Por
cierto, los resultados financieros enero-marzo, superiores a los previstos,
le permiten elevar las metas para reducción de endeudamiento. La
compañía venía sobrellevando una carga de aproximadamente
US$ 2.200 millones, fruto de una serie de costosas adquisiciones hechas
en los años ‘90. Cabe recordar que Clariant surge en 1995 como
fusión de áreas especiales de Sandoz y Hoechst.
En cuanto al primer trimestre del año, depara utilidades netas por
alrededor de US$ 55.400.000, contra pérdidas por US$ 5.300.000 un
año antes.
Roland Loesser, presidente ejecutivo, atribuye la mejora al aumento de ventas
y márgenes, particularmente en Estados Unidos, algunos países
latinoamericanos -Argentina entre ellos-, Asia oriental y sudoriental.
“Estamos satisfechos, pues esos resultados demuestran capacidad de
promover las líneas más rentables, sin dejar de recortar costos
en toda la gama”, comenta el directivo. “Pero mantenemos cautela,
porque la recuperación en la Unión Europea no se ve clara.
Máxime tras la ampliación de quince a 25 socios”.
De hecho, los comentarios de Loesser siguen de cerca a los balances de otros
grupos químicos. Por ejemplo, el alemán BASF o el británico
ICI.
Al cabo de varios años afectado por baja demanda de insumos industriales,
el panorama empieza a mejorar. En el caso de Clariant, también muestra
mejores ventas de productos complementarios; inclusive materiales electrónicos.
La compañía espera reunir fondos por alrededor de US$ 1.860
millones vía reestructuraciones, venta de títulos, etc. En
lo tocante a endeudamiento neto, la firma lo reduce este años de
US$ 1.920 a 1.150 millones (-40%).
En Argentina
La filial local del grupo helvético anunció una inversión
por $ 3.000.000, para poner a punto una planta de “masterbatches”
en Lomas de Zamora.
Este insumo forma parte de un conjunto de 20.000 productos y servicios
especializados, en escala mundial.
La gama Clariant incluye químicos para tratamiento de cueros, papeles,
textiles, colorantes, emulsiones, pigmentos, cosméticos, petróleo,
etc. Según proyecciones del último estado financiero, las
ventas globales anuales orillarán US$ 6.600 millones.
En Argentina, el negocio llegó en 1997 y hoy ronda los US$ 73 millones.
En cuanto a los “masterbatches”, son concentrados de pigmentos
y aditivos que agregan propiedades especiales a los plásticos.
Estos insumos no llegan al consumidor, pero están por todas partes
en la vida cotidiana.
El proceso fabril que cristaliza ahora busca reemplazar insumos importados,
ofrecer productos con alto valor agregado y servicios a usuarios. Además
de la planta, la compañía dispone de equipamiento de vanguardia
tecnológica y controles de calidad.
Los “masterbatches” de colores y especialidades se han diseñado
en línea para optimizar productividad en todo tipo de aplicaciones.
Entre ellas, procesos de extrusión, moldeo por inyección,
soplado, coloración de fibras (rafia, mono y multifilamentos),
moldeo por rotación, espumado, etcétera.
Esta inversión es parte de un programa que se extenderá
durante varios años e involucrará un monto superior a $
10 millones.
Además, habrá incorporación de mano de obra. Amén
de Lomas, existe ya una planta en Zárate, donde se elaboran sulfatantes
y especialidades químicas para fabricar pinturas, textiles y cueros.
Además de “masterbatches”, Lomas produce dispersiones
pigmentarias y funciona como centro distribución y administración
para toda la compañía.
La matriz opera en Müttenz, Confederación Helvética.
Su red mundial cuenta con 27.000 empleados, de los cuales hay 200 en Argentina.
Inauguraron la planta Ramón Torres (jefe de Clariant Argentina),
Dominik von Bertrab (directivo de Clariant International y jefe de la
división mundial para “masterbatches”), Günter Martin
y Sergio Mastrosrosa (similares cargos, en escala latinoamericana)
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