Por Fabiana Culshaw
Ethel Zully
Ethel Zully, gerente de Sustentabilidad de Renault Argentina, cuenta las iniciativas de la compañía en el mundo y en este país.
–¿Qué experiencia destaca Renault en materia de responsabilidad social o sustentabilidad, si tuviera que destacar solo una?
–La sustentabilidad es la herramienta que permite perdurar a las empresas en su gestión. En nuestro caso, hemos mejorado desde ese primer voiturette de hace 118 años atrás que convirtió en posible la industria de hoy, ya inserta en 125 países, a tener una gama completa de autos eléctricos.
–¿Qué tan avanzados están con la creación de autos eléctricos en el mundo?
–Renault y su aliado Nissan son los primeros constructores en el mundo que crearon una gama completa de autos eléctricos. Mientras otras compañías tienen un auto eléctrico y van creando prototipos, Renault creó una gama completa, o sea un vehículo para cada necesidad; son cuatro modelos. Lo que Renault se propone es ser primero en comercializarlos de manera masiva. Ya lo estamos vendiendo en todo el continente europeo, en varios lugares de Asia, y en Brasil, Colombia, Chile, Uruguay.
–¿Qué pasa en la Argentina?
–De los cuatro modelos, hemos homologado uno de ellos en la Argentina, la Kangoo. Homologar significa que se puede comercializar el auto en el país. También estamos trabajando fuertemente en la articulación entre lo público y lo privado para poder generar energía limpia, a fin de alimentar a estos autos eléctricos. En la Argentina, la matriculación es cero, porque es ahora cuando se ha homologado el primer automóvil con el que podríamos comenzar a trabajar. La meta es llegar a trabajar con flotas de empresas que puedan tener este tipo de unidades, que aún hoy tienen un valor alto para el consumidor estándar.
–Cuando habla de esfuerzos públicos y privados, ¿a qué se refiere?
–Básicamente a un acuerdo con la empresa de energía Enel, para poder trabajar en la producción de energía limpia. Es un esfuerzo en desarrollo entre el Estado argentino, la empresa de energía y la terminal.
–¿Por qué solo han podido homologar la Kangoo en la Argentina?
–Hemos traído también al Twizys, que es un auto eléctrico chiquito muy simpático, que tiene homologación en otros países, pero no en la Argentina porque acá es considerado un cuatriciclo y no un automóvil, según la normativa vigente. Eso se está reviendo. En Francia, donde existe un servicio postal o de entrega de mercadería rápida muy desarrollado, los Twizys son muy utilizados, por su tamaño y por ser fáciles de estacionar. De hecho, mientras se emite la homologación, los Twizys podrían circular en predios cerrados, como en los aeropuertos o en barrios cerrados para tareas de seguridad y vigilancia.
–¿Cómo se puede involucrar a la alta gerencia en la temática de la sustentabilidad?
–Es necesario el convencimiento y también el involucramiento del CEO. En el caso de Renault quien impulsa la temática es Carlos Ghosn, el CEO mundial, quien estuvo hace poco de visita en la Argentina. Él fue muy claro al poner a la sustentabilidad directamente en la estrategia del negocio. Ese compromiso luego baja en cascada al resto de la compañía, y se multiplica.
–Hay quienes creen que las empresas abordan programas de responsabilidad social para corregir errores del pasado, o para mitigar el impacto negativo sobre la marca que pueda traer algún problema en esta materia. ¿Cuál es el caso de Renault?
–No nos olvidemos de que antes de entrar al mundo de la responsabilidad social y al de la sustentabilidad, se transitó la filantropía. Esta fue creada en Estados Unidos en los años 50 para llegar a los sectores que les interesaba, y a otros para limpiar culpas. Pero el comportamiento va mutando y, hoy en día, el desarrollo de la responsabilidad social en las empresas responde prácticamente a una demanda del mercado. En el sector automotor, lo mejor que podemos hacer es unirnos a esta posición, porque la mayoría de las terminales instaladas en el país lo hacen, por acción o por contagio. Pero, en Renault, me enorgullezco en decir que somos pioneros de muchas iniciativas de este tipo. Entonces, no cabe duda de que no se trata de imagen, ni de limpieza de culpas.
