En el territorio de la empresa, la agenda suele cambiar con pasmosa velocidad. Hace apenas diez años había organizaciones donde no se había escuchado hablar nunca de la Responsabilidad Social Empresaria. O bien se la asimilaba a cuestiones marginales del marketing o la filantropía.
Lo curioso –y atractivo además– es que buceando en esta idea de la sustentabilidad, muchos empresarios han identificado oportunidades que de otro modo nunca hubieran detectado. Sea reducir costos, achicar riesgos y –lo que es todavía más importante– generar nuevos y mayores ingresos.
La economía circular –ese concepto que llega para diferenciarse de la economía lineal– sostiene que todos los materiales atraviesan ciclos infinitamente, sean estos técnicos o biológicos. Las empresas adhieren a este nuevo modelo de negocios y ya están buscando formas de lograr esa economía, o sea una en la que mediante rediseño, reutilización y reciclado, las materias primas vuelven a la cadena de suministro industrial.
Lo que sigue son testimonios de actores esenciales locales en todo este campo, donde fijan posición sobre temas que están transformando la forma de producir y de pensar, que exploran los límites del crecimiento y las drásticas transformaciones que se están produciendo entre la empresa y la sociedad en la que están insertos.
Banco Galicia
Mirada estratégica en la inversión de capital
La sustentabilidad debe ser parte de toda la organización en su forma de hacer negocios, atendiendo a los grupos de interés. Es fundamental el compromiso de la alta gerencia y de toda la organización para maximizar el impacto social y ambiental positivo de las políticas y los programas.
Constanza Gorleri
El desarrollo económico solamente es alcanzable si se considera el desarrollo social y el cuidado ambiental, sostiene Constanza Gorleri, gerenta de Sustentabilidad de la entidad financiera.
–En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
–Hubo cambios y nombro tres que a mi criterio son los más significativos. El primero es la evolución del concepto de RSE hacia el de Sustentabilidad en donde el acento está puesto en una gestión integral de las políticas alineadas a la estrategia del negocio con una visión a largo plazo.
Por otro lado, el surgimiento de objetivos mundiales, que incluyen al sector privado como un actor esencial, que buscan contribuir a la solución de los problemas más urgentes.
Y por último, los avances en la articulación público-privada tan necesaria para un resultado exitoso.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, representan una oportunidad excepcional para que las empresas alineen sus objetivos e implementen procesos, desarrollen productos y capitalicen las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías a favor de los problemas más dramáticos, grandes y urgentes que el mundo enfrenta.
Durante octubre de este año se llevó adelante una nueva reunión de Naciones Unidas en la que se presentaron dos herramientas que permitirán mejorar y alcanzar el cumplimiento de estos Objetivos. Estas son el Blueprint for Business Leadership on the SDG y el Business Reporting on the SDG, una hoja de ruta para aquellas empresas, organismos públicos y organizaciones sociales que desean analizar el camino recorrido. Pero también ponen de manifiesto la necesidad de la triple articulación de los actores en el desarrollo de acciones.
También se han dado cambios en el mundo de las organizaciones y no quiero dejar de destacar la evolución que ha tenido la Iniciativa de Reporte Global (GRI), organización que guía la rendición de cuentas en materia de sustentabilidad. Ésta ha ido evolucionando con la misión de mejorar la calidad, rigor y utilidad de los Informes de Sustentabilidad en la Argentina y en el mundo.
–Los programas que implementan las empresas en este campo, ¿deben vincularse con el corazón del negocio, o pueden no tener conexión con él? En su compañía, ¿todos los programas se vinculan con el core del negocio?
–Considero que los programas deben estar alineados con la estrategia de la compañía y con lo que cada organización puede aportar, con el expertise propio para la gestión del impacto social y ambiental generado por la actividad de la organización. Esto no quita que además estos programas se complementen con otras acciones que a su vez retroalimentan la estrategia de sustentabilidad de la empresa.
Es decir que la sustentabilidad debe ser parte de toda la organización en su forma de hacer negocios, atendiendo a los grupos de interés. En Banco Galicia estamos convencidos que el desarrollo económico solamente es alcanzable si se considera el desarrollo social y el cuidado ambiental. Por eso es fundamental el compromiso de la alta gerencia y toda la organización con las políticas de sustentabilidad para maximizar el impacto social y ambiental positivo de las políticas y los programas.
–Hay fondos de inversión (como el Fondo Soberano de Noruega) que invierten en empresas de reconocida ética, y venden las acciones que tienen de las que no la acreditan. ¿Es una medida efectiva para cimentar comportamientos éticos?
–Si, definitivamente. Asistimos a un cambio de paradigma en donde la inversión del capital comienza a tener una mirada estratégica al contemplar a la sustentabilidad como una variable indispensable e indiscutible. El capital empieza a ser invertido en proyectos que además de medir el retorno miden el impacto social y/o ambiental de la inversión.
Un ejemplo en el plano local es la conformación del Grupo de Inversión de Impacto integrado por actores claves de sectores comprometidos con el desarrollo de la inversión de impacto en la Argentina, Paraguay y Uruguay. El objetivo es el de consolidar el ecosistema de este tipo de inversiones con el fin de impulsar el cambio económico, social y estructural que el país necesita para crecer sobre bases sólidas.
Además, este año conformamos en la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) el Comité de Finanzas Sostenibles, un espacio de intercambio y construcción colaborativa, a través del cual se busca compartir experiencias y las mejores prácticas de la región, capacitar a las entidades financieras para la promoción de mejores prácticas socioambientales, desarrollar canales de comunicación con los reguladores: BCRA y autoridades ambientales, y funcionar como interlocutores con el Grupo de los 6: UIA, SRA, BCBA, Cámara de la Construcción, Cámara de Comercio.
–Lo que las empresas invierten, ¿tendrá siempre el efecto que se espera sobre la sociedad? ¿Qué deben hacer las compañías para lograr este efecto positivo?
–Hoy es muy importante evaluar el destino de la inversión y el impacto que ella implica. No solamente se deben realizar los análisis crediticios tradicionales, sino que las variables sociales y ambientales toman un gran peso al momento de otorgar financiación.
