Por Fabiana Culshaw
Fernando Hofmann
En entrevista con Mercado, Fernando Hofmann, director de Asuntos Legales y Corporativos de Kimberly-Clark LAO Región Austral, da a conocer sus puntos de vista.
–Hay quienes piensan que el crecimiento económico, aunque con altibajos, siempre existirá. Por el contrario, otros sostienen que sobrevendrá un crecimiento menor que el promedio histórico del siglo pasado. ¿A cuál de las visiones se adhiere?
–Cuando se habla de crecimiento económico sustentable se hace una referencia implícita al progreso. Como ecosistema social, trabajamos para progresar. El punto que nos plantea la sustentabilidad es: ¿qué entendemos por progreso?, ¿a costa de qué o quiénes es legítimo progresar? La respuesta es una sola: crecer solo es posible si se hace de manera responsable, reconociendo los límites que el planeta nos impone y desarrollando acciones que dialoguen con ese reconocimiento. La sustentabilidad no puede entenderse como un freno al crecimiento, sino como una responsabilidad ante un desarrollo desproporcionado.
–Entonces, ¿no es viable el progreso indefinido?
–Tal cual está planteado, ya estamos viendo que no es viable. El progreso de este siglo debe ir de la mano de un desarrollo que permita la mejora de las condiciones de vida, que sea coincidente con un aprovechamiento racional del planeta, que cuide, que incentive, que a su vez favorezca las prácticas económicas, sin poner en peligro a las próximas generaciones.
–El bajo crecimiento económico y la mayor inequidad en el reparto de los ingresos ha erosionado el consenso en favor de la globalización y de la integración regional. ¿Puede la sustentabilidad dar una salida a esa encrucijada?
–No hablaría de salir de una encrucijada gracias a la sustentabilidad. El pensamiento sustentable nos hace, sin duda, pensar en red; reconocer las necesidades del otro y buscar soluciones conjuntas que superan las fronteras. El consenso en torno a los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS) es un claro ejemplo. Un primer paso para trabajar en la reducción de la inequidad es reconocerla, diagnosticar su dimensión y ser portador de ideas para disminuir la brecha. Que hoy sea el primero de los 17 propósitos que nos planteamos todos los países que adherimos a los ODS, me parece un buen punto de partida. Hay que continuar.
–Se dice que invertir en sustentabilidad crea valor, pero la realidad muestra que no siempre es así. ¿Qué hace su empresa en este particular asunto?
–Desde Kimberly-Clark buscamos mejorar la gestión sustentable en tres esferas: productos, personas y planeta/medio ambiente. Específicamente en el tercer frente, nuestras plantas en Pilar, Bernal y San Luis tienen un desempeño medioambiental que va más allá del cumplimiento legal. Reducimos los gases efecto invernadero en 3% y fuimos hacia una gestión de residuos cero de envío a relleno sanitario. También presentamos lanzamientos como Huggies Natural Care con packaging eco–amigable, desarrollado con plástico verde proveniente de la caña de azúcar. Además, pusimos a la venta un pañal “que aguanta más”, para usar menos y promover el consumo consiente.
–¿Qué tanto les resulta la política de innovación?
–Hemos desarrollando productos que generaron grandes revoluciones en el mercado de consumo masivo y creamos categorías totalmente nuevas. Y esta conducta continúa, desde explorar nuevas alternativas para la performance de nuestros productos, mejora tecnológica y eficiencia en los procesos productivos, incluyendo la reducción del consumo de agua y energía.
–¿Qué es exactamente La Usina?
–La Usina es un centro de innovación shopper, que permite a los clientes convertirse en nuestros socios estratégicos para diseñar en conjunto el futuro de las categorías de consumo masivo. Así, planificamos y definimos junto a ellos una estrategia ad hoc para cada uno, para llegar a los shoppers de una manera distinta, eficaz y que capte su atención sobre los productos de la compañía para la higiene y el cuidado personal.
–¿Cómo son, en la práctica, los esfuerzos de Kimberly-Clark para mitigar riesgos?
–Nuestra casa matriz audita periódicamente nuestras áreas y mecanismos de control para el buen funcionamiento de las operaciones. Esta auditoría cumple con la Ley Sarbanes–Oxley, de Estados Unidos. Gracias a ella y a otros procesos de control, evitamos fraudes y casos de corrupción, respetamos las normas y las leyes anticorrupción, y verificamos la transparencia financiera. También contamos con auditores externos que realizan un ejercicio de auditoría ambiental. A su vez, tenemos acceso a las mejores prácticas en esta materia, y un seguro para todas nuestras plantas.