Grupo Sancor Seguros
“El individualismo se está terminando”
El progreso se define hoy por otros términos: economía circular, energías renovables, reciclado y reutilización, producción limpia, cooperativismo como una nueva forma de la economía social, consumo responsable, innovación. Mecanismos de crecimiento social y ambiental.
Por Fabiana Culshaw
Betina Azugna
“El progreso del que hablábamos hace algunas décadas, enfocado en lograr más producción, más consumo, mayor confort, resaltando el individualismo de las personas, se está terminando”, señaló Betina Azugna, gerente de RSE de Grupo Sancor Seguros.
Azugna considera que últimamente se ha erosionado el consenso a favor de la globalización y de la integración regional, pero que el desarrollo sustentable puede ser una salida a esa encrucijada. De hecho, el año 2015 preparó todas las condiciones para que esto comience a darse.
Como ejemplo, cita a la Encíclica “Laudato Si” que el Papa Francisco presentó en junio de 2015, una invitación a la humanidad a abandonar los egoísmos y vivir en base a la solidaridad intergeneracional. “También en 2015 tuvo lugar el Acuerdo de París, la mayor alianza en la historia de la cooperación internacional sobre el cambio climático. En septiembre de ese año, representantes de muchos países pactaron establecer nuevas metas respecto a las necesidades del mundo, y hacer un llamado a empresas y sociedades para una mayor participación. Y en ese esfuerzo colectivo se acordaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en la ONU. Uno de ellos, el décimo, convoca a garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades en y entre países”, comentó.
Tres dimensiones
Azugna señala que “no podemos ser sustentables si, por ejemplo, reducimos material en los envases, pero no mantenemos condiciones dignas de trabajo. Se trata de abordar las tres dimensiones: económica, social y ambiental, además de alinear la estrategia de sustentabilidad a la del negocio. Si esto último no está resuelto, es muy difícil generar valor para la empresa”.
Con más de 70 años en el mercado, Sancor nació como una cooperativa. “Esto hizo que el comienzo de nuestro proceso de RSE, hace 10 años, respondiera a dar un orden y una sistematización a lo que ya veníamos haciendo, pero recurriendo ahora a herramientas internacionales de vanguardia”, explicó.
Entre sus logros a lo largo de la historia, destaca a Grupo Sancor Seguros como una de las empresas elegidas para la implementación piloto de la matriz de Riesgos de DD.HH. elaborada por el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) y Deloitte; se trabajó en conjunto con el área de siniestros.
La innovación de la compañía incluye ofrecer acceso a servicios a sectores de bajos recursos económicos, a través de microseguros. Cuentan con un Equipo de Intervención Psicosocial (EIPS), miembro de la Red de Puntos de Atención al Emprendedor (PAE). “Nuestra ART (Prevención Riesgos del Trabajo) es la única aseguradora de riesgos del trabajo a escala mundial con un equipo de asistencia psicosocial. Su finalidad es dar una respuesta inmediata cuando ocurren siniestros de gran magnitud, caracterizados por la emergencia, la urgencia y el desastre”, comentó la gerente.
También tienen el programa “En busca de un Ciudadano Sustentable”, el cual procura promover la conciencia aseguradora, una fuerte cultura de la prevención, un estilo de vida saludable, ética en el accionar y preocupación por el ambiente. Con esa iniciativa, esperan lograr efectos directos en el negocio (disminución de siniestros, fraudes, muertes, enfermedades, moras, judicialidad y gastos), además de generar bienestar en las personas.
En febrero de 2016 lanzaron el Programa de Innovación Corporativa, cuyo objetivo es la generación de proyectos de valor para el desarrollo de la organización a largo plazo. Se constituyeron equipos de trabajo mediante los cuales 30 empleados abordan distintas verticales de innovación: atención al cliente, reducción de papel, aplicaciones para dispositivos móviles, procesos internos y comercio electrónico. “Este programa, que tendrá diferentes ediciones, capacita a los empleados con herramientas innovadoras centradas en resolver problemas”, explicó.
Finalmente, el grupo tiene un Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (CITES), que se ha consolidado como una de las incubadoras referentes de la Argentina, caracterizada por ser la primera “one stop–shop tech–incubator de management” privado de América latina.
