Las grandes tendencias que ahora transforman los sistemas de salud

    Por María Teresa Lavayén


    Michael Reiterman
    Foto: Gabriel Reig

     

    “No podemos predecir el futuro pero sí inventarlo”, decía Werner von Siemens allá por 1847, cuando junto a Johann Georg Halske fundaban la compañía que dedicaría su pasión por la ingeniería a la solución de problemas de la humanidad. Hoy, para rememorar el bicentenario del fundador, la empresa lanza el lema “ingenio para la vida”, una frase que refleja su apuesta para resolver los retos del futuro.
    El ingenio, como capacidad para afrontar los retos que impone el mundo y como habilidad para buscar soluciones innovadoras a los nuevos y a los viejos problemas, está presente en la palabra ingeniería y también en el nuevo nombre que se decidió para convertir en compañía independiente lo que antes era una unidad de negocio: Siemens Healthineers reemplaza desde mayo de este año a Siemens Healthcare y además de adquirir independencia total para sus decisiones adopta un nombre que presenta a sus integrantes como pioneros e ingenieros de la salud.
    La nueva estrategia se comenzó a desarrollar a principios de 2015 –cuando Joe Kaeser, CEO de toda Siemens lanzó su “Visión 2020” que buscó dar más flexibilidad a la división salud–, cuando la antigua unidad se separó en 75 países, Argentina incluida, y se convirtió en una entidad separada aunque 100% propiedad de Siemens AG. Si este es un primer paso hacia otro estadio posterior, seguramente Joe Kaeser lo comunicará más adelante.

    Desde el inicio al servicio de la medicina

    Hablar de Siemens es también hablar de la historia de la tecnología médica, de una permanente obsesión por usar inventos para solucionar problemas médicos. Fabricó industrialmente los primeros tubos de rayos X para diagnóstico.
    En 1932 Siemens se asoció con Veifa-Werke para formar una compañía que pronto se convirtió en más grande del mundo especializada en dispositivos electromecánicos. Inició así un largo proceso de investigación en tecnología de ultrasonido para lograr diagnósticos más precisos sobre problemas coronarios y en 1953 usaron por primera vez la técnica del ultrasonido para obtener ecografías del corazón. En 1958, mediante la asociación con Elema-Schonander AB, desarrolló el primer marcapasos cardíaco que fue implantado a un paciente grave.
    En los años 60, el grupo desarrolló la primera unidad ultrasonido en tiempo real, una tecnología que permitía ver en pantalla movimientos dentro del cuerpo. Esta herramienta adquirió verdadera importancia en obstetricia y pediatría.
    Luego vino el primer escáner tomógrafo, después el primer escáner generador de imagen obtenida por resonancia magnética (MRI) Con ese instrumento se obtienen imágenes sin exponer al paciente a la radiación. 
    A lo largo de sus 170 años de historia la compañía tuvo varios nombres: Siemens Medical Systems, Siemens Medical Solutions, Siemens Healthcare y finalmente, a partir de mayo de 2016, llegó el nuevo nombre junto con su transformación en una “compañía dentro de la compañía”. Siemens Healthineers es hoy una entidad separada cuya propiedad pertenece 100% a Siemens AG.
    Mercado conversó con Michael Reiterman, Chief Operating Officer y miembro de la gerencia ejecutiva de Siemens Healthineers, quien visita regularmente los países de América latina que conforman una de las seis regiones en que han dividido el mundo.

     

    –¿El cambio de nombre, de Siemens Healthcare a Siemens Healthineers, implica un cambio de estrategia?
    –Sí, porque queremos ser más que un proveedor de sistemas. Queremos entender mejor lo que hacen nuestros clientes para ofrecerles un servicio con valor agregado; queremos ayudarlos a ser más eficientes asumiendo algunas de las labores que hoy hacen ellos porque nosotros tenemos un conocimiento más profundo de cómo funcionan nuestras máquinas.