Existen diferentes modelos de medición como Sistema B que a través de su herramienta “Mide lo que importa” les brinda a las organizaciones la posibilidad de medir y gestionar sus impactos sociales y ambientales; o la herramienta IRIS que ofrece de forma gratuita la Red Global de Inversión de Impacto (GIIN es su sigla en inglés) y que sirve para respaldar la transparencia, la credibilidad y la responsabilidad en la medición de impacto de las prácticas en torno a este tipo de inversión.
Sumado a esto cabe recordar que, cada vez más, los consumidores eligen empresas que tengan en cuenta el impacto social, ambiental y un comportamiento ético y responsable. Como actor social relevante, asumimos este desafío generando productos y servicios innovadores que atiendan estas nuevas demandas de la sociedad.
Cervecería y Maltería Quilmes
Modelo centrado en la economía circular
Gestión eficiente del agua, uso racional de energía y en especial de energías renovables para reducir las emisiones de CO2. Packaging reutilizable y reciclable, implementación de iniciativas para mejorar las operaciones logísticas.
Vanesa Vázquez
Es necesario impulsar la investigación e innovación, para que cada vez más industrias se desarrollen sustentablemente, sean más eficientes, impulsen las economías regionales y el cambio del modelo productivo hacia una economía más diversificada, competitiva y sostenible, según opina Vanesa Vázquez, jefa de Sustentabilidad de la empresa.
–En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
–Creemos que actualmente existe una mayor predisposición y una apertura más amplia al trabajo en conjunto entre el sector público y el privado. De esta forma, se están uniendo esfuerzos con el objetivo de generar mayores logros y maximizar el alcance de las acciones.
Consideramos que estamos en un momento bisagra, donde cada vez son más los consumidores conscientes del impacto que pueden provocar sus decisiones y costumbres cotidianas. Hoy, los consumidores están más interesados en el cuidado del medio ambiente, la gestión sustentable de las compañías y su compromiso con el desarrollo social y económico. Estamos viviendo el nacimiento de un nuevo consumidor más consciente e inteligente que busca tener un nuevo contrato entre las empresas y sus clientes.
A pesar de esto, discurrimos que es necesario impulsar la investigación e innovación, para que cada vez más industrias se desarrollen sustentablemente, sean más eficientes, impulsen las economías regionales y el cambio del modelo productivo hacia una economía más diversificada, competitiva y sostenible.
–La economía circular y el reciclaje permanente, ¿se han convertido en la cara visible de la sustentabilidad?
–Actualmente hay muchas propuestas en relación con la economía circular y el reciclaje. Si se las impulsa desde distintos ámbitos, estas ideas pueden convertirse en políticas públicas e instalarse en la vida de los ciudadanos.
En Cervecería y Malteria Quilmes basamos nuestro modelo de negocio en el paradigma de economía circular, que propone un ciclo regenerativo que mantiene los productos y sus componentes en su mayor valor en todo momento, realzando el capital natural y optimizando el uso de los recursos.
Nuestro modelo se centra en las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Impulsamos la gestión eficiente del agua, el uso racional de energía y el uso de energías renovables para reducir las emisiones de CO2, utilizamos packaging reutilizable y reciclable, implementamos iniciativas para mejorar nuestras operaciones logísticas y reducir las emisiones de CO2, utilizamos biodiesel en nuestros camiones y optimizamos las rutas para recorrer menos kilómetros, además de trabajar en la importancia de la venta y el consumo responsable.
En este sentido, junto al ministerio de Producción de la Nación, presentamos ReVuelta, un programa de abastecimiento sustentable que tiene el objetivo de fortalecer la cadena de valor, contribuyendo con el crecimiento de Pymes, emprendedores, start ups y economías locales. Para poder alcanzar esta meta, la compañía decidió modificar su matriz de compra para lograr diversidad en su cadena de valor, tener distintos insumos y servicios y contribuir al crecimiento de la economía, la competitividad y el desarrollo de empleo indirecto. Además, recientemente inauguramos nuestra Maltería Verde en la ciudad de Tres Arroyos, la primera en Argentina que contará con tecnología basada en el paradigma de la economía circular.
–Hay empresas que, cuando crecen las preocupaciones sobre corrupción empresaria y es grande el impacto de los negocios en la sociedad y el ambiente, sostienen el valor de la autorregulación. ¿Lo cree suficiente?
–Es indispensable la colaboración de sectores públicos y privados para potenciar la cadena de valor sustentable como parte del proceso de conversión hacia un desarrollo sustentable orientado a preservar al planeta y fomentar el crecimiento de las comunidades.
Algunas de las principales ventajas que tiene la articulación con el sector público es que es posible lograr mayor impacto de las iniciativas y unificar alcances y objetivos para trabajar en conjunto, para lograr así la meta en común y maximizar los resultados de las acciones.
Para cumplir con este objetivo, por un lado, se requiere de políticas públicas que faciliten este cambio de paradigma involucrando también a los consumidores, pero también el sector privado tiene un rol fundamental haciendo efectivo el cambio y avanzar con metas sociales y ambientales.
–Lo que las empresas invierten, ¿tendrá siempre el efecto que se espera sobre la sociedad? ¿Qué deben hacer las compañías para lograr este efecto positivo?
–Creemos que el efecto positivo es posible y somos la generación que puede impulsarlo. “La sustentabilidad está en la forma en que hacemos las cosas”, esta es la premisa de trabajo que sostiene la compañía en todas sus acciones y programas en las plantas productivas y centros de distribución.
Tenemos un sueño: Unir a la gente por un mundo mejor. Es decir, queremos construir un mundo mejor junto a nuestra cadena de valor –proveedores y socios comerciales– que están presentes en todas las etapas y también son una parte fundamental del desarrollo de las comunidades.
Empresas y sostenibilidad, una unión de buenos negocios
Tenemos por delante, en el mundo corporativo y muy especialmente en las Pymes, la necesidad de consolidar la idea de que alinear la estrategia de negocios con una visión de sostenibilidad de largo plazo incide de manera directa en la productividad y los resultados de cualquier compañía.