Mastellone Hnos
Sustentabilidad, y su nexo con el crecimiento
“Gestionar en forma responsable para una empresa, indefectiblemente la convertirá en ‘sostenible’”, afirmó enfático el gerente de Relaciones Institucionales y Comunicaciones de la firma, Alejandro Castelli. Para el ejecutivo, no hay otra forma que ver al desarrollo económico que como consecuencia de un correcto desempeño de sus actores en el largo plazo.
Por Nadia Vallory
Alejandro Castelli
El crecimiento económico no se encuentra garantizado por sí mismo, sino que es la consecuencia de la manera de gestionar de las diferentes entidades, públicas y privadas, que conforman una sociedad. Para lograr un desarrollo que pueda sostenerse en el largo plazo es necesario que los actores que conforman esas organizaciones se adapten permanentemente y administren los recursos de manera planificada y racional.
En este sentido, la sustentabilidad es clave, ya que se basa en la administración eficiente de los recursos para mejorar el bienestar de la población presente sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras.
Esta definición y forma de ver la sustentabilidad es a la que adscribe el gerente de Relaciones Institucionales y Comunicaciones de Mastellone, Alejandro Castelli, quien remarca que es erróneo considerar al crecimiento económico en forma aislada. “Los actores que tienen una visión cortoplacista, sin previsión de riesgos, atentan contra el crecimiento económico mundial”, disparó.
Para el ejecutivo, la sustentabilidad será la clave para potenciar y dar crecimiento a las economías, tanto a escala mundial como local, brindándoles las herramientas necesarias para hacer un uso adecuado y eficiente de sus recursos de impacto en el corto y largo plazo. “Esto, no solo les permitirá sentar las bases para el desarrollo de sus actividades, sino que, al hacer crecer sus economías, les abrirá posibilidades de inserción en el mundo. De esta manera, tendrán un mayor potencial para convertirse en economías que generen bienes o servicios competitivos y adecuados a las nuevas tendencias y regulaciones”, refirió.
En los últimos años, la perspectiva de los negocios ha cambiado y no se orienta solo hacia los beneficios económicos, sino que abarca otros factores ligados al desarrollo sustentable, como el cuidado del medio ambiente y la preocupación por el cambio climático. “Por lo tanto, resulta crucial e indispensable estar preparados para asumir este nuevo desafío”, expresó el ejecutivo, llamando a las compañías a generar este cambio en el tiempo.
Sobre las políticas en materia de sustentabilidad que lleva a cabo su compañía, Castelli remarcó que “el recurso hídrico es esencial para la vida y para nuestros procesos industriales. Por lo tanto, una utilización eficiente de dicho recurso lidera nuestras prioridades de innovación y gestión al igual que el control de nuestros efluentes y el compromiso asumido con nuestros productores remitentes para optimizar su actividad”, sostuvo.
Estancamiento o crecimiento moderado
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica un estancamiento del crecimiento para los próximos 50 años y 40% de aumento de la desigualdad en los países ricos.
Acerca de esta predicción, dijo Castelli: “La implementación de una gestión sustentable debería favorecer economías inclusivas para los países más vulnerables y generarles un valor agregado. Esto les brinda mayores oportunidades y más generación de empleo; claves para poder contrarrestar la desigualdad vaticinada por OCDE y competir en el mercado mundial desde una posición más ventajosa”.
En el ámbito de su empresa, el directivo destacó que Mastellone históricamente sentó las bases de su gestión sobre una política de responsabilidad corporativa que hace extensiva a su cadena de valor. “Ante todo, buscamos ser transparentes y sinceros con nuestros públicos de interés, coherentes con nuestros mensajes, comportamientos y gestión. Esto es fundamental, ya que la confianza se construye justamente a partir de que lo que se dice pueda verse reflejado en los hechos”.
Es que para el ejecutivo, gestionar en forma ‘responsable’ para una empresa u organización, indefectiblemente va devenir en convertirse en ‘sostenible’, ya que su correcto desempeño tanto económico, social, como ambiental será su garantía para permanecer en el tiempo”.
Quilmes
Ahora, las 3 R y la economía circular
Desde siempre, la empresa busca disminuir el consumo de recursos naturales, centrándose en la gestión eficiente del agua, el uso racional de la energía, la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y el incremento de la “reciclabilidad” de los residuos.