PwC
Beneficiar la inclusión social
En el futuro, la presión al ecosistema socio-económico mundial será más alta por un notorio incremento de la demanda del consumo, por lo que se deberán desarrollar estrategias específicas de desarrollo. La sustentabilidad sigue siendo un nicho amenazado por la necesidad de rentabilidad.
Por Fabiana Culshaw
Jorge San Martín
Jorge San Martín, socio a cargo de Responsabilidad Social Empresarial en PwC Argentina, da su opinión en esta entrevista con Mercado.
–La OCDE vaticina estancamiento del crecimiento para los próximos 50 años. También señala que habrá 40% de aumento en la desigualdad social en los países ricos. ¿Será la sustentabilidad el factor que logre sacar al capitalismo de este callejón?
–La sustentabilidad podría mitigar parte de los aspectos negativos, tales como el consumo insostenible de recursos naturales, las emisiones de CO2 y la generación indiscriminada de residuos, además de representar otros co-beneficios, tales como inclusión social, reducción de impactos negativos en la salud, y otros aspectos. Sin embargo, se deberán hacer distintos esfuerzos. Debido al crecimiento global de la población y a la mejora de la calidad de vida en Asia, se calcula para el año 2030 habrá entre 2.000 y 3.000 millones más personas de clase media que consumirán bienes y servicios, poniendo más presión sobre el ecosistema mundial.
–Investigadores señalan que es sorprendente la falta de compromiso personal, y a veces de desconocimiento, por parte de muchos gerentes de primera línea sobre temas de sustentabilidad. ¿Qué se puede hacer para involucrar a la alta gerencia en esta temática?
–Cuando hay desconocimiento, se debe capacitar en esta temática, que se entienda que las acciones deben estar alineadas con el negocio. No hay duda de que en economías estancadas la presión por los resultados puede tirar por la borda cualquier iniciativa de mediano y largo plazo. Adicionalmente, al no haber procesos intensos de innovación a escala micro, no hay cambio de patrones de modelos de producción, por lo que sustentabilidad sigue siendo un nicho amenazado por la necesidad de rentabilidad.
–El Ãndice Dow Jones de Sustentabilidad pregunta a las empresas evaluadas si han diseñado algún programa orientado específicamente a solucionar necesidades sociales, y si tienen algún sistema de medición para evaluar el impacto de estos. ¿Existe algo así en su empresa, o tiene conocimiento de algo similar en otras compañías?
–En el caso de PwC, los programas se alinean con la inserción laboral como un pilar y también nos abocamos a la primera infancia a través de Fundación Caminando Juntos, como una forma de invertir en el presente y el futuro del país. La medición es clave, y tener claro el impacto debiera ser el factor rector en el gerenciamiento de estos programas.
–¿En qué consiste Fundación Caminando Juntos?
–Es una organización sin fines de lucro fundada en el año 2008, que promueve la participación de nuestra gente en actividades de voluntariado. Se dedica al desarrollo de proyectos de promoción social en la primera infancia y la inserción laboral de jóvenes de los sectores más vulnerables, a través de la obtención y canalización de recursos.
Su misión es elevar la capacidad de las comunidades para mejorar su calidad de vida. Forma parte de United Way Worldwide, organización estadounidense cuyo objetivo es movilizar a líderes locales y a sus comunidades para atender sus problemáticas socioculturales. PwC Argentina es una de las empresas fundadoras y se han ido sumando 25 compañías. Esta fundación financió el desarrollo de 53 proyectos a lo largo del año 2015, impactando la vida de 10.100 personas de siete provincias argentinas.
–Hay quienes creen que las empresas abordan programas de RSE para corregir errores del pasado, o para amortiguar el impacto negativo sobre la marca si algo malo ocurriera. La estrategia sustentable y de RSE de su empresa, ¿responde alguna de estas dos posiciones?
–En PwC adherirse a programas de responsabilidad social no ha respondido a errores del pasado. Nuestra empresa, con las acciones que realiza, tampoco intenta mitigar el efecto negativo sobre la marca. Esto último, en el caso que sucediera, tiene actualmente, con el acceso global a la información y la instantaneidad de la difusión, un impacto sobre la reputación que supera cualquier programa preventivo. Sí entendemos la presencia de PwC Argentina en este ámbito, como una responsabilidad compartida con lo público para mejorar la sociedad en la que desarrollamos nuestros negocios. Buscamos aplicar nuestros talentos en proyectos que puedan marcar las vidas de las personas, nuestros empleados y la comunidad donde operamos.