Por Jorge Figueroa (*)
Se trata de convencer al mundo que gestionar en la empresa con criterios de sostenibilidad es, ante todo, un buen negocio.
El contexto social y político es favorable. Se observa una creciente tendencia al desarrollo, relacionada con la mayor instalación de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en cada vez más organizaciones, tanto del sector privado como del ámbito público.
Las organizaciones y sus líderes son más conscientes y asumen mayor compromiso sobre el impacto que generan, ampliando los alcances no solo en la dimensión ambiental, sino también en lo económico y social.
Ya no es filantropía. Hoy se concibe como parte de la decisión corporativa y del negocio, y es deseable que esté integrada y alineada a los objetivos estratégicos para optimizar los impactos No son sólo palabras. Son impactos mensurables que tienen relación directa con el negocio.
Según la OIT, la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) o Inversión Socialmente Responsable (ISR), se define como el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad.
En este camino de evolución de lo sostenibilidad en las organizaciones, las áreas de RSE/Sustentabilidad van ganando espacios y adquieren un mayor peso específico en aspectos centrales del negocio, como operaciones, recursos humanos, comunicación, imagen y otras con impacto transversal en las conductas corporativas.
Un reflejo bien tangible del avance de esta tendencia se da en la mayor presencia en Argentina de empresas firmantes del Pacto Global de Naciones Unidas, iniciativa focalizada en el rol del sector privado en relación a los 10 principios universalmente aceptados para promover la RSE en DD.HH, estándares laborales, de medio ambiente y lucha contra la corrupción, entre otros, además de promover el compromiso y desarrollo de los 17 ODS que impulsa la agenda 2030.
Una estrategia de negocios diseñada con criterios de sostenibilidad tiene beneficios tangibles:
Una adecuada asignación de recursos a partir de la medición de impactos, que favorecen la sostenibilidad en el tiempo de los programas o acciones desarrolladas.
Compromiso del público interno y de los grupos de interés, con especial desarrollo en la cadena de valor como parte de la gestión de sostenibilidad.
La visión compartida entre todos los actores del desarrollo económico inclusivo y creación de riqueza compatible con la reducción de las desigualdades, considerando el ambiente, el clima y la reducción de gases.
No dejar a nadie atrás, partiendo de la igualdad de oportunidades, diversidad, equidad de género, inclusión social a través del empleo decente, registrado y de calidad.
Ya no depende de donde opera una determinada compañía. La exigencia de la coherencia e integridad, a partir de las conductas y compromisos basados en la transparencia y la ética, y tomando como pilares los ODS, son de aplicación global, desafiando legislaciones obsoletas en los diferentes confines del planeta.
¿Qué tenemos por delante?
Un futuro sin dudas mejor. En el último tiempo logramos avances relevantes con relación a prácticas más sustentables por parte de las empresas, aunque, sin dudas hay aún mucho camino por recorrer.
La buena nueva es que las nuevas generaciones vienen de forma nativa con un conocimiento, formación y compromiso que nos asegura una mayor velocidad en la adopción de criterios de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente en el mundo de los negocios.
Este ADN de mayor conciencia que traen los jóvenes está impulsando un control social y una presión tal sobre las empresas, que más temprano que tarde, hará que la cuestión de la sustentabilidad deje de ser optativa para ellas y se convierta en la única vía de supervivencia a futuro.
(*) Director de Public Affairs y Sostenibilidad de Randstad
Toyota Argentina
Gestión sustentable con la cadena de valor
El plan de desarrollo de proveedores lleva a cabo sus programas a partir del Sistema de Producción (TPS), con una filosofía de gestión orientada a optimizar los procesos de producción para lograr la más alta calidad y cumplimiento de plazo de entrega.
Eduardo Kronberg
“Nuestra premisa es trabajar para lograr el desarrollo de nuestros proveedores no solo como una herramienta de valor para la empresa, sino como un compromiso de evolución de la industria nacional en los procesos productivos, afirma Eduardo Kronberg, gerente general de Responsabilidad Social de la automotriz . Y agrega: “En 2016 desarrollamos un plan de localización que alcanzó a 100 nuevas partes a producirse en 20 autopartistas argentinos, permitiendo la sustitución de importaciones por US$ 61 millones al año y la generación de nuevos puestos de trabajo en el sector”.
El plan de desarrollo de proveedores lleva a cabo sus programas a partir del Sistema de Producción Toyota (TPS), con una filosofía de gestión orientada a optimizar los procesos de producción para lograr la más alta calidad y cumplimiento de plazo de entrega. Este sistema se enfoca en la mejora continua, la eliminación del desperdicio (MUDA), el compromiso de los empleados y el trabajo con la cadena de valor.
La representatividad también es un elemento de crecimiento en la inclusión de nuevas empresas. Por eso también forman parte del programa de capacitación los proveedores nucleados en la Asociación de Proveedores de Terminales Automotrices (APTA), consolidando así una visión basada en la mejora de los procesos de las empresas que trabajan junto a Toyota y a otras compañías automotrices. Así es posible crear un modelo replicable que les brinda a los proveedores la ventaja de compartir estas mejoras productivas con todos sus clientes, generando un salto cuali–cuantitativo en la industria.
A escala global, además, Toyota aplica tres principios fundamentales en la relación con sus proveedores:
1. Igualdad de condiciones.
2. Beneficio mutuo basado en la confianza mutua.
3. Contribución económica local – buen ciudadano corporativo.
También, en Toyota Argentina, han desarrollado la Guía de RSE para Proveedores, que tiene el propósito de compartir los lineamientos que permiten entender y profundizar sobre las responsabilidades que, como compañía, se tiene ante la sociedad, cumpliendo las normas y leyes vigentes y desarrollando políticas propias que permitan diferenciarse como buenos ciudadanos corporativos.
A través de esta política, se alienta que los proveedores hagan propias estas iniciativas, profundizándolas y expandiéndolas a sus propios proveedores.
Con la cadena de valor
“Dentro de estas acciones desarrollamos el programa VALOR, RSE+Competitividad, la iniciativa que impulsa la AMIA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), donde trabajamos temas de responsabilidad social empresaria (RSE) con toda la cadena de valor. En las primeras dos ediciones, se capacitaron 20 proveedores”.
