“Mega-factores” impactan sobre la sustentabilidad

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    El estudio de KPMG, Expect the Unexpected: Building Business Value in a Changing World, (“Esperar lo inesperado: crear valor para los negocios en un mundo cambiante”) explora temas como el cambio climático, la volatilidad de la energía y el combustible, la disponibilidad del agua y los costos, y la disponibilidad de los recursos, así como el crecimiento de la población de los nuevos centros urbanos. El análisis examina los factores globales que pueden impactar en el negocio y la industria, calcula los costos ambientales para el negocio y convoca a los empresarios y a los responsables de establecer políticas a trabajar más estrechamente para mitigar el riesgo futuro del negocio y actuar sobre las oportunidades.
    “Vivimos en un mundo de recursos limitados. El rápido crecimiento de los mercados en desarrollo, el cambio climático y los problemas de energía y agua potable se encuentran dentro de los factores que generarán mayores presiones tanto en el negocio como en la sociedad”, dijo Michael Andrew, presidente de KPMG International. “Sabemos que los Gobiernos no pueden enfrentar estos desafíos solos. Los empresarios tienen que asumir una función de liderazgo en el desarrollo de soluciones que ayudarán a crear un futuro sustentable. Al hacer uso de su capacidad para mejorar procesos, generar eficiencia, administrar el riesgo e impulsar la innovación, las empresas contribuirán a la sociedad y al crecimiento económico a largo plazo”.
    La investigación de KPMG reveló que los costos ambientales externos de 11 sectores claves de la industria aumentaron 50%, pasando de US$ 566.000 millones a US$ 846.000 millones en ocho años (2002 a 2010), y, en promedio, se estima una duplicación de estos costos cada 14 años. Según el informe, si las compañías tuvieran que pagar todos los costos ambientales generados por la producción, perderían, en promedio, 0,41 centavos por cada US$ 1 que se gana. En este marco, los empresarios y los responsables de establecer políticas deben tomar decisiones estratégicas conjuntas y actuar.
    Los 10 mega-factores globales respecto de la sustentabilidad que pueden tener un impacto en los negocios en las próximas dos décadas son:
    Cambio climático: este puede ser el mega-factor global que a su vez tiene un impacto directo sobre los demás. Las predicciones de pérdidas anuales generadas por el cambio climático van desde 1% anual, si se adoptan acciones inmediatas, hasta 5% anual –si los responsables de establecer políticas no actúan.
    Energía y combustible: los mercados de combustibles fósiles muestran una fuerte tendencia a la mayor volatilidad e imprevisibilidad debido al aumento global de la demanda de energía; los cambios en el patrón geográfico del consumo; las incertidumbres respecto del abastecimiento y la producción y la mayor intervención normativa relacionada con el cambio climático.
    Escasez de recursos materiales: a medida que los países en desarrollo se industrializan rápidamente, se predice el fuerte aumento de la demanda global de recursos materiales. Los negocios enfrentarán restricciones en el intercambio comercial y una intensa competencia global en relación con una gran variedad de recursos materiales, cuya disponibilidad se verá cada vez más comprometida. La escasez también genera oportunidades para desarrollar materiales sustitutos o para recuperar materiales de lo que se desecha.
    Escasez de agua: se estima que para el año 2030, la demanda global de agua potable excederá 40% del abastecimiento. Los negocios pueden quedar vulnerables ante la escasez de agua, la menor calidad, la volatilidad de su precio y los desafíos en relación con la imagen.
    Crecimiento de la población: se espera que la población mundial alcance los 8.400 millones para el año 2032. Esto genera presiones intensas en los ecosistemas y el abastecimiento por parte de los recursos naturales, tales como alimentos, agua, energía y materiales. Aunque esta es una amenaza para el negocio, existen oportunidades para generar una mayor actividad comercial y crear puestos de trabajo, y para innovar de manera de atender las necesidades de una población en aumento respecto de la agricultura, higiene, educación, tecnología, finanzas y salud.
    Riqueza: se predice un crecimiento de la clase media global (definida por la OCDE como las personas cuya disponibilidad económica varía entre US$ 10 y US$ 100 por persona por día) de 172% entre los años 2010 y 2030. El desafío de los negocios es abastecer a esta nueva clase media en tiempos de escasez de recursos y mayor volatilidad en los precios. Las ventajas aprovechadas por muchas compañías en las últimas dos décadas de utilizar “mano de obra barata” en las naciones en desarrollo comenzará a desaparecer debido al crecimiento y poder de la clase media global.
    Urbanización: en 2009, por primera vez, más gente prefirió vivir en las ciudades que en el campo. Para 2030, se estima que todas las regiones en desarrollo inclusive Asia y África tendrán una mayor cantidad de habitantes en las zonas urbanas; supuestamente todo el crecimiento de la población en los próximos 30 años se dará en las ciudades. Estas urbes requerirán mejoras en infraestructura como ser en la construcción, agua, higiene, electricidad, residuos, transporte, salud, seguridad pública y conectividad a Internet y celulares.
    Alimentos: en las próximas décadas, el sistema global de producción de alimentos se encontrará sujeto a las fuertes presiones ejercidas por los mega-factores: crecimiento de la población, escasez de agua y deforestación. Se predice que los precios globales de los alimentos aumentarán entre 70 y 90% para 2030. En las regiones de escasez de agua, los productores agropecuarios deberán competir por los insumos con otras industrias que hacen un uso intensivo del agua, tal es el caso de la electricidad y la minería, y con los consumidores. Se requerirá intervención para revertir el aumento de la escasez de alimentos en determinadas áreas (la cantidad de personas con desnutrición crónica aumentó de 842 millones durante la década del 90 a más de 1.000 millones en 2009).
    Deterioro del ecosistema: históricamente, el principal riesgo relacionado con el deterioro de la biodiversidad y el ecosistema significaba para las empresas el daño a la imagen. Sin embargo, a medida que los ecosistemas muestran señales de degradación, muchas compañías se dan cuenta de la dependencia existente entre sus operaciones y los servicios provistos por estos ecosistemas. El deterioro de los ecosistemas hace que los recursos naturales sean más escasos, más costosos y reduce la diversidad; aumentando el costo del agua y del daño provocado por la presencia de especies invasoras en diversos sectores como la agricultura, la pesca, los alimentos y bebidas, los productos farmacéuticos y el turismo.
    Deforestación: Los bosques son un gran negocio –los productos de la madera aportaron US$ 100.000 millones al año a la economía global desde 2003 a 2007, y el valor de los productos derivados de los bosques que no son madera, alimentos en su mayoría, se estimó en aproximadamente US$ 18.500 millones en 2005. Sin embargo, según las proyecciones de la OCDE, las áreas forestadas caerán globalmente 13% de 2005 a 2030, especialmente en América del Sur y África. La industria maderera y las industrias de producción, tales como las pasteras y papeleras son vulnerables a una posible legislación que las obligue a ralentizar o revertir la deforestación. Las compañías también se encontrarán sujetas a las presiones que ejercen los clientes al exigir que los productos sean sustentables bajo normas de certificación. Las oportunidades de negocios pueden surgir a partir del desarrollo de mecanismos del mercado e incentivos económicos para reducir el índice de deforestación.