Por Gregorio Lascano (*)
Gregorio Lascano
Desde su fundación hace 126 años, Cervecería y Maltería Quilmes basa su modelo de desarrollo sostenible implementando prácticas sustentables y nuevas tecnologías en la elaboración de sus productos, integrando los aspectos ambientales en su plan de negocios, en la toma de decisiones y en sus actividades diarias.
En este sentido, y en línea con el modelo planteado por la “economía circular” que pretende reducir el consumo de recursos naturales, disminuir el impacto en el medio ambiente y conseguir que los productos mantengan su valor formando parte de un ciclo continuo de reutilización y reciclado, la empresa promueve el consumo de envases de vidrio retornables por su beneficio social, económico y ambiental, centrando su estrategia de sustentabilidad y negocios en las “3R” (Reducir, Reutilizar y Reciclar) promoviendo como hábito de consumo sustentable y ecológico el uso de este tipo de envases.
El vidrio es un material natural y 100% reciclable, y desde una perspectiva ambiental, su proceso de envasado genera menos residuos sólidos, menor consumo de energía, agua y reducción de las emisiones C02. Por ejemplo, cada 1.000 litros de cerveza que se consumen utilizando envases retornables se evita el equivalente a la cantidad de residuos domiciliarios que generarían 460 personas por día en nuestro país; se genera un ahorro equivalente a 118 lamparitas comunes de 60 kw prendidas durante un mes, y se ahorran 6.385 litros de agua equivalentes a 10 tanques de agua de una casa familiar. Además, se busca optimizar el consumo de agua en todos nuestros procesos internos durante el lavado del envase retornable a través de la minimización de consumo hídrico en la lavadora de botella y en la pasteurizadora.
Logística eficiente
El envase retornable reduce a una tercera parte la emisión de C02 respecto a uno no retornable, lo que equivale a las emisiones de un viaje de 1.900 km, la distancia que existe entre las provincias de Buenos Aires y Jujuy. El uso de botellas retornables permite diseñar una logística eficiente y disminuir 407 toneladas de emisiones de C02 a través de la renovación de la flota con camiones ultralivianos, la potenciación de un programa de entregas directas de productos y el uso del tren como transporte sustituto, entre otras iniciativas.
Desde la perspectiva social y económica, la industria de los envases de vidrio retornables es 100% nacional y es una verdadera “industria de industrias” que genera 102.000 empleos indirectos en los sectores de logística, agro, papelera e imprenta, mantenimiento, insumos, servicios, vidrios, entre otras. Además, como parte de la estrategia, la empresa continúa apostando a la industria nacional con una inversión superior a $7.300 millones para los próximos cinco años.
La “retornabilidad”, negocio que lleva más de 120 años en el país, es totalmente amigable con el medio ambiente. Cada botella de vidrio retornable es utilizada 29 veces y, al cumplir su ciclo de vida, se recicla para volver a hacer una nueva botella. Para 1.000 litros de cerveza se necesitan 34 botellas retornables de 1 litro producidas en vidrio reciclado, lo que equivale a 966 botellas menos o 2.857 latas menos. Al comprar y reutilizar cada envase, el consumidor cuida el medio ambiente y minimiza la generación de residuos. El sistema permite reemplazar el ciclo de “usar y tirar” por el de “usar, reutilizar y reciclar” pagando únicamente por la cerveza que consume y colaborando con la industria nacional.
(*) Director de Asuntos Corporativos de Cervecería y Maltería Quilmes.
Shell
La sustentabilidad, el motor del crecimiento
La compañía petrolera tiene un amplio programa de RSE, enfocado en la mejora social de las comunidades y con otros objetivos como reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que provocan el calentamiento global. Hay muchos desafíos por delante que requerirán de la colaboración público-privada.
Por Guillermina Fossati
Verónica Staniscia
Verónica Staniscia, directora de Relaciones Externas de Shell, refleja las ideas centrales de la petrolera anglo-holandesa en una entrevista a fondo con Mercado.
–Cuando hablamos de crecimiento económico hay dos visiones: una sostiene que seguirá el crecimiento en el largo plazo; y la otra considera que habrá crecimiento menor que el promedio histórico del siglo pasado, y que la idea de la sustentabilidad transformará esa visión ¿A cuál postura adhiere?