“También establecimos la Guía Ambiental de Compras, con la que promovemos la mejora continua del desempeño ambiental en nuestros proveedores. Esta guía incluye requerimientos ambientales específicos según el área y los materiales suministrados por cada proveedor”.
“Este año hemos actualizado la guía para que incluya el Desafío Ambiental 2050 de Toyota Motor Corporation y expandir el alcance a todo el ciclo de vida del producto. Desde Toyota, alentamos a los proveedores a crear e implementar los sistemas de gestión ambiental necesarios para mejorar sus actividades, preservando el ambiente y disminuyendo riesgos. Además, todos los proveedores productivos deben adquirir y mantener la certificación ISO 14001 o un certificado de gestión ambiental similar, emitido por una organización externa”.
“El acompañamiento, capacitación y la transferencia de prácticas y conocimientos de negocios es vital para que nuestros proveedores puedan crecer competitivamente y así profesionalizar el mercado. Las empresas pueden transferir la excelencia en la fabricación, produciendo lo necesario, en el momento justo, con la mejor calidad y a un precio competitivo para el consumidor. Este es nuestro desafío de eficiencia y compromiso a lo largo de toda la cadena de valor, que impacta en una mejor propuesta económica y social para el país”.
(*) Toyota Argentina ha sido distinguida recientemente este año con el Premio AMCHAM Ciudadanía Empresaria en la Categoría Proveedores.
Pan American Energy
Oportunidades para las iniciativas innovadoras
La agenda de sustentabilidad se enfoca en aportar herramientas que resuelvan necesidades concretas y contribuyan a generar un cambio de fondo en las comunidades en donde se vive y trabaja. Hay que asumir un rol potenciador.
Por Agustina Zenarruza (*)
Agustina Zenarruza
En septiembre de 2015, se realizó la Cumbre del Desarrollo Sostenible en la que se aprobó la Agenda 2030. En este documento están los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aplicación universal, que rigen los esfuerzos tanto del sector político y privado como del tercer sector para caminar hacia un mundo cada vez más sustentable.
Si bien los desafíos que esta agenda conjunta propone no son nuevos y en mayor o menor medida vienen siendo abordados, esta gran matriz resumida en 17 objetivos aporta una serie de metas e indicadores para medir y reportar los logros y las contribuciones de los diferentes actores involucrados.
Este horizonte que proponen los ODS resulta clave para quienes trabajamos en la sustentabilidad y la responsabilidad social en el plano corporativo. Nos permite establecer indicadores para reportar los resultados de nuestro trabajo. Y son justamente estos mecanismos los que nos ayudan a dimensionar nuestra contribución a los ODS, medir el impacto y el alcance de nuestra actividad y comenzar a movilizar y generar nuevas oportunidades para desarrollar iniciativas innovadoras que nos acerquen a estos objetivos.
PAE tiene prácticas enmarcadas en una gestión sustentable que son transversales a la organización. Su compromiso se evidencia con la sostenibilidad en su misión, sus valores, sus pilares de trabajo y las políticas que diariamente guían nuestro accionar, centrándonos en la creación de valor, bajo el concepto de que “Nada es sustentable si no genera valor”.
Así, aportamos una visión de desarrollo sostenible que va más allá del cumplimiento de regulaciones ambientales, estándares de producción más limpios o políticas de RR.HH. Nuestro objetivo, a través de distintas iniciativas de RSE, es siempre promover el desarrollo integral de las comunidades, superando lo económico y lo social.
La agenda de sustentabilidad que guía el trabajo de Pan American Energy se enfoca en aportar herramientas que resuelvan necesidades concretas y contribuyan a generar un cambio de fondo en las comunidades en donde vivimos y trabajamos. Buscamos asumir un rol potenciador, desde la generación de competencias y capacidades para transformar la realidad.
Los tres pilares
Basamos nuestras acciones en tres pilares: la articulación-cooperación público-privada; el trabajo en red y la creación de capital social; y el desarrollo local como motor para la acción.
En este sentido, la formación de alianzas estratégicas para lograr los objetivos forma parte de la metodología de nuestro trabajo. Las iniciativas de la compañía se llevan a cabo a través del esfuerzo articulado con instituciones públicas y privadas. Establecemos alianzas con universidades y diferentes organizaciones de la sociedad civil que, en el carácter de socios suman su expertise para desarrollar este tipo de proyectos.
Sabemos que los problemas complejos requieren abordarse entre varias personas e instituciones, que desde diferentes lugares comparten el objetivo de resolver el problema. Cada uno aporta su visión, su manera de pensar, su capacidad de diálogo y su esfuerzo para superar obstáculos. Esta forma de trabajar tiene un valor agregado especial: las acciones y las propuestas consensuadas e inclusivas tienen más fuerza ya que cuentan con el aval de los múltiples actores que participan.
El desarrollo local con eje en la sustentabilidad es aquel que es idóneo para atraer factores externos y que, a la vez, promueve la expansión de sus propias capacidades. Si no se cumple este último aspecto, el crecimiento puede existir, pero difícilmente pueda calificarse como sustentable.
Nuestras iniciativas apuntan a garantizar sostenibilidad en el tiempo. Son acciones planteadas a mediano y largo plazo contemplando el alcance y el impacto en el grupo de interés. Son programas implementados por etapas, con instancias intermedias de evaluación para seguir paso a paso la evolución de los proyectos y su impacto real. Su foco es concretar cambios genuinos en las localidades.
Un claro ejemplo, es el Programa Creciendo Juntos que nació en respuesta a las altas tasas de mortalidad infantil registradas en la ciudad de Comodoro Rivadavia, Provincia del Chubut, en 2001-2003.
Las empresas en la Argentina fueron pioneras en poner en sus agendas a los ODS alineando la estrategia de sustentabilidad con el negocio. Y aquí es donde está el mayor desafío: que puedan generar alianzas perdurables y compromisos tangibles que les permitan ser un verdadero motor del cambio y generar un nuevo impulso hacia el progreso sostenible.
(* ) Líder de Responsabilidad Social Empresaria de Pan American Energy.