Coca-Cola
Ya se repone 100% del agua que se usa
“Asumimos como empresa el profundo compromiso de crear valor compartido con la sociedad. En ese trabajo que emprendemos día a día, la sustentabilidad juega un papel fundamental, en la medida en que es la herramienta con la cual creamos valor y hacemos una diferencia positiva en la vida de las personas, las comunidades y el entorno en el que nos desarrollamos”.
Por Fabiana Culshaw
Cristian Pérez
Así lo afirma Cristian Pérez, gerente de Asuntos Públicos de Coca-Cola de Argentina. “El desarrollo económico de las comunidades –agrega– debe ser inclusivo y en armonía con el ambiente. Por ello, aspiramos a que la sustentabilidad sea parte de todo lo que hacemos”.
“La innovación es clave para hacer frente a las implicancias del cambio climático global. Estamos comprometidos en lograr la mejor combinación de fuentes de energía, sin dejar de buscar mejoras en la eficiencia energética de nuestros procesos de producción y distribución. Nuestro objetivo es reducir la huella de carbono en un 25% para el 2020”.
“En algunas de nuestras plantas ya utilizamos recursos de energía renovable, tales como eólica y solar. Además, ponemos foco en donde tenemos mayor impacto: los equipos de frío de nuestros clientes. Estamos renovando nuestros equipos de refrigeración para lograr la eliminación del uso de HCF, reemplazándolo por refrigerantes naturales”.
–Coca-Cola hizo una sociedad con el World Wildlife Fund en 2007 con el objetivo de reemplazar “cada gota de agua que usan para las bebidas y en su proceso de producción”, o sea, no extraer más agua de la que puede reponer. ¿Qué resultados han obtenido; qué otras iniciativas de ese tipo tienen actualmente?
–Para nosotros el agua es mucho más que un componente esencial de nuestras bebidas o un insumo en la producción de ingredientes agrícolas de los cuales dependemos: representa una prioridad absoluta, un recurso vital para la vida, la salud y la prosperidad económica de las comunidades. Es por eso que junto a nuestros socios embotelladores alcanzamos la meta 2020 de reabastecimiento de agua cinco años antes de lo establecido.
En la Argentina y en el mundo, ya reabastecemos 100% del agua que utilizamos en nuestros productos y procesos productivos a través de proyectos de acceso a agua potable en las comunidades más vulnerables, recupero de agua de lluvia y proyectos de conservación y prevención de incendios.
Habiendo cumplido esa meta, renovamos nuestro compromiso y continuamos trabajando para asegurar un uso eficiente del agua en nuestros procesos industriales, mejorar el acceso a agua segura y saneamiento en las comunidades, proveer agua para uso productivo protegiendo los acuíferos y educando y elevando conciencia sobre el cuidado del agua.
–La OCDE vaticina estancamiento del crecimiento para los próximos 50 años y 40% de aumento de la desigualdad en los países ricos. ¿Será la sustentabilidad quien logre sacar al capitalismo de este callejón?
–La sustentabilidad está en el corazón de nuestro negocio. Creemos que a través de ella podemos generar una diferencia positiva con un fuerte efecto multiplicador. Por eso encaramos una serie de acciones tendientes al fortalecimiento de las comunidades donde desarrollamos nuestras operaciones.
Destinamos 1% de nuestro ingreso operativo a programas de estímulo a las comunidades más vulnerables que tienen como objetivo desarrollar las economías locales, generar oportunidades y mejorar la calidad de vida de las personas.
En este sentido, junto a nuestros socios embotelladores en Argentina empleamos a cerca de 14.000 personas, se generaron más de 226.000 empleos indirectos en toda la cadena de valor, somos el principal comprador de jugos concentrados de fruta en el país y atendemos semanalmente a más de 363 mil clientes, de los cuales 80% son kioscos, almacenes y autoservicios.
–La percepción de la gente (al menos en Estados Unidos) es que hay un destino divergente para las empresas y para los individuos. A las primeras les va muy bien, a los segundos, muy mal. ¿Cómo se puede revertir esta percepción desde el pleno ejercicio de lo sustentable?
–La clave es trabajar con la mirada puesta en las necesidades de las comunidades. Estamos convencidos de que no existen negocios exitosos en comunidades que no sean sustentables.
