en los precios relativos de los bienes y servicios (es decir, en la evolución comparada de los precios, en especial entre la variación del precio de cada bien y la inflación como promedio). Así, normalmente cuando el dólar se mantiene estable, los precios relativos de los bienes no transables internacionalmente crecen en relación con los precios de los bienes y servicios transables. Lo contrario ocurre frente a una fuerte devaluación.

    Devaluación


    Frecuentemente existe una significativa relación entre inflación y devaluación. Una devaluación importante puede repercutir fuertemente en la inflación, pero también impulsa variaciones en el tipo de cambio.


    Podemos ver la cotización de la moneda extranjera como un precio específico más, pero que arrastra al precio de otros bienes y servicios (esencialmente a todos los transables internacionalmente).

    Aumento del costo del capital


    En períodos de inflación, quien presta dinero en una moneda débil sufre un resultado monetario negativo: cuando cobra lo prestado, recibe la misma cifra nominal de moneda, pero ésta representa un poder adquisitivo menor.


    El prestamista intentará resarcirse de esa pérdida mediante intereses más altos. Al otorgar el préstamo desconoce cual será el nivel de inflación y, por lo tanto, buscará cubrirse con una tasa suficientemente alta (o, si es legal, pretenderá algún tipo de ajuste por inflación –indexación– de la cantidad prestada). Esto lleva a encarecer el crédito.


    Además, normalmente los procesos inflacionarios aumentan el nivel de morosidad y el de incobrabilidad (pues la economía real sufre el impacto monetario). Esto deteriora el nivel de confianza general, lo que presiona aún más sobre el costo del dinero.


    Economías inflacionarias


    En las economías inflacionarias el efecto sobre los precios genera otras consecuencias de gran importancia para la gestión:

    • Deterioro de la unidad de medida
    • Mayor incertidumbre
    • Puja por la transferencia del impacto inflacionario
    • Mayor costo de las transacciones
    • Mayor incobrabilidad
    • Pérdida de competitividad externa

    Deterioro de la unidad de medida


    Como vimos, la inflación distorsiona el papel de la moneda como unidad de medida. La unidad monetaria va perdiendo valor con el tiempo (pues se afecta también la función de la moneda como reserva de valor).

    Mayor incertidumbre


    Entre los efectos de la inflación sobre los precios hay uno pocas veces citado y, probablemente, el más importante: las variaciones sobre los precios no son predecibles. No lo son, porque la teoría económica sobre la inflación tiene importantes limitaciones. Y, aún más, porque la inflación futura depende de decisiones políticas –en especial de política económica– que no pueden conocerse de antemano. Hasta factores de índole internacional son relevantes. En general, a mayor nivel de inflación, mayor incertidumbre.


    Esta circunstancia provoca un impacto paralizante y de distracción en las empresas. La cuestión monetaria desplaza el foco de la problemática productiva. Los inversores prefieren la renta especulativa a la inversión productiva de largo plazo.

    Puja por la transferencia del impacto inflacionario


    Las empresas adoptan un comportamiento destinado a transferir el impacto inflacionario a terceros, básicamente a clientes (principalmente vía mayor precio) y a proveedores (comúnmente vía demoras en los pagos). También el efecto lo sufre el personal en la medida en que no se ajusten sus remuneraciones.


    Hay empresas que están mejor capacitadas que otras para trasladar ese impacto. Las que supieron distinguir sus productos de la competencia, las que tienen una competencia débil y construyeron fuertes barreras de entrada, las que crearon una sólida relación con los clientes, las que no están reguladas, las que tienen una demanda inelástica, las que desarrollaron una política de precios adecuada (por ejemplo, vía versioning), están en mejor condición que otras empresas para trasladar inflación hacia adelante (el cliente). Aquellas que hicieron un trabajo de desarrollo de proveedores están en mejores condiciones de trasladar inflación hacia atrás (proveedores).