–Contribuir al desarrollo sostenible es parte integral de nuestros negocios. A medida que trabajamos para ayudar a satisfacer las necesidades energéticas del mundo, el objetivo es aportar beneficios a las comunidades locales y reducir el impacto de las operaciones sobre el medio ambiente. Si bien no hacemos especulaciones sobre el futuro, trabajamos todos los días para proveer la energía que el mundo necesita para crecer.
–¿Es posible que haya crecimiento y que no se reinvente el capitalismo, si no se atiende la sustentabilidad?
–La sustentabilidad debe ser el motor del crecimiento. La conjugación del crecimiento económico y social, junto con la atención a los retos medioambientales que ese crecimiento implica, es la clave para el desarrollo.
–Mucha gente advierte que el ritmo de consumo desenfrenado, no será posible mantenerse. ¿Qué piensan sobre este proceso?
–No podemos hacer especulaciones pero, sin dudas, para pensar en el largo plazo como lo hacemos en Shell, la sustentabilidad es un factor fundamental para cualquiera de los escenarios futuros que podrían presentarse.
–El bajo crecimiento económico y la mayor inequidad en el reparto de los ingresos erosionó el consenso en favor de la globalización. ¿Puede la sustentabilidad dar una salida a esta encrucijada?
–El pensamiento sostenible es un factor fundamental para colaborar en una globalización sana que permita al mismo tiempo una real integración regional.
–Invertir en sustentabilidad crea valor, pero la consultora McKinsey agrega: “siempre que esté bien manejada”. ¿Qué hacen en Shell?
–Nuestra misión es satisfacer la demanda de energía de manera sustentable. No se trata de filantropía sino de un compromiso con el desarrollo de las comunidades donde operamos. Por ejemplo, en Neuquén se puso en marcha la edición 2016 de los programas de entrenamientos y capacitaciones. Junto al municipio de San Patricio del Chañar, desarrollamos un programa de capacitación para la industria petrolera, con el objetivo de que las personas desempleadas puedan adquirir conocimientos para insertarse en la industria.
–Estamos ante la “cuarta revolución industrial”, con muchas innovaciones en marcas conocidas. ¿Qué ocurre en Shell?
–Nuestro enfoque en innovación está centrado en un recurso vital para el ser humano, que es la energía. En Shell usamos la innovación y la tecnología para liberar la energía que nuestros clientes necesitan consumir en sus vidas en los próximos años. El mundo está dando la vuelta hacia un futuro energético bajo en carbono. Este será impulsado por una serie de fuentes, desde combustibles fósiles más limpios hasta energías renovables.
–La percepción de la gente (al menos en Estados Unidos) es que hay un destino divergente para las empresas, a las que les va bien; y para los individuos, a los que les va mal. ¿Cómo se puede revertir esta percepción desde el pleno ejercicio de lo sustentable?
–Las compañías deben entenderse a sí mismas como ciudadanos corporativos y no solo como compañías. De ese modo, incluyendo a la sustentabilidad dentro de la estrategia del negocio, esta percepción cambiaría.
–¿Tienen programas para medir el impacto de las acciones que realizan?
–Por supuesto. El impacto concreto de nuestra inversión social es un indicador clave de gestión. Volviendo a nuestro ejemplo de programas de entrenamientos y capacitaciones en la provincia del Neuquén, nos orientamos a atender necesidades sociales concretas en las comunidades vecinas a nuestras operaciones; en concreto, la empleabilidad de la mano de obra local.
SMS
Incentivos más estructurales
La firma de auditoría piensa que, cada vez más, las grandes compañías van adoptando iniciativas de impacto social y ambiental como eje central de sus negocios, pero no son mayoría, ni mucho menos. La tecnología, por su parte, ha sido siempre una fuerza disruptiva, con fuerte presencia.
Por Fabiana Culshaw
Julián Costábile
Existe un número creciente de experiencias que, desde distintos lugares del mundo, van proponiendo que el impacto de los negocios en el entorno sea neutro, o incluso positivo.
Los conceptos de negocios inclusivos, economía circular y empresas B (es decir, aquellas que amplían el deber fiduciario de sus accionistas para incorporar intereses socio–ambientales), convergen en una nueva forma de hacer negocios. Tal es la opinión de Julián Costábile, director de Sustentabilidad de la firma de auditoría y consultoría San Martín, Suárez y Asociados (SMS).
