Por Mauro Maciel
La seguridad privada ya es parte de nuestra vida cotidiana y es la primera imagen que se nos presenta al ingresar en edificios de oficinas, supermercados, centros comerciales o establecimientos gastronómicos. También en torres residenciales y barrios privados, clínicas y centros educativos con fines de lucro.
Luego de un período de resistencia inicial de parte del público a esta convivencia sin interferencias ha pasado agua bajo el puente, y en ese recorrido el desarrollo de una tecnología más amigable y una industria mucho más profesional han sido tal vez las razones más potentes para explicar el estado de situación actual.
El fenómeno de la seguridad privada creció de modo vertiginoso durante los años 90, cuando la brecha de la desigualdad social hizo estallar por los aires la economía argentina y, entre sus múltiples efectos colaterales, la inseguridad, junto al empleo, se coló en el ranking de las demandas de la población.
La falta de respuesta del Estado dio lugar a la aparición de empresas proveedoras de servicios de seguridad para hogares, empresas, oficinas y complejos deportivos y culturales, entre otros, cuyo crecimiento permitió el desarrollo de un negocio de considerable atractivo.
La actividad se convirtió en puerta de acceso de bajas barreras al mercado laboral y en épocas de desocupación elevada se ha presentado como una alternativa razonable como generador destacado del empleo.
De los 40.000 empleados que conformaban la fuerza laboral del sistema de seguridad privada en 1992, el número trepó a 60.000 en 1997 y a 90.000 en 2002. Aquel comportamiento se mantuvo regular con el tiempo y aún con ciertas variaciones permanece muy activo en la actualidad, con alrededor de 150.000 empleados y una facturación en torno a los $25.000 millones, que representa un 0,06% del PBI.
El mercado local
En un mercado dominado en poco más del 40% por Securitas, Prosegur, 4GS Argentina, Brinks y ADT, sus players principales, los servicios de vigilancia física, seguridad electrónica, custodia y transporte de valores en tránsito forman parte de las principales ofertas que las empresas de seguridad privada brindan a un mercado, que incluye desde el segmento residencial o el retail hasta las instituciones bancarias, los parques industriales, puertos, aeropuertos, centros de salud o industrias de energía y minería.
De acuerdo a la información que surge del Monitor Sectorial de CLAVES Información Competitiva, durante el período 2010-2014, la facturación del sector sufrió un alza de 29,8% anual en promedio, que se traduce en una suba del 8,7% en dólares corrientes.
Hacia octubre de 2014, un 37,4% de los hogares en la Argentina habían experimentado, en el transcurso del último año, un evento delictivo. El número superó un 0,3% al mes de septiembre de 2014 y en 4,1 puntos al registro de octubre de 2013. Los datos forman parte de la Evolución del Ãndice de Victimización, del reporte elaborado por CLAVES, donde aproximadamente 6 de cada 10 delitos están configurados como robo con violencia, y el resto se reparte entre hurto de objetos personales, robo de vivienda y robo de auto, en orden descendente.
El valor agregado de la tecnología
El de la vigilancia física es, de los servicios ofrecidos por las empresas de seguridad privada, el más requerido por el mercado. En líneas generales se trata de la presencia de personal de custodia para la observancia de personas, inmuebles y bienes muebles de las organizaciones, principalmente pertenecientes al comercio, la industria y las grandes corporaciones, y representa 69% de la facturación total de los segmentos de la industria, según la información elaborada por CLAVES.
En segundo orden, aunque muy relegados en participación, con el 16% y el 14% aparecen los servicios de seguridad electrónica y de custodia y transporte de valores, respectivamente. En oposición a la vigilancia física, la seguridad electrónica requiere una inversión intensiva de capital, y sin embargo su participación en el giro total del negocio es la que más ha crecido.
Es la tecnología y su desarrollo permanente el factor determinante que permite mejorar la eficiencia en este segmento del negocio.
Por su parte, el servicio de custodia y transporte de valores también experimentó una suba de la demanda. La expansión sin interrupciones de la base monetaria y la falta de billetes de una denominación mayor, en sintonía con la devaluación de la moneda, produjo, como correlato, la necesidad de movilizar un volumen cada vez mayor de valores físicos, que llevó a ciertas actividades comerciales a sumar controles adicionales para evitar situaciones de riesgo o inseguridad. Pese a ello, se estima que mientras este servicio se encuentra en una etapa de madurez, el de seguridad electrónica puede continuar creciendo aún más.