    Mayor costo de las transacciones


    Como consecuencia de la puja antes señalada y de la incertidumbre, la realización de acuerdos comerciales es más riesgosa y compleja. Se deben considerar más recaudos formales. Se requieren mayores prevenciones. Por ejemplo, es preciso asegurarse que no se producirán demoras en los cobros, que los proveedores continuarán abasteciendo a un precio razonable. Todo ello aumenta el costo de las transacciones.


    Mayor incobrabilidad


    Las características antes mencionadas, más el estímulo que significa la inflación para la morosidad, hacen que muchas empresas tengan serios problemas de liquidez y hasta de supervivencia.

    Pérdida de competitividad externa


    El aumento en el costo de las transacciones y el incremento de la incertidumbre disminuyen significativamente la competitividad de la economía. Se habla de devaluaciones competitivas cuando se pretende mejorar la balanza comercial abaratando las exportaciones (en moneda extranjera) y encareciendo las importaciones mediante un alza en el tipo de cambio. Frecuentemente, tales devaluaciones van acompañadas de procesos inflacionarios que reducen el efecto de la devaluación y, además, generan incertidumbre y aumento del costo de las transacciones. La incertidumbre y el mayor costo transaccional disminuyen aún más las mejoras de competitividad que se pretenden obtener vía la devaluación.


    Impacto de la inflación en la gestión


    Podemos agrupar básicamente en tres categorías el impacto de la inflación sobre la gestión:

    • Dificultad para planear y controlar
    • Cuestiones especiales generadas por la inflación
    • Mayor importancia de la cuestión financiera

    Dificultad para planear y controlar


    Como ya lo afirmamos, cuando hay inflación se lesiona la función de la moneda como unidad de medida. Se distorsiona la información expresada en dicha moneda. Esto hace más difícil el control, porque todo control implica una comparación y es probable que en esa comparación los valores nominales de la cifras correspondan a monedas de distinto poder adquisitivo.


    Por ejemplo: los costos administrativos presupuestados para junio pueden haberse planeado en noviembre del año anterior al hacer el presupuesto y posiblemente estén expresados en moneda de poder adquisitivo de este último mes; los gastos reales incurridos en junio estarán en moneda de ese mes, y si se los quiere comparar con los gastos de junio del año anterior, también éstos estarán expresados en moneda no homogénea.


    Como puede apreciarse, cuando hay inflación, el control de los importes no puede hacerse en moneda nominal, pues esto originaría serias distorsiones. El control se complica: debemos reexpresar los valores en moneda homogénea antes de hacer la comparación.


    Veamos lo que pasa respecto del planeamiento. Al confeccionar un plan, por ejemplo un presupuesto, debemos estimar importes futuros. Esto presenta dos cuestiones:


    El problema de la moneda en sí: usar una moneda que permita una presupuestación realista que posibilite después su adecuado control. Por ejemplo, una empresa que presupuestase en moneda de poder adquisitivo del momento en que hace el presupuesto y no proyectase inflación podría estar distorsionando seriamente su presupuesto, si no estuviera en condiciones de transferir a los precios el impacto inflacionario y si no estimara los resultados monetarios.


    El problema de la incertidumbre: cómo estimar la inflación y, más aún, cómo anticipar las variaciones en los precios específicos clave.

    Cuestiones especiales


    Como consecuencia de las características de los entornos inflacionarios, ciertas cuestiones cobran particular importancia. Es el caso de la política de precios y de créditos y el manejo de los proveedores, entre otros temas. Muchas de estas cuestiones especiales son de índole financiera. Las principales las abordaremos al tratar la toma de decisiones.

    Mayor importancia de la cuestión financiera


    Durante la inflación debe prestarse mayor atención a lo invertido en activos: controlar cuidadosamente la caja, reducir la exposición de los activos monetarios, optimizar los niveles de inventario, revisar que no haya inmovilizaciones indebidas, evaluar cuidadosamente los proyectos de inversión, etc. Por otro lado, se deben extremar los recaudos sobre el financiamiento y su costo. Las políticas de endeudamiento y de dividendos deben revisarse. También es más difícil obtener inversores.