CCU
La autorregulación es más importante que la regulación
El año pasado, todos los cerveceros, junto a distintos sectores que elaboran bebidas con alcohol, firmaron un compromiso de autorregulación muy exigente que cada compañía debe cumplir. Es un acuerdo que define muy bien la mirada del sector sobre cómo abordar la sustentabilidad.
Juan Pablo Barrale
El uso sustentable del agua es una cuestión central que ocupa a CCU. El último año fue alentador ya que se logró alcanzar una reducción récord de 33,5% de consumo de agua, gracias a inversiones y mejores prácticas que llevaron a lograr indicadores de clase mundial en las cervecerías de la firma, según opina Juan Pablo Barrale, gerente de Asuntos Corporativos de la empresa.
–Las compañías que tienen en cuenta el impacto sobre el medio ambiente tienen mayores oportunidades de éxito en el mercado debido a que cada vez más existe una preferencia por parte de los consumidores por adquirir productos que reúnen condiciones de sustentabilidad ambiental”. ¿Es esta una descripción correcta de una tendencia mundial? ¿Y en la Argentina?
–Existen estudios que indican una mayor predisposición de los consumidores a adquirir productos que tengan impacto ambiental y social positivo. Es una variable que comienza a estar en los decisores de compra, quizás todavía con mayor fuerza en mercados de Europa y Norteamérica. Definitivamente estimula a que las compañías comuniquen proactivamente el trabajo y las inversiones detrás de lograr un equilibrio ambiental, y en nuestro caso nos enfocamos en el desarrollo de envases no retornables, formatos con una demanda creciente, precisamente por los beneficios de la lata: elaborar cerveza en lata consume un 14% menos de agua, su traslado es 42% más ecológico, enfriarla requiere 15% menos de energía eléctrica y el aluminio es un material 100% reciclable.
–Hay empresas que, cuando crecen las preocupaciones sobre corrupción empresaria y es grande el impacto de los negocios en la sociedad y el ambiente, sostienen el valor de la autoregulación. ¿Lo cree suficiente? ¿Por qué?
–La autorregulación es, desde mi punto de vista, más importante que la regulación. Representa un compromiso de las compañías por un trabajo bien hecho, con estándares que superen a los que indica la ley.
El año pasado, todos los cerveceros, junto a distintos sectores que elaboran bebidas con alcohol, firmamos un compromiso de autorregulación muy exigente que cada compañía debe cumplir.
Es un compromiso que define muy bien nuestra mirada de cómo abordar la sustentabilidad y hacer nuestra parte para poder crecer en sociedades que promuevan buenos hábitos. No es suficiente, pero es decisivo: las sociedades más reguladas no son necesariamente las que mejores resultados consiguen.
–Al analizar los programas permanentes en sustentabilidad o RSE, ¿las empresas pueden tener la certeza de que están avanzando en la dirección correcta?
–Jamás un programa orientado hacia alguna de las dimensiones de sustentabilidad puede ser un riesgo para el negocio. En primer lugar, las empresas deben tener sustentabilidad económica: de esa manera contribuyen a un escenario de crecimiento para sus empleados, clientes, proveedores, y toda la cadena de valor ampliada. En simultáneo, esa sostenibilidad puede y debe lograrse contribuyendo a un mejor medio ambiente y a tener un impacto social positivo.
Si no hay una oportunidad de negocio, es difícil que la idea sea sustentable.
Desafíos y perspectivas en materia de sustentabilidad
Pasaron dos años desde el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y, aunque falta mucho camino por recorrer, las empresas somos un actor relevante a la hora de debatir y aportar prácticas con impacto positivo en la sociedad. No solo eso, tenemos la imperativa responsabilidad de atender esa agenda.
Por Karen Vizental (*)
En Unilever buscamos realizar nuestros aportes a los ODS a través de nuestro Plan de Vida Sustentable que reúne más de 50 objetivos orientados a mejorar la salud y bienestar de las personas, reducir a la mitad el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida de las comunidades de nuestra cadena de valor.
Estamos convencidos de que la sustentabilidad es un buen negocio.
Los resultados demuestran que nuestras marcas sustentables crecieron un 50% más rápido que el resto, y proporcionaron el 60% del crecimiento de la compañía en 2016.
Esas marcas combinan un fuerte propósito social o ambiental con una mejora sustentable de los productos –menos empaque, menos recursos necesarios para ser utilizados, mejores ingredientes– que contribuyen a lograr los objetivos del Plan de Vida Sustentable.
Trabajamos en el diseño del propósito de nuestras marcas con el objetivo de generar impactos positivos en la sociedad, pero sabemos que este modelo de desarrollo necesita de compromisos colectivos y alianzas estratégicas que nos permitan compartir una visión y objetivos comunes que se orienten a generar transformaciones y alcanzar el desarrollo sostenible.
En este sentido, junto con Carrefour, el Ministerio de Agroindustria de la Nación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lanzamos la campaña #NoTiresComida, buscando concientizar a los consumidores acerca del desperdicio de alimentos. Además, en el marco de esta campaña, se presentó un proyecto de ley para crear el “Día Nacional de la Lucha contra la pérdida y desperdicio de alimentos”, que este año obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores de la Nación. De esta manera, logramos contribuir con el cumplimiento del ODS 12.3 que busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en toda la cadena de valor.
Manejo de residuos
Del mismo modo, en 2017 lanzamos junto al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el proyecto #ReciclandoEnLaCiudad, una campaña que incentiva el uso de los puntos verdes del gobierno y plantea una nueva forma de manejo integral de residuos post consumo basada en la responsabilidad compartida de la cadena de valor.
Uno de los eventos sustentables más importantes de 2017 fue la Cumbre del Clima en Bonn (COP23), cuyo objetivo fue analizar en detalle el Acuerdo de París y concretar compromisos. Las empresas también asumimos un rol en este debate: los CEO de las empresas miembro, entre ellos Paul Polman de Unilever y miembro del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), están dispuestos a realizar un trabajo conjunto con los gobiernos para establecer precios al carbono que permitan mejorar la resiliencia al cambio climático.