    –¿La compañía tiene productos robóticos? ¿Cree que pronto habrá robots en la sala de operaciones?
    –Ya llegaron. Muchas empresas están invirtiendo en robots. Desde una perspectiva robótica nosotros estamos más en el lado de la solución por imágenes. Para la sala de operaciones tenemos una solución que en sí es un robot y que llamamos Artis Zeego; es una tecnología que permite un mejor posicionamiento del paciente y una ejecución más cómoda de los procedimientos. Nuestra especialidad está en las tecnologías robóticas por imagen, que son las que dan al médico una visión anticipada de lo que va a encontrar en el cuerpo. También tenemos soluciones robóticas para el laboratorio para hacer más eficaces los procesos en los análisis de fluidos corporales.

    –¿Cuáles son las tendencias que están cambiando la prestación de servicios de salud y cómo encaja Siemens Healthineers en ese panorama?
    –Vemos varias tendencias. La primera es el envejecimiento de la población. Más de la mitad de los costos de salud ocurren cuando las personas superan los 65 años. Entonces, cuantas más personas llegan a esa edad más se advierte la tendencia hacia las enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), enfermedades cardiovasculares y cáncer.
    Luego, las enfermedades crónicas, que significan más de la mitad de los costos en salud, constituyen otra tendencia importante.
    Hay otra tendencia mucho más revolucionaria y que nos afecta directamente a nosotros. Es la de pago por resultados. En muchos sistemas sanitarios los prestadores cobran por participación (lo que en inglés llaman “payment for income”).
    Si una persona se hace una ecografía, un análisis de sangre, una operación o una simple consulta médica ella, o la institución que la cubre, paga por eso cualquiera sea el resultado. El médico, el hospital o el laboratorio cobra por su participación, no por el resultado de esa participación. ¿En qué otro negocio que no sea la salud el prestador del servicio cobra simplemente por participar? En ninguno.
    Entonces, el pago por resultados (payment for outcome en inglés) es un modelo de pago que ofrece incentivos financieros a médicos, hospitales, grupos médicos y demás proveedores para cumplir con ciertos parámetros de desempeño. Como los resultados clínicos –como por ejemplo una mayor sobrevida– son difíciles de medir, los sistemas de pago por desempeño evalúan procesos de calidad y eficiencia. ¿Bajó la presión arterial?, ¿el paciente dejó de fumar? Y demás. El modelo también penaliza los malos resultados: errores médicos o mayores costos. Hay asociaciones profesionales en Estados Unidos que ya han aprobado los programas de incentivos con ciertos parámetros de medición pero también expresan preocupación por la validez de los indicadores de calidad, por la autonomía y privacidad del paciente y del médico y por las mayores cargas administrativas.

    Debate filosófico
    En otros países también se está gestando esta reforma en el método de pago; tratan de definir qué resultados buscan y de remunerar al prestador de acuerdo con esos resultados. Los ensayos están lejos de ser perfectos, pero avanzan buscando medir el bienestar del paciente.
    Un ejemplo. Si uno ha sido operado en un hospital y debe volver a internarse antes de transcurridos 30 días, eso se refleja en lo que el sistema le paga al hospital. Mientras que en los sistemas actuales no importa cuántas operaciones recibe un paciente, todas se cobran por igual.
    Otra de las ideas es poner un límite financiero, por ejemplo, a un reemplazo de cadera, para que el paciente no tenga que pagar y pagar y volver a pagar cualquiera sea el resultado. Se limita el pago y además se intenta medir el resultado.
    Todo esto está en desarrollo y nadie sabe cuál es la solución perfecta. Hay también muchos debates filosóficos sobre qué es lo mejor.