Banco Galicia
Relevancia de las mediciones
La entidad financiera cuenta con estrictos sistemas de evaluación cualitativa y cuantitativa de sus programas, lo que le permite sopesar mejor sus gestiones y establecer estrategias de mejora de cara al futuro. La gestión de triple impacto.
Por Fabiana Culshaw
Constanza Gorleri
La política de sustentabilidad de Banco Galicia procura comprometer a la alta gerencia con una gestión de triple impacto, a través de iniciativas de capacitación (formación sobre tópicos relacionados con el medio ambiente y generación de cadenas de valor), comunicación (promueven la importancia del tema) y coordinación (iniciativas de inversión social, junto con la comunidad). Así lo explica Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad del Banco Galicia.
Este banco utiliza la Matriz de Análisis de la Inversión Social (MAIS), desde el año 2011. Dicha herramienta fue creada en la propia institución, siguiendo los estándares internacionales de Retorno Social de la Inversión (SROI) y las Normas Relativas a Inversiones (IRIS), y les permite realizar una evaluación integral de los proyectos en tres dimensiones claves: organización, programa y beneficiarios, a través de 70 indicadores. Los resultados arrojados les permiten tener un conocimiento más profundo de las organizaciones aliadas, además de acceder a información valiosas sobre el alcance de la inversión social.
Asimismo, el banco presenta de forma anual un Informe de Sustentabilidad (IS), en conjunto con la Memoria Financiera de la compañía. “En 2015, luego de la publicación de 10 ediciones del Informe de Sustentabilidad, ampliamos su alcance con la gestión sustentable de las principales empresas del grupo, conformado por Banco Galicia, Tarjeta Naranja, Tarjeta Nevada, Efectivo Sí y Galicia Seguros. Iniciamos así una nueva etapa de sinergia para las compañías del grupo”, explicó Gorleri.
“Dentro del modelo de competencias bajo el cual se evalúa el desempeño de cada colaborador, tenemos en cuenta y promovemos el comportamiento a favor de la gestión sustentable”, agregó.
Jóvenes comprometidos
Según Gorleri, las nuevas generaciones están más comprometidas con la sustentabilidad. La gerente toma como referencia el estudio “Nativos Sustentables” de Trendsity, realizado entre jóvenes de entre 14 y 30 años de edad, el cual arrojó que 95% se mostró interesado en este tipo de temas.
Los jóvenes fueron divididos en cuatro categorías: buenos vecinos (aquellos que desarrollan hábitos simples como cuidar el agua y la energía; son la mayoría); le siguen los nativos sustentables (son activos apasionados por ser generadores de cambio), los followers (a quienes cuidar el planeta les parece importante, aunque no se movilizan) y los embajadores sustentables (les interesa estar informados y apoyar el cambio), en ese orden.
“Las expectativas de la sociedad respecto al rol de las empresas se modificaron. Hoy la gente no solo está más atenta al papel que cumple la empresa, sino que demanda que esta también sea parte de la solución de los grandes problemas que el mundo enfrenta”, dijo Gorleri.
“Tenemos una sociedad mucho más madura y expectante de lo que hacen las empresas. Los nuevos consumidores exigen a los representantes del sector privado que impulsen un comportamiento ético, responsable y volcado hacia la sociedad. Hay que demostrar, no solamente con palabras sino con hechos, que la sustentabilidad compone verdaderamente la estrategia de negocio de la compañía y genera un plus diferencial que hace que los usuarios la elijan”, comentó.
La gestión sustentable que impulsa Banco Galicia le ha permitido acercarse a diversas instituciones, lo que redunda a favor de la rentabilidad del negocio.
Este año, la Corporación Financiera Internacional (IFC) les otorgó US$ 130 millones para ampliar el financiamiento de largo plazo a las pymes y para el desarrollo de un nuevo programa destinado a apoyar proyectos de energía sustentable en la Argentina. “Ofreceremos esta nueva línea de financiación y contaremos con el soporte de los especialistas de IFC para brindar asesoría a nuestros clientes”, ejemplificó Gorleri.
Acindar
Fin del capitalismo con eje solo en lo económico
En la empresa de producción de acero largo más grande del país, admiten que el capitalismo tal y como se conoció hasta ahora se terminó. La sustentabilidad será clave en esta nueva era, donde los resultados económicos podrían ser menores o llevar más tiempo para obtenerlos, pero en pos de un beneficio compartido y ganando en reputación a largo plazo.