Las acciones decisivas y colectivas garantizan un futuro mejor y próspero para todos, y hacen posible que nuestras acciones individuales contribuyan a la mejora en el funcionamiento de la cadena de valor de la que formamos parte.
En Unilever nos guía el desafío de promover una vida sustentable. Solo a través de la implementación de prácticas sustentables podremos lograr el crecimiento de nuestro negocio generando impactos significativos económicos, ambientas y sociales.
(*) Vicepresidenta de Comunicaciones Corporativas y Sustentabilidad de Unilever Latinoamérica y Cono Sur.
Telefónica Argentina
La construcción de capital social
Entre los principales retos se encuentra la capacidad de generar vínculos cercanos, sinceros y transparentes con todos los grupos de interés con los cuales las compañías se vinculan en forma cotidiana y que son claves para el desarrollo exitoso de la operación.
Agustina Catone
“En Telefónica consideramos que la única forma sostenible de hacer negocios es trabajar con una mirada de negocio responsable y por este motivo hemos desarrollado un plan a través del cual nos comprometemos a generar impacto positivo y crear valor en las comunidades en las que operamos”, explica Agustina Catone, directora de Negocio Responsable y de Fundación Telefónica.
–Para algunos académicos, la RSE es una obligación de la compañía. Es decir, que responsabilidad, en este campo, alude a una obligación. ¿Es una descripción correcta? ¿Por qué?
–La sustentabilidad como concepto y como práctica viene desarrollándose año a año en nuestro país. Existen nuevas demandas y expectativas en términos sociales y medioambientales que la sociedad en su conjunto espera de las organizaciones en general y de las empresas en particular.
Esto representa un gran desafío que motiva la búsqueda de alianzas y articulaciones entre los distintos actores sociales: Estado, sector privado y sociedad civil, con el objetivo de poder generar soluciones sustentables y de largo plazo para dar respuesta a los nuevos retos que se presentan.
–Suele afirmarse que cuando una compañía logra la reputación de tener una conducta de RSE obtiene una ventaja competitiva en trabajo, producto y mercados de capitales. Establecer legitimidad social puede ayudar a las firmas a asegurar una licencia para operar. ¿Coincide con este diagnóstico? ¿Cuáles son los principales desafíos a afrontar?
–La construcción de capital social es sin lugar a dudas un aspecto que resulta clave en una sociedad cada vez más conectada y en permanente transformación. Es preciso y prioritario para todas las organizaciones desarrollar estrategias de articulación con los diferentes actores del ecosistema. Creemos que en los tiempos que corren, apostar al diálogo y a la construcción colectiva, buscando poner por encima los acuerdos, es lo que marcará la gran diferencia al momento de conseguir cumplir nuestros objetivos y desafíos.
Por este motivo, entendemos que entre los principales retos se encuentra la capacidad de generar vínculos cercanos, sinceros y transparentes con todos los grupos de interés con los cuales las compañías se vinculan en forma cotidiana y que son clave para el desarrollo exitoso de la operación.
–¿Considera que a medida que las empresas ponen más énfasis en el desarrollo sustentable se vuelven más éticas en sus prácticas comerciales –lo cual significa que se reducen los casos de sobornos y corrupción–? ¿Por qué? ¿Conoce casos –propios o ajenos– que lo ejemplifiquen?
–Vivimos en un mundo cada vez más interconectado y en donde la información fluye a una velocidad vertiginosa, donde la veracidad, el comportamiento ético y responsable y la transparencia están tomando cada vez mayor relevancia. Implementar procesos y procedimiento para preservar los valores de ética y transparencia son piezas fundamentales para asegurar la sustentabilidad en el largo plazo y resguardar la reputación de cualquier organización.
–La sustentabilidad y la RSE, ¿ayudan a garantizar la existencia de crecimiento económico?
–El crecimiento y el desarrollo económico forman parte de la agenda mundial y local impulsada por las Naciones Unidas y los Gobiernos a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido, consideramos que trabajar con esta gran brújula que son los ODS permite alinear los objetivos de negocio con las grandes metas que tenemos como sociedad, promoviendo un impacto positivo en las comunidades.
Incorporar hábitos de sustentabilidad, complementar las variables económicas con la incorporación de criterios sociales y ambientales en la toma de decisiones, es una palanca que aporta al desarrollo de negocios sustentables.
Pepsico
La economía circular, un modelo de negocios
Responsabilidad Social Corporativa se entiende como una visión de negocios que integra el respeto por los valores éticos, las personas, la comunidad y el medio ambiente.
Andrea Valdez
–”En 2016 nuestra nueva agenda con una mirada a 2025, fortalece los tres pilares en los que focalizamos: Productos, Planeta y Personas. Todas nuestras medidas están alineadas responsablemente con la asignación del debido capital, el compromiso con nuestros objetivos financieros y la creación de valor para los accionistas”, sostiene Andrea Valdez, coordinadora de Ciudadanía Corporativa-Fundación Pepsico.
–La economía circular y el reciclaje permanente, ¿se han convertido en la cara visible de la sustentabilidad?
–En PepsiCo sabemos que seguimos este concepto desde que lanzamos nuestra visión estratégica “Desempeño con Propósito”, porque justamente el objetivo foco es integrar la sustentabilidad a los resultados del negocio.
Se podría decir que Economía Circular es la terminología más utilizada en los últimos años para ejemplificar rápidamente cualquier tema ligado a la sustentabilidad en su sentido más amplio.
Claramente el concepto de Economía Circular trasciende actualmente el mundo de la gestión de residuos o reciclaje de cualquier tipo de material, y hoy se entiende más como un modelo de negocio que busca crear valor durante todo el ciclo de vida de los distintos recursos (desde su nacimiento, su tiempo de uso, su disposición, y posterior reutilización o minimización del impacto de su falta de reincorporación al ciclo productivo).
Por eso se reconoce hoy este concepto como modelos de sistemas que tienen una mirada “completa” sobre los aspectos ambiental, social y económico de cada elemento o recurso disponible; y se busca esta misma lógica en cada tema ligado a la sustentabilidad.