“Empresas como Arbusta y Tonka han colocado el tema del impacto social y ambiental como eje central de negocio. Otras grandes compañías también van adoptando iniciativas de impacto, como son las líneas específicas de micro y mezzo finanzas de Banco Galicia”, ejemplificó Costábile.
“Lamentablemente aún no son la mayoría de las empresas, pero es esperable que las pioneras vayan contagiando al resto y tengamos un mayor número de estas iniciativas, e incluso dejar de pensarlas como proyectos para pasar a ser la nueva norma”, agregó.
Muchos analistas afirman que el capitalismo sufre una crisis desencadenada por un incremento significativo del gasto jubilatorio (a raíz del envejecimiento de la población en Europa), por la crisis climática y por jóvenes que no tienen adónde ir, sobre todo en los países menos desarrollados. “Esto nos muestra que son necesarios otros modelos, que ofrezcan solución a las necesidades sociales y ambientales de los tiempos que vienen”, observó Costábile.
Otro ejemplo que aporta es la Banca Ética Europea, que está dando prioridad a aquellos proyectos que redundan en mejor calidad de vida a las personas mayores, y contribuyan a mitigar el cambio climático.
“También ver cómo incluimos a los jóvenes de sectores de bajos recursos en la vida económica de nuestros países ha pasado a ser un tema de macroeconomía y ya no solo de solidaridad. Hay que ver a los jóvenes como parte de la solución y no como parte del problema, e invertir consistentemente en su educación y en generar oportunidades”, opinó.
La tecnología ha sido siempre una fuerza disruptiva. Hoy en día, está emergiendo una variedad de descubrimientos potencialmente dramáticos en robótica, nanotecnología y medicina que impactarán el futuro. Al respecto, Costábile considera que no hay que perder de vista que la tecnología no tiene efectos buenos o malos en sí mismos para la sociedad. “Son herramientas como otras, con potencialidad de generar problemas o solucionarlos. La clave estará en darle un sentido al sistema económico para que genere contribuciones a la sociedad y al planeta, y que esto genere un impacto en todas las etapas del desarrollo tecnológico que vamos a enfrentar”, señaló.
Incentivos estructurales
No siempre es fácil comprometer a la alta gerencia en propósitos de sustentabilidad. “No podemos esperar que operen solo los llamados ‘sistemas blandos’, es decir la motivación per se, el acceso de las nuevas generaciones a puestos clave (generalmente con un mayor grado de interés en estos temas que las anteriores), o el compromiso individual. Todos estos aspectos son buenos, pero no alcanzan a mucha gente y, si lo hacen, no mueven sistemas”, comentó el director de SMS.
A su entender, para que la sostenibilidad prospere hacen falta incentivos más estructurales que surjan de los gobiernos y de otros reguladores, como los organismos internacionales, y también de los mercados de capitales (no se invierte si la gerencia no puede probar un buen desempeño social y ambiental de la empresa).
“Los equipos gerenciales reaccionarán mucho más rápidamente a estas exigencias que a otras menos visibles; comprender cómo funcionan las organizaciones es lo que nos va a ayudar a acelerar los procesos”, resumió.
Costabile afirma que ya no existen “externalidades” sociales o ambientales, sino que las organizaciones deben incluir todo el contexto de creación de valor en un mismo modelo. Entiende que la iniciativa de contar con un “reporte integrado” (cálculos financieros más activos intangibles) es una oportunidad clave en esta meta. “Esta forma de llevar a las empresas a cuantificar el capital en una dimensión no solamente financiera puede llegar a ser una revolución para nuestro sistema de gestión de los negocios”, concluyó.
Walmart
Proveedores estratégicos: ¡No más bolsas plásticas!
La empresa de retail mantiene una política de precios bajos en productos sustentables como parte de la concepción misma de su negocio. Las experiencias en este campo se dividen en cuatro grandes grupos.
Por Florencia Culshaw
Hernán Carboni
Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de Walmart, explica cómo funcionan “los precios accesibles para que la gente viva mejor”, según el criterio que maneja la empresa que representa.
–¿Qué tan avanzados están los temas y acciones de sustentabilidad en el mundo?
–Es un tema que empezó a formar parte de la agenda de negocios, aunque en algunos casos con ritmos desiguales. Pero, lo más importante, es que pasó a formar parte también de la agenda pública y de los esfuerzos conjuntos entre el sector público y privado.