Por Guillermina Fossati
Andrea Dala
Una reducción de 98% del uso de agua en la producción de alambre fue uno de los tantos procesos que Acindar logró a través de sus programas de RSE. Tanto desde el área de Responsabilidad Corporativa de la empresa como por medio de Fundación Acindar, que nació hace 54 años y es la más antigua del país, concretan diferentes proyectos en pos de una visión: “no hay una empresa que pueda ser exitosa, si la comunidad donde se desarrolla no es exitosa”.
Andrea Dala, gerente de Relaciones Externas y RSE de Acindar, cuenta qué significa la sustentabilidad en la empresa y cómo impactará a largo plazo en el crecimiento económico mundial.
–¿Qué entienden en Acindar por sustentabilidad y cómo se traduce en hechos concretos que les permitan ser económicamente viables al mismo tiempo?
–Lo que toda empresa busca es crear valor, y la sustentabilidad es una mirada más amplia de crear valor desde lo económico, social y medioambiental. En el origen del capitalismo se creaba valor solo desde lo económico, generando ganancias para el accionista principal. Hoy se busca que los diferentes grupos de interés ganen.
Si se sesga la mirada del capitalismo solo a la creación de valor económico, nos equivocamos. No hay empresa que pueda ser exitosa, si la comunidad donde se desarrolla no es exitosa.
–Y en cuanto a programas concretos, ¿Qué hacen para generar este valor?
–Trabajamos en educación, que es una forma de transformar el mañana. También se genera valor al invertir US$ 30 millones para llevar la última tecnología a una casa de humo, algo específico de la siderurgia, que permita mejorar la calidad del aire; o con la reducción de 98% del uso del agua en el proceso del alambre. Tiene que ser win-win para todos, hay que buscar buenos ratios económicos, pero que permitan ser sustentables en el tiempo.
–Ahora, estamos en un mundo capitalista donde nadie parece resignar ganancias. ¿Si no se contempla la sustentabilidad, estamos ante el fin del capitalismo?
–Es el fin de una mirada centrada en lo económico, donde uno genere valor solo desde ese punto. Hoy debemos tener una mirada más amplia.
–Cuándo la empresa se embarca en esta visión, ¿hay riesgos de que disminuya la ganancia?
–No necesariamente. Quizás en una primera instancia sí. Pero es una forma de compartir valor. Si uno busca la sustentabilidad con los diferentes grupos de interés, mirando los resultados, puede ser menor desde lo económico pero se puede ganar en otros aspectos.
–¿Ganarían en reputación?
–Hoy una empresa que tenga solo valor económico pierde reputación. Y a quien trabaje desde varios frentes le servirá ganar valor en el mercado.
–Entonces, a largo plazo, ¿No habrá crecimiento económico sin contemplar la sustentabilidad?
–Yo creo que algo tendrán que resignar las empresas. Es como decir: me como toda la torta junta, o despacito.
–Volviendo a la empresa ¿Tienen programas para medir las acciones que realizan?
–Estamos trabajando en eso. Hay cuestiones que se pueden medir más que otras. Para las medioambientales por ejemplo, hay datos duros. En educación son programas a largo plazo y el impacto no se ve en lo inmediato. Ahí estamos aprendiendo a medir.
–Algunas compañías modificaron su filosofía de trabajo: Nike redujo la huella de carbono 75%, DuPont cambió los materiales de trabajo. ¿Conocen otros casos como estos? ¿La reducción del uso del agua en la producción de alambre, es un logro similar?
–Es puntual en el proceso de alambres, porque tenemos diferentes plantas y procesos. Pero sí, para nosotros fue importante. La primera se hizo en la planta de Villa Constitución y llevó entre ocho y 10 años, a partir de 2006. Se invirtieron US$ 10 millones. Luego se replicó en La Tablada con el mismo resultado. Seguimos trabajando en la posibilidad de reducir el consumo de agua y energía. Además a partir de 2017 las empresas tendrán que usar 8% de energías renovables, cosa que nosotros ya hacemos.
–¿Hay conciencia en las empresas sobre la importancia real de estos temas, o falta mucho por hacer en la Argentina?
–Cada vez hay más conciencia, y también hay un largo camino por recorrer. Son las dos instancias. Son más los CEO que hablan de generar valor en la comunidad, de distribuir ese valor, pero hay mucho por hacer desde lo privado y desde lo público.
– El consumidor argentino está al tanto, ¿reclama empresas sustentables?
–Nuestros hijos, la generación de los millennials, estará a la vanguardia y reclamarán más. Para ellos es innato, nosotros lo tuvimos que aprender.