–¿Cómo se crea valor con la RSE? Algunos programas y acciones producen ganancias inmediatas y cuantificables (reciclado, menor consumo de agua o de electricidad), pero el largo plazo es más difícil de medir. Con los programas en marcha, ¿habrá más consumidores identificados con las marcas, será más fácil conseguir talento u obtener más inversiones?
–El compromiso de PepsiCo hacia el crecimiento sustentable, definido como “Desempeño con Propósito” une el desempeño del negocio con un claro sentido de responsabilidad social que promueve el cuidado de los consumidores, la valoración de los colaboradores, el desarrollo de las comunidades en las que opera y el cuidado y el respeto al medio ambiente. Nuestra agenda de Desempeño con Propósito fue diseñada para hacer posible el crecimiento sustentable a largo plazo; y esto demuestra el compromiso que la compañía asume frente a los consumidores y frente a las comunidades donde opera. Por ello lanzamos en 2016 nuestra nueva agenda con una mirada a 2025, fortaleciendo los tres pilares que en los que focalizamos: Productos, Planeta y Personas. Por supuesto entendemos que los consumidores también han cambiado durante los últimos años, ya que cada vez más personas buscan opciones más saludables y nuestros nuevos objetivos nos permitirán cumplir mejor con esta demanda.
–El programa de sustentabilidad y RSE, ¿puede desplazar las prioridades del negocio central de la empresa? ¿Se puede dañar, por esta vía, la competitividad de la empresa?
–No. En principio si la política o programa de sustentabilidad es parte de la estrategia de negocio y transversal a todas las áreas de la compañía, se la entiende como una prioridad más, sin correr el riesgo de desequilibrar o afectar lo específicamente competitivo o del negocio.
En PepsiCo entendemos la Responsabilidad Social Corporativa como una visión de negocios que integra el respeto por los valores éticos, las personas, la comunidad y el medio ambiente. A través de nuestra promesa de Desempeño con Propósito confirmamos nuestra convicción fundamental, en la cual el éxito de nuestra compañía está intrínsecamente vinculado a la sostenibilidad del mundo que nos rodea. Creemos que el mejorar los productos que vendemos, el operar responsablemente para proteger nuestro planeta y empoderar a las personas del mundo es lo que le permitirá a PepsiCo ser una compañía global exitosa que pueda crear valor a largo plazo para la sociedad y para nuestros accionistas.
L’Oréal Argentina
Compromiso ético y una forma de hacer negocios
El planeta y la población demandan que las compañías estén comprometidas tanto en el aspecto social de cada comunidad en la que se insertan como en el aspecto ambiental. Los consumidores tienen expectativas cada vez más elevadas respecto de estas cuestiones.
Myrna Polotnianka
“Programas como “Por las Mujeres en la Ciencia”, que premia a mujeres por la excelencia en sus trabajos en un área donde sólo el 30% de los cargos jerárquicos son ocupados por mujeres, o “Belleza por un Futuro”, que capacita a personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica para que puedan insertarse laboralmente en distintos puntos del país, son muy bien recibidos por la sociedad en general”, opina Myrna Polotnianka, gerenta de Comunicación Corporativa y Sustentabilidad de L’Oréal Argentina.
–La sustentabilidad y la RSE, ¿ayudan a garantizar la existencia de crecimiento económico?
–Creemos que la sustentabilidad y la RSE pueden lograr un impacto positivo en toda la cadena de valor. En los últimos años, a escala global nos enfocamos en innovación y producción sustentable para mejorar el impacto social y ambiental de nuestro negocio.
Por eso, lanzamos en 2013 nuestro programa sustentable “Compartir la belleza con todos”. Los compromisos asumidos en el desarrollo sustentable en el marco del programa se ven reflejados en resultados positivos en la reducción de las emisiones de CO2 y la mejora del perfil medioambiental y social de nuestros productos, el desarrollo de programas de empleabilidad con resultados concretos en poblaciones vulnerables como Belleza por un Futuro, el trabajo con materias primas renovables y packaging sustentable, el reciclaje de plásticos, el consumo respetuoso de agua, y la gestión responsable de residuos.
–Suele afirmarse que cuando una compañía logra la reputación de tener una conducta en RSE obtiene una ventaja competitiva en trabajo, producto y mercados de capitales. Establecer legitimidad social puede ayudar a las firmas a asegurar una licencia para operar. ¿Coincide con este diagnóstico? ¿Cuáles son los principales desafíos a afrontar?
–Para nosotros ser una empresa sustentable es tanto un compromiso ético como una forma de hacer negocios. Esto hace que las empresas que trabajan responsablemente marquen un camino de buenas prácticas. En este sentido, los rankings de sustentabilidad son muy relevantes en la reputación de una compañía. Afortunadamente, a finales de este año L’Oréal fue reconocida como líder mundial en sostenibilidad corporativa y galardonada con una posición en la Lista A de clima, agua y bosques de este año por CDP, la reconocida plataforma de divulgación ambiental global sin fines de lucro.
CDP publica puntajes de A a D en clima, agua y bosques para más de 3.000 compañías clave, reconociendo a los líderes en la prestigiosa Lista A. Para nosotros es un orgullo que L’Oréal sea una de las dos únicas compañías que obtuvo una A en los tres programas de CDP. Esto es en reconocimiento a sus acciones en el último año reportado para reducir las emisiones de carbono, mejorar la administración del agua, abordar la deforestación en su cadena de suministro y liderar la nueva economía sostenible.
–Lo que las empresas invierten, ¿tendrá siempre el efecto que se espera sobre la sociedad? ¿Qué deben hacer las compañías para lograr este efecto positivo?
–Creemos que para tener un efecto positivo en nuestra sociedad es importante conocer bien la comunidad en la que estamos trabajando, desarrollar alianzas con organismos públicos e instituciones del tercer sector. También es muy potente la sinergia que se da cuando distintas empresas trabajan por un objetivo en común y el efecto multiplicador que los programas exitosos tienen en el sector privado en general. Personalmente, estoy muy contenta de ver cómo distintas compañías trabajan mucho en mejorar año a año. Nos gusta y nos emociona mirar el trabajo de los demás.