    –Lo que usted está describiendo es revolucionario porque implica evaluar formalmente y por primera vez la labor de médicos y hospitales.
    –Sí, porque de esta forma es probable detectar, por ejemplo, cuáles son los profesionales que registran menor tasa de mortalidad, los hospitales que tienen una tasa más rápida de recuperación, etc.
    Nuestros análisis sugieren que la adopción de un sistema de pagos basado en resultados podría reducir el gasto en salud en miles de millones de dólares y a la vez mejorar el bienestar de los pacientes.
    Y nosotros también tenemos que responder a esa tendencia basada en el valor.
    Otra gran tendencia es hacia la consolidación. Antes los hospitales individuales podían sobrevivir. Ahora en Europa, en Estados Unidos y también en muchos países en desarrollo hay grupos de hospitales: 10, 20, 30, 100 hospitales en un mismo sistema de salud. Y tienen otras demandas también para empresas como Siemens. Un gran sistema hospitalario –digamos de 10 hospitales, por ejemplo– puede tener tres centros de diagnóstico por imagen. Hay consolidación en todo: en la oferta y demanda de servicio, en los que pagan y también en tecnología médica.
    Otra gran tendencia es la industrialización de la salud. Esto no quiere decir que la medicina va a ser manejada por máquinas sino que la medicina usa la tecnología para lograr más eficiencia. Quiere decir reemplazar procedimientos que antes se hacían manualmente, con todo el margen de error que eso implica, con procedimientos automatizados que reducen el tiempo, el número de personas necesarias (personas que quedan libres para dedicarse a tareas más importantes) y aumentan la confiabilidad y la precisión de los resultados.
    Hay que aumentar eficiencia por la presión de los costos. La idea, al industrializar, es lograr resultados iguales o mejores a menor costo. Es lo que nosotros llamamos mejorar la calidad del resultado manteniendo los mismos costos o, idealmente hacer las dos cosas: mejorar los resultados y reducir los costos.
    Todas estas tendencias afectan la forma en que nos posicionamos. Nosotros estamos para ayudarlos a ser más eficientes, a producir mejores resultados. Y en muchos casos a sobrevivir a la consolidación. Hacia esto vamos.

    –¿Dónde ve las mayores áreas de crecimiento futuro para su negocio?
    –Vemos tres áreas de crecimiento: diagnóstico molecular, terapias avanzadas y servicios. Diagnóstico molecular significa entender la enfermedad a escala molecular. Una terapia avanzada es, por ejemplo, la que reemplaza la operación a corazón abierto para desbloquear una válvula cardíaca. Hoy, con ayuda de imágenes en pantalla, un catéter viaja hasta el lugar, hace lo mismo en forma mucho menos invasiva y con una recuperación mucho más rápida. En este terreno vemos una enorme posibilidad de mejorar los resultados.
    Luego está el tema servicios: cómo ayudar mejor al que opera o al que trabaja en el laboratorio. Vamos hacia un modelo de financiamiento mediante el cual nosotros ofrecemos durante 15 años las máquinas, el manejo y la actualización de las máquinas. Nadie mejor que nosotros para manejarlas. Instalamos, por ejemplo, el Departamento de Radiología y ponemos nuestros técnicos para que las manejen. Luego la clínica contrata radiólogos para que lean los escáneres.
    Aquí entra también la digitalización o lo que ya se llama la salud digital Este es otro campo de crecimiento en el que los Google, los Apple, los Microsoft, todos están invirtiendo fuerte. Nosotros también.

     

    Siemens en la Argentina y en la región

    La empresa alemana acompaña desde el siglo 19 el crecimiento de nuestro país. En 1857 construyó la primera línea telegráfica que corría junto al primer ferrocarril. En 1936 construyó el emblema de la ciudad, el Obelisco, en el tiempo récord de 31 días. Siemens tuvo participación en muchas de las grandes obras de infraestructura que se realizaron a lo largo de la historia de nuestro país.
    El CEO global, Joe Kaefer, estuvo presente en el Foro de Inversión y Negocios de Argentina que se realizó del 12 al 15 de septiembre y allí comunicó al presidente Mauricio Macri que la multinacional alemana invertirá € 5.000 millones para desarrollo de infraestructura en energía y transporte.
    Guillermo Raimondo, presidente de Siemens Healthineers para América latina, asegura que la región es crucial para la estrategia de crecimiento futuro de Siemens Healthineers. Argentina en particular, dice, es un país con un sistema sanitario muy desarrollado pero igualmente tiene mucho por hacer en materia de optimización de servicios. Bajo la dirección de César Díaz, Siemens Healthineers Argentina, tiene diálogo fluido con universidades y diversas instituciones del país para la experimentación de nuevas tecnologías.