–¿En qué se ven esos esfuerzos conjuntos en la Argentina?
–Hoy existe el Ministerio del Ambiente. Antes era una secretaría dentro de la jefatura de Gabinete, pero actualmente tiene el máximo rango institucional dentro del Poder Ejecutivo Nacional, reportando directo al Presidente de la Nación. Eso muestra la relevancia del tema ambiental. Además, en el ámbito nacional, provincial y municipal, existen más posiciones vinculadas a la sustentabilidad. Otro ejemplo es que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dictó una resolución a través de la cual, a partir del primero de enero de 2017, los supermercados no podrán entregar más bolsas plásticas en la capital. Este es un ejemplo concreto de voluntad política, tangible.
–¿Y el sector privado qué está haciendo en relación a las bolsas plásticas?
–En Walmart estamos desincentivando su uso. En una primera etapa, se están cobrando en algunos mercados para que se las vaya dejando, pero la idea es que la gente realice sus compras con sus bolsas reutilizables, o su changuito. Las bolsas plásticas tardan unos 400 años en degradarse.
–Se dice que invertir en sustentabilidad crea valor, pero no siempre es así. ¿Qué hacen en Walmart sobre ese punto?
–En nuestro caso, la sustentabilidad forma parte de objetivo diario: que la gente ahorre dinero para que viva mejor. No es una cuestión filantrópica, o de reducción de riesgo en términos de imagen. Forma parte de la manera como llevamos adelante el negocio. Para lograr ser sustentables, y al mismo tiempo rentables, tenemos que ser una operación eficiente para evitar, por ejemplo, fluctuaciones de precios. Trabajamos con los proveedores para ofrecer productos accesibles con menor impacto negativo ambiental, innovamos e invertimos en tecnología.
–¿Qué experiencia podría mencionar en materia de sustentabilidad?
–En Walmart Argentina, las experiencias se podrían dividir en cuatro grandes grupos. Una es “el mes de la Tierra”, a través de la cual intentamos que los proveedores nos den productos más sustentables. Para ello, habilitamos una góndola especial en un lugar preferencial del piso de ventas, donde colocamos esos artículos en forma muy accesible para los clientes, durante un tiempo determinado.
Un segundo grupo es la revisión periódica de nuestros consumos y hábitos, para identificar cómo podemos hacer más eficiente, por ejemplo, el uso de la energía en la compañía. Tenemos una tienda certificada con la norma ISO 14001 (de gestión ambiental). Es la primera sucursal del supermercadismo certificada bajo esta norma.
Por otra parte, invertimos en tecnología. Por ejemplo, hemos cambiado nuestros parkings de iluminación analógica a LED en todas las tiendas del país, lo que implica 50% de ahorro de consumo. También hemos cambiado los tradicionales pozos de refrigeración a sistemas walking-cooler, todos con puertas y con la reposición de mercadería por detrás. Con esto se pierde menos frío y se hace un uso más eficiente de la energía. Un cuarto grupo es la mejora constante de la calidad de nuestros artículos, es decir, los productos de marca propia.
–¿Cómo se puede involucrar a la alta gerencia en estos temas en Walmart, o cualquier otra empresa?
–La sustentabilidad debe ser parte del core del negocio y estar atada a resultados de gestión, tanto de la alta gerencia como de los mandos medios.
–Hay quienes opinan que el capitalismo no puede solucionar la desigualdad social o muchas otras injusticias en el mundo. ¿La sustentabilidad podría ser la vía para que el capitalismo salga de ese callejón?
–Difícil saberlo. Pienso que la sustentabilidad va a contribuir siempre, cuando sus objetivos estén atados al desarrollo económico y social. Caso contrario, no. En ese sentido, tiene que haber un círculo positivo que se retroalimente.
Tetra Pak
Las metas claras para el año 2030
La empresa aumenta el uso de la electricidad renovable y limita cada vez más las emisiones de carbono en sus procesos de producción, con el compromiso constante de la alta gerencia y el resto del personal. Hay equipos de eficiencia y rendimiento medioambiental.
Por Florencia Culshaw
Estela Reale
Estela Reale, gerente de Comunicaciones de Tetra Pak, señala cómo la empresa se compromete con el cuidado del medio ambiente desde la concepción misma del negocio.