    Inflación y toma de decisiones


    Desde el punto de vista de la toma de decisiones, podemos distinguir dos clases de cuestiones diferentes, pero relacionadas entre sí (e inclusive con cierto grado de superposición):

    • Cuestiones operativas: son aquellas decisiones vinculadas con las actividades
      que la empresa desarrolla en general rutinariamente, en relación con
      sus clientes (cuestiones comerciales) y proveedores (cuestiones de compras).
    • Cuestiones financieras: abarcan las decisiones relativas a la inversión
      de corto y largo plazo en activos (proyectos) y al manejo de la relación
      con financistas e inversores.


    Examinemos ahora la problemática de la inflación en relación con cada una de estas cuestiones. Comencemos por las operativas, que comprenden a las comerciales y a las de compras.


    Cuestiones comerciales


    Las cuestiones comerciales principales en relación con la temática de este trabajo son las vinculadas con los precios, las condiciones de venta y, en particular, la política crediticia. Desde el punto de vista económico-financiero, las condiciones de venta deben considerarse junto con el precio, pues en función de ellas queda determinado el monto y el momento del cobro, lo cual es sustancial para este tipo de análisis.

    La fijación de precios de venta


    Antes de introducirnos en la problemática económico-financiera en relación con los precios, es necesario tener en cuenta ciertas consideraciones que hacen a la política de precios: la empresa debe evaluar en qué medida está en condiciones de ajustar los precios y para ello necesitará analizar:

    • El producto o servicio: el grado de diferenciación, la posibilidad
      de usar técnicas de versioning (crear variantes del producto,
      más simbólicas que reales, algunas apuntando a clientes muy
      preocupados por el precio y otras a los que no lo están), la factibilidad
      de abandonar las líneas con menos posibilidad de adecuación
      de los precios, etc.
    • El mercado: el tipo de competencia, la dependencia de los clientes del
      producto, la posibilidad de segmentar los mercados en función de la
      elasticidad del precio, la factibilidad de abandonar los segmentos donde la
      adecuación del precio resulte más difícil, la importancia
      de mantener los clientes (aun soportando ciertas pérdidas temporarias),
      la reacción de la cadena de abastecimiento, etc.
    • El entorno: la existencia de organismos reguladores, la situación
      económico-social, el problema de imagen que pueden generar los ajustes
      de precio, etc.


    Las anteriores son ejemplos de cuestiones fundamentales al definir la política de precios. Esas cuestiones se tornan más importantes porque las decisiones sobre precios se reconsideran con mucha frecuencia a la luz de las modificaciones en los precios específicos de la materia prima, de los combustibles, de la competencia, de los salarios, etc. Se trata de un proceso que se autoalimenta y crea riesgos tales como una mayor posibilidad de una guerra de precios. Por lo tanto, la problemática inflacionaria debe ocupar un lugar central en la estrategia empresarial.


    Desde el punto de vista económico-financiero, la inflación eleva los costos y los gastos. Entonces, lo esencial es conocer cuál es el margen de utilidad efectiva que deja la venta a un determinado precio (o sea, qué valor agregado genera para la empresa) y, en particular, establecer cuál es el precio mínimo por debajo del cual a la empresa no le conviene efectuar la venta desde la óptica económica y financiera (porque la transacción no aumenta el valor patrimonial de la empresa).


    Para tomar decisiones respecto de vender o no a un precio dado o para definir precios, tiene que considerar lo siguiente:

    1. Se deben calcular los costos de reposición, excepto en ciertos casos
      especiales donde los productos o sus partes no puedan reponerse con la celeridad
      necesaria, y en tales casos se deberán utilizar costos de oportunidad.
      Para simplificar el tratamiento obviaremos esta posibilidad.
    2. El costo de reposición tiene que incluir el respectivo costo financiero,
      para lo cual se debe aplicar a sus componentes la tasa de costo de capital
      pertinente. Esto lo podríamos llamar: acumulación de costos
      financieros. Por ejemplo: a un vino que lleva un período de añejamiento
      debe imputársele el costo financiero por ese período. En situaciones
      inflacionarias las tasas de costo de capital son muy elevadas, por lo tanto,
      aun para erogaciones que implican períodos cortos (por ejemplo, un
      mes) desde que ocurren hasta que el bien se vende, el impacto de los costos
      financieros es sustancial.
    3. Cuando existen partidas en el costo de reposición que habitualmente
      se abonan con posterioridad a que el producto quede disponible para su venta
      (por ejemplo: una panadería paga la harina a 60 días y el pan
      ya está disponible para su venta antes de esa fecha), se deben descontar
      dichas erogaciones, calculando el valor actual utilizando como tasa de descuento
      el costo de capital aplicable. Este efecto también puede ser muy significativo
      en momentos de inflación.
    4. Además de los costos de reposición, se deben considerar todas
      las erogaciones directa o indirectamente relacionadas con la venta (ejemplos:
      comisiones y gastos de logística de salida) incluyendo ciertos gastos
      eventuales, pero estimables, posteriores a la venta (ejemplos: reposiciones
      de artículos defectuosos e incobrables). A estas partidas también
      corresponde calcularle el efecto financiero (acumulación o descuento)
      en función del momento en que se realizan los respectivos movimientos
      de fondos.


    Por otro lado, los ingresos por la venta (netos de todo descuento que se aplique) que no sean en efectivo recibido inmediatamente, deben descontarse a la tasa de costo de capital. Este cálculo es sumamente importante en períodos de inestabilidad monetaria.


    La contribución efectiva que brindará la venta se obtiene substrayendo a los ingresos descontados, según lo indicado en el párrafo anterior, los costos y gastos calculados como se explicó anteriormente. Este dato es de vital importancia al definir los precios en contextos inflacionarios.


    Notemos que en ciertas decisiones sobre precios, básicamente en las decisiones de corto plazo, como ser cuando se debe decidir si se acepta o no una orden específica a un precio establecido, sólo son relevantes los costos variables (esto pasa con o sin inflación). En tales casos corresponderá eliminar de la consideración todas las partidas componentes del costo que impliquen la absorción de costos fijos. En este párrafo utilizamos la terminología “corto plazo” en el sentido usado en microeconomía (un horizonte de planeamiento suficientemente breve para no tener en cuenta la posibilidad de redimensionar la capacidad productiva, con el consiguiente impacto en los costos fijos).


    En cambio, cuando se busca definir una política de precios sustentable de largo plazo (aquí hablamos de una política, más que de una definición específica de precios) debe tomarse en cuenta el impacto de los costos fijos. Dicha política debería establecer cómo considerar los cálculos económico-financieros mencionados para establecer la necesidad de revisar precios y cómo determinar los márgenes de contribución sobre la base de los cálculos señalados.


    Todo esto hace que sea muy conveniente que la empresa adopte una metodología práctica para realizar el cálculo de márgenes (a costeo variable y a costeo por absorción). Así, para determinar rápidamente los costos de reposición cuando se trata de bienes elaborados –el caso más complejo– se debe disponer de una “explosión del producto” estándar (es decir, el detalle de los componentes del costo). Muchas empresas disponen de esta información y en otras es fácilmente preparable. Lo que debe agregarse a esa explosión es una determinación aproximada de en qué momento, en relación con el ciclo productivo, se efectiviza la erogación pertinente. Esto implica que la citada explosión adquiere la estructura de una matriz trabajable en una planilla electrónica. Emplear una clasificación A-B-C de los componentes del costo facilita el trabajo.


    Podemos observar que estos cálculos dependen esencialmente de los costos de reposición y de capital que normalmente pueden estimarse con suficiente precisión.

    La política crediticia


    En épocas de inflación la política crediticia debe evaluarse con mucho cuidado pues aumenta la morosidad y la incobrabilidad. La morosidad ocasiona una pérdida monetaria para el acreedor y a la vez una ganancia monetaria para el deudor, lo cual estimula la morosidad. Por otro lado, como vimos, muchas empresas ven deteriorada su capacidad de supervivencia, lo cual agrava el problema de la incobrabilidad.


