La gimnasia de las relaciones

    “Para Accenture, el trabajo en equipo es una clave de supervivencia”, afirma Roberto Alvarez Roldán, socio de la ex Andersen Consulting, mientras se prepara para compartir con otros gerentes de la compañía una clase de salsa.


    Desde hace cuatro meses, los máximos ejecutivos de la consultora participan de un novedoso programa de actividad física grupal que incluye desde técnicas de boxeo y tareas de musculación, hasta un poco de baile. El ritual, que se repite tres veces por semana, tiene como último objetivo el perfeccionamiento del trabajo interdisciplinario profesional.


    Alvarez Roldán explica que uno de los mayores desafíos de la compañía a la hora de consolidar el trabajo en equipo es la mejora continua de la comunicación entre pares. “Cuando los clientes nos contratan, armamos equipos que persiguen un objetivo común: implementar con éxito un proyecto. Nuestra tarea se basa, entonces, en la interdependencia de conocimientos. Por este motivo, los miembros de Accenture deben mantener una comunicación fluida basada en la ruptura de las barreras organizacionales y jerárquicas”.


    Para complementarse


    Hasta ahora, la consultora había probado muchos y muy diversos recursos para optimizar las tareas grupales. La mayoría de las veces organizaba reuniones de dos o tres días en un lugar tranquilo para emprender ejercicios recreativos en grupo.


    “Sin embargo, todas estas iniciativas tenían un punto débil: eran shots aislados en el tiempo”, explica Alvarez Roldán. “Podían ser útiles para romper las estructuras, pero al día siguiente se volvía al viejo paradigma.”


    La prioridad de la consultora era encontrar una actividad que mejorara la comunicación y la confianza y que, además, consiguiera resultados a largo plazo. “Fue cuando decidimos diseñar, junto a la empresa Bodymove, el proyecto denominado Running Together“.


    Claudia Maceroni, una de las tres personal trainers de la firma a cargo del grupo de Accenture, explica que en una primera etapa se realizaron evaluaciones del estado físico individual y se les pidió a los gerentes que fijaran objetivos puntuales de mejora que funcionarían como estímulos.


    “En una segunda etapa, tratamos de juntar a aquellos que tenían condiciones físicas similares e intereses compartidos”, señala Maceroni. “Y diseñamos entrenamientos cruzados para tratar de integrar actividades.”


    Según la profesora de Bodymove, de esta forma se complementan las mejores aptitudes de cada persona. “Por ejemplo, los participantes que tienen buena resistencia se integran con aquellos que tienen desarrollada la fuerza”.


    La especialista asegura que este tipo de actividades ­aerobics, yoga, taebo, salsa y merengue­ permite establecer relaciones interpersonales mucho más distendidas, que redundan en una mejora del trato laboral.


    “Las primeras reuniones de gerentes del año eran totalmente diferentes de las de ahora”, evoca Alvarez Roldán. “Teníamos un buen nivel de comunicación, pero con Running Together la fluidez aumentó considerablemente. La gente se anima a decir lo que piensa de una manera más simple.”


    El programa de actividad física convocó, por ahora, a alrededor de 30 ejecutivos. Si bien la asistencia no es obligatoria, casi dos tercios de los gerentes de Accenture ya se entusiasmaron con la iniciativa. “Queremos llevar esta proporción hasta 75%”, asegura Alvarez Roldán, que ya tiene puesta la remera que identifica al equipo de Running Together.