–¿Qué iniciativas ha tomado Tetra Pak en materia de sustentabilidad y responsabilidad social, últimamente?
–Este año, Tetra Pak se ha unido al RE100 y se ha comprometido a aumentar el uso de electricidad renovable, de 20% actual a 100%, en todas las operaciones globales para el año 2030. Asimismo, hemos fijado garantizar que las emisiones de carbono a través de nuestra cadena de valor estarán limitadas a los niveles de 2010 hasta 2020. Es así que en 2015 las emisiones se redujeron en 15% desde la línea de base de 2010, más allá de haber tenido un aumento de 16% en la producción. Por otro lado, este año Tetra Pak se unió a la Promesa de Acción de la Cumbre del Clima de París (COP21).
–¿Qué porcentaje de la materia prima que utilizan en sus envases proviene de bosques renovables?
–El 75%. Desde 2007 el número de envases de Tetra Pak que llevan el logo FSC (Forest Stewardship Council) ha aumentado de manera constante, hasta llegar a 54 mil millones en 2015. En 2015 se comercializaron 2.719 millones de envases con sello FSC en la Argentina –representando 88% de los envases del mercado–, lo que equivale a un aumento de 6,4% con respecto a 2014. Es importante destacar que, para que un producto lleve el sello FSC, debe haber una cadena ininterrumpida de certificación para todas las instalaciones.
–¿Hasta qué punto las nuevas generaciones son un referente en el consumo y para la sustentabilidad?
–Hoy en día las empresas están apuntando a la Generación Y, como referente del consumo.
En todo el mundo este grupo etario está optando por productos que sean amigables con el medio ambiente y está dispuesta a pagar por ellos. Los jóvenes buscan activamente información sobre las credenciales de los productos y esperan que las marcas los ayuden a ser consumidores más inteligentes, que utilicen menos envases, generen menos basura y reciclen más.
Es más, según un informe que realizó nuestra empresa, a 53% de los jóvenes les gustaría hacer más por el medio ambiente, pero que no saben cómo. Es a esta nueva generación a la que debemos saber llegar.
–La tecnología ha sido siempre una fuerza disruptiva. Hoy en día, está emergiendo una variedad de descubrimientos potencialmente dramáticos en robótica, nanotecnología y medicina. ¿Sobrevendrá una nueva crisis, o la concepción sustentable logrará evitarla?
–La sociedad siempre ha estado inmersa en un cambio constante de tecnologías. Tal vez en los últimos años éstas han llegado más rápido a los consumidores. Muchas veces, estas tecnologías también están en consonancia con un pensamiento sustentable, por ejemplo, los equipos que desde Tetra Pak ofrecemos, han ido evolucionando con el tiempo, haciéndose cada vez más sustentables. Hoy tenemos equipos de eficiencia y rendimiento medioambiental, que cuidan el consumo de energía y agua, sin que ello comprometa a la producción.
–Hay una visión oscura de la realidad respaldada en la caída de los mercados de productos básicos y los colapsos bursátiles de 2015, entre otros factores. ¿Cómo se puede revertir esta percepción desde el ejercicio de lo sustentable?
–La economía circular es la nueva tendencia que podría colaborar, desde la reutilización y el reciclaje, a movilizar una economía basada en recursos que ya fueron parte del consumo y a los que ahora se les puede dar una nueva aplicación, reduciendo así el consumo “lineal” al cual está acostumbrada la sociedad. Un ejemplo: si envases que hoy están en rellenos sanitarios o vertederos pueden ser materia prima para elaborar mobiliario escolar y, además, se reduce el consumo de madera para fabricar, entonces obtenemos beneficios sociales, ambientales y educativos.
–¿Qué se puede hacer para involucrar a la alta gerencia en esta temática?
–La responsabilidad de la empresa ante la sociedad es una manera de gestionarla, en función de los impactos que esta tiene y quiere tener sobre la sociedad y el medio ambiente. Tal es función de la cultura organizacional, la cual determina la sensibilidad y voluntad para actuar por parte de los integrantes de la compañía. Algunas empresas ya han sido creadas con esa cultura, o han ido evolucionando acorde a las exigencias de la sociedad, en general gracias a líderes ilustrados. Tal es el caso de Tetra Pak, donde todos nuestros ejecutivos están comprometidos con una gestión sustentable ante el medio ambiente y la sociedad.