    En consecuencia, normalmente será conveniente adoptar criterios más restrictivos en el otorgamiento de créditos y realizar más cuidadosamente la evaluación y seguimiento de los deudores.


    En relación con los créditos por venta y, más en general, con otros activos monetarios que forman parte del capital de trabajo, la empresa puede seguir una de las siguientes estrategias genéricas, o una combinación de ellas:

    • Compensación directa (de la pérdida monetaria): acordar un
      interés (fijo o variable) o una indexación (cuando está
      autorizada).
    • Compensación indirecta: recargar los precios en función de
      la inflación (o devaluación) esperada.
    • Reducir o eliminar la exposición: tomar una política crediticia
      más restrictiva, acelerar el proceso de facturación, otorgar
      descuentos por pronto pago, facturar en moneda extranjera (cuando es posible),
      obtener fuentes de financiamiento para los clientes, etc.
    • Cobertura (hedging): emplear derivados o endeudarse en activos monetarios
      por un importe aproximadamente equivalente al total de los activos expuestos
      e invertir ese importe en activos no expuestos.
    • Negociar las cuentas a cobrar: vender las facturas, trabajar con factoring,
      etc.


    Las tres primeras estrategias corresponden al grupo de las operativas, las dos últimas son estrategias financieras (que analizaremos más adelante).

    Cuestiones de compras


    La inflación hace que los precios suban, lo cual torna más complejo el proceso de compras, además provoca ganancias monetarias al mantener pasivos en moneda débil, y también produce la caída de algunos proveedores.


    Con la inflación aumenta la complejidad del proceso de compras. En líneas generales es importante tener en cuenta lo siguiente:

    • Hacer un buen trabajo de evaluación, de sustitución y de
      desarrollo de proveedores para disponer de mayor capacidad de maniobra frente
      a éstos.
    • Realizar un adecuado seguimiento de las cotizaciones de los ítems
      clave, pues es fundamental que la empresa esté constantemente actualizada
      sobre los precios.
    • Evaluar cuidadosamente las distintas condiciones de pago que ofrecen los
      proveedores, para lo cual se las debe homogeneizar sobre la base del cálculo
      financiero pertinente, utilizando al efecto la tasa de costo de capital. Distintas
      empresas pueden tener tasas de costo de capital muy diferentes; por eso, los
      descuentos por pronto pago que ofrecen pueden ser de muy distinta magnitud.
    • Negociar con los proveedores acuerdos sobre ajuste de precios (lo cual
      tiene una ventaja recíproca en la medida en que contribuya a la reducción
      de incertidumbre) y sobre condiciones de pago (donde también hay espacio
      para ganancias mutuas, si los costos de capital son diferentes).


    No analizaremos aquí el problema de la acumulación o no stocks, que consideraremos al abordar la temática de las cuestiones financieras.

    MERCADO
    On Line le amplía la información:

    Homepage de ALTA DIRECCION –
    Biblioteca Digital MERCADO
    . Introducción a la Economía.
    Por Osvaldo Kacef y Jorge Robbio. Diseño y Supervisión: Pablo
    Gerchunoff. Capítulo XIII. La inflación.
    http://mercado.com.ar/altadireccion/
    vernota.asp?id_web_nota=919

    Diario CRONISTA – 14-05-02. Un
    decreto de la convertibilidad distorsiona los balances. Los contadores reviven
    el ajuste por inflación.
    http://www.cronista.com/

    Diario Clarín. Suplemento
    Económico – 21-04-02
    . Roles profesionales. Llegó
    la hora de la gente de Finanzas.
    http://old.clarin.com/suplementos/
    economico/2002/04/21/n-01404.htm

    Diario CRONISTA – 25-03-02.
    Cambios contables por la devaluación.
    http://www.cronista.com/

    Homepage de ALTA DIRECCION –
    Biblioteca Digital MERCADO
    . Dossier: Cómo aumentar el valor agregado
    de la auditoría.
    http://mercado.com.ar/altadireccion/
    vernota.asp?id_web_nota=1229