Formación y mano de obra calificada
Al ser el servicio de vigilancia física intensivo en mano de obra, como consecuencia de los incrementos salariales constantes, existe un fuerte peso del costo laboral sobre la estructura de las empresas. Se trata de una actividad que, pese a su elevada rotación laboral, representa una de las industrias principales en la generación de empleo y se explica, en parte, por ser considerado un primer escalón de ingreso al mercado laboral. Sin embargo, una porción importante de la industria se encuentra aún inserta en la informalidad, que desvirtúa las condiciones de competencia leal de sus participantes.
Además, debe señalarse los requisitos que proporcionan los marcos regulatorios por convenio, donde cada uno varía de acuerdo al distrito. A la obligatoriedad de ser mayor de 21 años y no tener antecedentes policiales, la provincia de Buenos Aires y la CABA exigen realizar un curso de 100 y 60 horas, respectivamente, que debe ser aprobado y es la habilitación para trabajar como guardia de seguridad.
Los cursos cuentan con una duración aproximada de dos semanas, que algunas empresas los dictan en institutos propios, donde reciben una formación específica para alcanzar la habilitación y trabajar como guardias y ejercer sus tareas en el destino asignado. A su vez existen cursos adicionales que son exigidos de acuerdo a la actividad. Tal es el caso de los puertos, donde se requiere la habilitación de Prefectura, o la de Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), en el caso de los aeropuertos.
Pero también surge la tendencia a transformar los servicios de seguridad tradicionales en soluciones nuevas, no convencionales. Consiste en la oportunidad de agregar valor a las ofertas de la seguridad básica, de tal manera que permita la diferenciación del producto.
Dotar de profesionalismo a la actividad tal vez resulte el mayor desafío de la industria de seguridad privada. Supone incorporar estrategias corporativas que permitan alcanzar resultados con mayores niveles de eficiencia, donde los procesos administrativos y comerciales, apalancados especialmente por la tecnología serán un factor clave del progreso del sector.
Saber combinar guardias con tecnología supone la intención de salir del concepto de una empresa de mano de obra intensiva, en reemplazo de mano de obra calificada, donde un guardia que deberá estar en contacto con la tecnología, necesita una formación específica para desarrollar sus tareas. Al mismo tiempo, dicha transformación también debería actuar como factor de retención de empleados y, en consecuencia, reducir los índices de rotación.
Por tales razones, es factible pensar en un futuro cercano que la seguridad física se reduzca y que como contraparte, la mano de obra calificada, crezca en términos proporcionales hasta llevar la ecuación actual 70-30 a un esquema de 50-50. Será parte de la evolución natural, como resultado del crecimiento de la tecnología, cada día más instalada en la vida cotidiana.
Todo ello exhibe la potencialidad de la industria y redundará muy probablemente en crecimiento y beneficios cualitativos.
El mercado global en ascenso
El aumento notable de la clase media mundial y sus bienes materiales, y en consecuencia de los centros urbanos, los riesgos reales y percibidos del terrorismo y la delincuencia, más la presunción de una gestión deficiente de la seguridad pública. Son todos elementos que permiten confirmar la continuidad de una tendencia en crecimiento del sector.
De acuerdo a un estudio realizado por la firma de investigación de mercado, Freedonia Group, la demanda global de servicios de seguridad privada experimentará un incremento de 6,6% anual, entre 2014 y 2018, hasta alcanzar los U$S 331.000 millones.
Buena parte de aquel crecimiento estimado será impulsado por el potencial de desarrollo del sector en mercados como los principales países de Asia, Europa del Este, Ãfrica y Medio Oriente. Estados Unidos, por su parte, conservará su rol de actor principal del lado de la demanda de esta clase de servicios, pues se estima que abarcará hacia 2018 un 27% del mercado consumidor; sin embargo, por el hecho de haber alcanzado la fase de madurez, su crecimiento será limitado en comparación con los países mencionados.
Detrás, se posicionan Brasil, China e India con un crecimiento superior al de la media mundial, producto de la gran densidad de sus respectivas poblaciones y también al crecimiento de la clase media, aún con variaciones, que han experimentado en los últimos años.
Para las actividades industriales y comerciales el mercado de la seguridad privada seguirá siendo el segmento de mayor volumen, cuya demanda mundial alcanza 70% y se explica por el número de instalaciones y de mercaderías a resguardar, a lo que se suma el elevado riesgo de pérdidas económicas por hechos delictivos.