–Los programas que implementan las empresas en este campo, ¿deben vincularse con el corazón del negocio, o pueden no tener conexión con él? En su compañía, ¿todos los programas se vinculan con el core del negocio?
–En nuestro caso particular, las acciones en este campo están contenidas dentro del programa “Compartir la belleza con todos”. Más que con el core del negocio diría que nuestras acciones están en línea con el corazón de nuestra compañía, con su misión y sus valores. En L’Oréal somos muy rigurosos a la hora de plantear nuestros objetivos para estas acciones de RSE. Un ejemplo de este efecto positivo en nuestra sociedad son las iniciativas vinculadas a empoderamiento femenino, diversidad y empleabilidad.
Gas Natural Fenosa
Cumplir con las expectativas
Además de ser un convencimiento de ciudadano responsable el invertir en una empresa con planes de sustentabilidad, también es negocio hacerlo en las que tienen estos programas porque son las que a largo plazo van a tener más reputación, más prestigio, van a vender más y sus productos van a ser más deseados y mejor posicionados en el mercado.
María Bettina Llapur
“Se han ido identificado todas aquellas actividades o acciones que inciden en la comunidad o en los distintos grupos de interés y se han perfeccionado mucho las herramientas con las que esto se mide, y también, por qué no decirlo, se ha incrementado la comunicación de las empresas en todos los temas de sustentabilidad, y en todas las actividades que inciden en el desarrollo social, económico y ambiental de las comunidades”, sintetiza María Bettina Llapur, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales.
–En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
–La agenda de sustentabilidad se ha mantenido. No ha reflejado cambios drásticos. Lo que sí se ha notado en la última década es que se han profundizado las líneas de trabajo. Es decir, aquellas temáticas que eran más novedosas e incipientes diez años atrás, hoy se han reafirmado. Se ha trabajado tanto a escala nacional como global en los mismos lineamientos, habiéndose progresado muchísimo en los grandes temas de sustentabilidad que se fijaron las empresas.
Han ampliado y mejorado las líneas de trabajo en todas sus áreas, tanto en las líneas de negocio como en las áreas de soporte, habiéndose trabajado mucho en identificar necesidades de los distintos stakeholders, en la forma de aportarles y de contribuir a su desarrollo.
También podemos decir que se ha crecido mucho en materia de reporte. Cada vez son más las empresas que realizan su informe o reporte de sustentabilidad y han ido perfeccionando el trabajo en esa línea, tanto las que siguen GRI como aquellas que no, pero que han ido incorporando más o mejores indicadores de toda su gestión.
–Los programas que implementan las empresas en este campo, ¿deben vincularse con el corazón del negocio, o pueden no tener conexión con él? En su compañía, ¿todos los programas se vinculan con el core del negocio?
–Puede una compañía tener programas de RSE o sustentabilidad que estén vinculados y que no lo estén, si el fin de ambos es apoyar a uno de los grupos de interés vinculados a la actividad de la empresa.
Por ejemplo, desde GNF tenemos programas que tienen que ver con nuestra actividad principal que es la de distribución de gas natural por redes. Entre ellos podemos citar el Programa de Consumo Responsable del Gas, a través del cual promovemos tanto entre el público infantil como en el adulto, el uso responsable, eficiente y seguro del gas natural.
Se incentiva el ahorro y el uso racional dado que se trata de un recurso no renovable y por tanto es responsabilidad de todos los actores sociales y de la ciudadanía en general cuidarlo y usarlo correctamente.
Otro programa que tiene que ver con nuestro negocio, es el Programa Inclusivo de Gasificación Integral que consiste en un modelo de negocio destinado a brindar el acceso al servicio de gas natural por redes a poblaciones de menores recursos.
También tenemos otros programas no vinculados directamente a nuestro negocio, como Energía del Sabor, que se trata de un programa inclusivo a través de la gastronomía, donde capacitamos a jóvenes de barrios carenciados para que puedan obtener un título oficial que les permita insertarse en el mundo laboral o generar su propio emprendimiento. Creemos que todas las empresas deben tener acciones, programas y planes para incluir a poblaciones que hoy en día están excluidos de distintos bienes o servicios. Y en este sentido, está muy bien que se lleven a cabo acciones, que aunque no tengan que ver con el core del negocio, se trata de mejorar la situación social, económica de poblaciones castigadas.
–La convención aceptada es que a los stakeholders les atraen las compañías cuyas actividades de responsabilidad social producen sólidos beneficios que pueden ser tangibles. ¿Piensa usted que es una afirmación acertada? ¿Por qué?
–Sí, definitivamente. Hoy en día, los inversores serios y responsables, que afortunadamente son la gran mayoría, e inclusive los inversores pequeños también, cada vez más, cuando analizan invertir en una empresa, no solo ven su balance, sus resultados económicos en forma aislada. También ven el desempeño económico y social de la empresa porque esa es la que tiene futuro.
–Lo que las empresas invierten, ¿tendrá siempre el efecto que se espera sobre la sociedad? ¿Qué deben hacer las compañías para lograr este efecto positivo?
–El propósito de toda empresa es invertir, tener rentabilidad, dar empleo, pagar impuestos y promover el desarrollo social de la comunidad en la que trabaja. Y esta debe ser siempre su misión, es decir, favorecer a todos sus stakeholders.
A veces, los programas, los planes o las estrategias con los distintos stakeholders no producen todos los beneficios o efectos que se proponían, pero para ello están los ejecutivos y los comités de dirección, para ir realizando las correcciones, las adecuaciones que sean necesarias en todos los planes y programas de una empresa, para obtener el fin que se propone la alta dirección de una empresa.
Que es justamente lograr beneficiar a todos sus stakeholders. Si algún programa fracasa se deberán tomar los correctivos necesarios para lograr este fin, y las empresas exitosas encuentran la forma de lograr el beneficio de todos los actores involucrados. Y así lograr la misión, visión y valores conformes a las estrategias que se han propuesto. Las empresas, como actores sociales, deben velar permanentemente para que sus planes, programas y acciones cumplan las expectativas de todos sus públicos de interés, no sólo sus accionistas, sino clientes, empleados y la comunidad en general.