El club de timoneles

    Una vez por mes, los presidentes o gerentes generales de diferentes compañías reservan un día entero de su agenda para reunirse. No son amigos, ni tampoco hay, entre ellos, intereses comerciales en juego. El principal incentivo del encuentro es el intercambio de opiniones y la discusión de temas estratégicos.


    Esta es, básicamente, la dinámica de funcionamiento de TEC, la organización internacional de los CEO que funciona en la Argentina desde septiembre del 2000. Hoy, la institución local tiene 22 miembros que se reparten en dos grupos de compañías que no compiten entre sí.


    El primer grupo está integrado por timoneles de empresas que facturan entre $ 1 y 3 millones. En el otro se agrupan las organizaciones de mayor tamaño (la más chica alcanza los $ 10 millones anuales en ventas, y la mayor llega a $ 120 millones).


    “La reunión grupal es uno de los pilares de la organización”, explica Alejo Cantón, responsable local de TEC. “Los CEO traen aquí los temas de discusión que más los preocupan y nosotros les damos la posibilidad de que debatan con ejecutivos de igual jerarquía.”


    Según Cantón, la experiencia demuestra que la esencia de los asuntos estratégicos es compartida, aunque las actividades sean diferentes.


    “TEC encarna una propuesta muy distinta de la que caracteriza a una cámara sectorial. Aquí el empresario se encuentra, quizá, con una empresa que incursiona en otros mercados o tiene una estructura más emprendedora que, por lo tanto, le puede aportar perspectivas novedosas.”


    A diferencia de los seminarios o cursos que apuntan a conceptos teóricos y al desarrollo de corto plazo, TEC ofrece las ventajas de pertenecer a una suerte de club ejecutivo dónde se tratan únicamente casos prácticos.


    “Este no es un programa de seis o doce meses”, advierte Cantón. “Si bien hay un proceso de rotación, a escala mundial los miembros de TEC permanecen en la organización durante cuatro o cinco años en promedio.”


    Todos a escena


    La jornada de trabajo mensual suele dividirse en dos partes. Por la mañana, un especialista habla sobre temas de interés del grupo. Durante la tarde, se lleva a cabo la sesión ejecutiva, en la que los participantes ponen a consideración de sus pares tres o cuatro cuestiones claves para su negocio.


    Para preparar el encuentro, un coordinador ­que alguna vez fue CEO­ convoca por separado a cada uno de los asistentes durante dos horas. “El objetivo es ayudarlos a pensar estratégicamente sobre su empresa y a identificar los temas críticos que luego plantearán ante los demás miembros”, explica Cantón


    Cómo administrar mejor los recursos humanos o cómo manejar la negociación con proveedores y clientes son los interrogantes más frecuentes que surgen en las reuniones. En una de las últimas convocatorias uno de los miembros locales planteó las dificultades de integración entre dos compañías fusionadas. “En el grupo siempre hay alguien que ya pasó por esa experiencia y, entonces, puede anticipar los problemas y recomendar una solución.”, asegura Cantón.


    El coordinador se ocupará, también, de hacer un seguimiento a largo plazo de las decisiones que cada CEO toma a partir del debate. El presidente de TEC explica que “existe un compromiso por parte de los miembros de generar cambios que consoliden su liderazgo”.


    “Nuestra misión es aumentar la efectividad de los directivos. Y esto no es posible si se mantiene el statu quo. Por eso, el objetivo final de las reuniones es que todos emprendan cambios positivos en sus empresas.”


    Cantón considera, además, que uno de los principales beneficios que les proporciona la organización es la mejora del proceso de toma de decisión. “Están frente a más de una docena de personas diferentes que conocen muy bien su propia compañía y que han acumulado mucha experiencia en una diversidad de rubros. Ellos están capacitados para ofrecer un consejo desde los más variados puntos de vista. Además, pueden acceder todos los meses a las nuevas tendencias de los más variados sectores desde la mirada de los directivos, y esto los incentiva a pensar acerca de cómo los afectarán estos cambios”.


    Secretos a voces


    Otra de las metas del encuentro mensual es superar el aislamiento. “Muchas veces el CEO está sólo en la cumbre y el encuentro con el grupo suple algunas carencias asociadas con esta sensación”, destaca Cantón.


    Para que las reuniones sean realmente productivas es necesario que, en muchos casos, los altos ejecutivos pongan sobre la mesa los proyectos de negocios mejor guardados del mercado. El hecho de no ser competidores directos los ayuda a hablar con mayor libertad. Sin embargo, el pacto de confidencialidad sobre el contenido de las reuniones es el principal requisito para que los empresarios se animen a compartir información estratégica de su compañía.


    “Cuando inauguramos las oficinas en la Argentina, una de nuestras dudas era, justamente, si sería posible romper la reserva que caracteriza a la cultura empresaria local. Pero la verdad es que realmente nos sorprendió ver cómo, paulatinamente, cada miembro logra establecer una total confianza con el grupo.”


    El alcance internacional de la organización permite que los ejecutivos intercambien opiniones con colegas de todo el mundo. El contacto permanente se lleva a cabo a través de la página de Internet de TEC, que es exclusiva para sus miembros. El site también pone a su disposición un amplio espectro de material especializado, generado diariamente por las oficinas centrales de TEC en San Diego.

    A partir de una
    caída

    TEC (The
    Executive Committee
    ) se creó hace casi medio siglo a partir
    de un fracaso comercial. Su fundador, Bob Nourse ­que hoy tiene 96
    años­ era propietario de una empresa que fabricaba motores
    eléctricos en el estado norteamericano de Wisconsin. Más
    de 70% de sus ingresos provenía de un solo cliente: la legendaria
    tienda por departamentos Sears.

    Cuando el
    gigante minorista decidió producir sus propios motores, Nourse
    vio desvanecerse su negocio y, en vez de esforzarse por salvar a la empresa,
    optó por buscar nuevos horizontes. Empezó a concurrir a
    seminarios y conferencias para actualizar sus conocimientos y descubrió
    que aprendía más del debate con los asistentes que de las
    exposiciones de los oradores.

    A partir
    de ese momento decidió convocar a los presidentes de otras empresas
    con el único objetivo de capacitarse entre pares.

    TEC se expandió
    poco después a las principales ciudades de Estados Unidos y comenzó
    a diseñar su inserción internacional.

    Hoy tiene
    algo más de 7.000 miembros en 14 países, incluidos Brasil,
    México y la Argentina. Sus integrantes lideran empresas que suman
    en total una facturación de US$ 175.000 millones y que emplean
    a más de un millón de personas.