Securitas
El camino hacia la protección
Sobre un lateral de la autopista Panamericana, a la altura de Munro, funciona el edificio central de Securitas, que corresponde además a la sede regional de Buenos Aires. Las tres restantes se distribuyen en la región Centro, Litoral y Sur. De esta manera, la empresa de seguridad privada da una extensa cobertura en el mercado nacional.
Patricia Sclocco
Cuenta con un staff total de aproximadamente 14.000 empleados, donde 80% está concentrado entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
“Tenemos desde guardias que están cuidando un salar en Jujuy hasta guardias que están al cuidado de plantaciones de bosques de pinos en Corrientes. Hay guardias que trabajan en los countries y otros tantos que lo hacen en el sector de energía”, dice la directora de Comunicación, Asuntos Públicos y RSE de la compañía, Patricia Sclocco.
Pese a la presencia del personal distribuido a lo largo de todo el territorio, es la tecnología la que ha ganado un papel protagónico en los últimos años y lo seguirá siendo en el futuro. Así lo reconocen la propia Sclocco como su par, el director de Innovación y Tecnología, Marcos Gómez.
“Luego de un tiempo, superior a los 10 años, la tecnología se ha incorporado fuerte como complemento de la seguridad electrónica. Esa tendencia, de alguna forma fue producto de que todos los productos de electrónica han bajado sus precios a escala mundial. Por otro lado, la comunicación, Internet y demás, han hecho que la tecnología de punta que sale primero de los Estados Unidos, la tengamos acá inmediatamente, y eso ha equilibrado el mercado”, dice Gómez. Y completa: “Luego hay una búsqueda por transformar los servicios de seguridad tradicionales en no tradicionales. Esto es agregar valor a la seguridad. Por ejemplo, salir del producto básico, que es el guardia, que si bien no va a desaparecer, hay una tendencia de hacer más sistemas a medida”.
Sclocco resalta el avance de Securitas en la inclusión de tecnología para un modelo de soluciones basado en guardias más tecnología, que potencia mucho las tareas que el guardia puede realizar. “Ello no ha cambiado prácticamente la cantidad de nuestro personal. En realidad lo que hace la tecnología es potenciar la habilidad y las destrezas del guardia, que ahora tiene más herramientas para hacer mejor su trabajo, para dar mayor transparencia, para tener información en tiempo real. Además, la tecnología te permite llegar a lugares donde antes resultaba imposible llegar”.
Marcos Gómez
–¿Cuál es la tendencia predominante en el negocio?
–MG: La tendencia es salir del producto básico. Nosotros trabajamos mucho en la especialización, en segmentar al mercado, y atacar a los mercados verticales. Hoy trabajamos sobre la base de tres ejes: en el lugar, servicios compartidos, fuera del lugar.
En el primero, la presencia de la tecnología se observa en tres canales: uno que llamamos vigilancia integrada, donde hay guardias y tecnología, que no necesariamente están combinados para dar un servicio; luego está lo que llamamos soluciones donde hay un diseño detrás, es más “hecho a medida” y es exclusivo para dar una solución de seguridad; y el tercer canal es tecnología sola.
Un ejemplo de servicio compartido se da en los parques industriales, donde tenemos diversos clientes a los que podemos compartir uno o dos guardias que se mueven con una sola patrulla, que llamamos guardia itinerante.
Gracias a la tecnología, estamos hablando mucho de servicios remotos, o servicios off site, en el que realizamos el control de video de guardias y rondas desde nuestro centro de operaciones.
Así que hablamos de servicios on site, off site e itinerante. Y diría que eso es una tendencia.
–¿De qué manera está segmentado el mercado?
–PS: Nosotros tenemos una matriz de mercado que abarca la banca, retail, vivienda e industria, que incluye plantas productivas, parques industriales, minería, energía, salud, puertos y aeropuertos.
Luego hay segmentos diferenciados, como el de barrios cerrados. También hay una categoría de segmentos generalistas, ya que algunos clientes no encajan perfectamente en las categorías citadas. Entonces tenemos gente especializada pero también son generalistas.
–¿Cuáles son los desafíos del negocio?
–MG: Hoy estamos trabajando en el cambio de concepto que es dejar de hablar de seguridad para hablar de protección. Al hablar de protección se abre el espectro sobre ejes que antes no estaban contemplados, como detección y protección contra incendios y safety (en un uso específico de la palabra inglesa para seguridad). En este tema puntual contamos con muchos guardias que pueden brindar este servicio. Muchos de nuestros guardias son bomberos, que saben primeros auxilios. Entonces creemos que el mercado se abre, con productos que antes también los brindábamos, pero hoy sentimos que es parte esencial de nuestro negocio. Esto tiene que ver con nuestro modelo de visión global 2020, que implica pasar del modelo de seguridad al modelo de protección, y que va a trabajar sobre 4 ejes: vigilancia, en todas sus formas; auxiliares, que son recepcionistas que hacen trabajo de control y registración; Fire y Safety.
Prosegur
Confianza en la mejora continua y la innovación
El futuro del negocio de la seguridad estará sin dudas vinculado al desarrollo de la tecnología y su aplicación en pos de la eficiencia. Es un punto en el que coinciden expertos y profesionales del sector. “Las tendencias del negocio están absolutamente ligadas a la tecnología y en búsqueda constante por integrar la seguridad física y la seguridad electrónica”.
Carlos Marasso
Así lo enuncia el director General de Alarmas Residenciales de Prosegur, Carlos Marasso, mientras que el gerente de la División de Sistemas Electrónicos de Seguridad, Gabriel Hugo Apel, completa que el desafío está enfocado en “gestionar soluciones de alto nivel de eficiencia, a medida de las necesidades de cada cliente”.
–El servicio de vigilancia física es el de mayor demanda en el mercado. Sin embargo, en un proceso de alta inflación incrementa los costos laborales de las empresas. ¿De qué modo impacta en la estructura del negocio?
–CM: Para ofrecer las diferentes soluciones en seguridad, nuestros servicios combinan el mejor equipo humano con la tecnología más avanzada. No obstante ello, para Prosegur el capital humano es el activo más importante. A escala global más de 150.000 profesionales integran nuestra compañía, de los cuales más de 18.000 trabajan en la Argentina.
Podemos dar cuenta del crecimiento constante en contrataciones de nuevos profesionales, siendo una de las mayores empresas generadoras de empleo del país. Sin embargo, no podemos desconocer que los costos laborales impactan directamente en el negocio, dado que representan entre un 80 y un 85% de la tarifa. Pero la empresa trabaja permanentemente en nuevas soluciones que permitan reducir su impacto buscando nuevos pasos de calidad.
Gabriel Hugo Apel
–¿Es costoso contar con un servicio de seguridad privada? ¿Cuáles son las estrategias comerciales de su compañía?
–GHA: Prosegur tiene como objetivo ser referente en cada uno de los mercados en los que desarrolla su actividad. Con este fin, la estrategia comercial de la compañía se articula en torno al concepto de implantación geográfica sólida, que nos permite ser el líder en aquellos mercados en los que estamos presentes, con un modelo de negocio robusto. A partir de un modelo de negocio global, actuamos de forma local.
Un elemento central en nuestra estrategia comercial es la innovación, la mejora continua y el desarrollo de nuevos productos que brinden respuestas a las crecientes necesidades del mercado.
La apuesta por la especialización ha permitido a Prosegur incorporar una oferta de servicios específicos para distintos sectores, como el aeroportuario, energía, minería y oil & gas, entre otros. Estas soluciones se adaptan a las necesidades concretas de cada cliente y, de esta forma, le aportan un valor agregado y contribuyen a la mejora de su competitividad.
–¿Cuánto peso tiene la tecnología en el negocio de la seguridad? ¿Cuáles son sus aportes?
–CM: Prosegur apuesta por la innovación como un elemento clave en su estrategia comercial. En este sentido, la tecnología es un aliado fundamental. Ante situaciones críticas, para citar un ejemplo concreto, los avances tecnológicos nos permiten que el guardia de seguridad esté, cada vez más, en una mejor posición y disponga de más herramientas para la toma de decisiones.
La tecnología de avanzada está presente en todos los servicios que brindamos en el país: vigilancia activa, gestión integral de ATM, logística de valores y gestión de efectivo, sistemas de protección contra incendios, sistemas electrónicos de seguridad, alarmas corporativas y residenciales.
–¿Cuáles son las perspectivas de la industria para los próximos años? ¿Qué oportunidades se pueden advertir?
–GHA: Las perspectivas son positivas y las oportunidades de crecimiento, muchas. Brindar un servicio único de seguridad compuesto por seguridad física y tecnología es una herramienta de servicio de alta prestación, igual que disponer de centros de control de alto nivel de respuesta y acción inmediata no solo para la seguridad sino también para la protección de las personas. El usuario promedio, conoce y solicita cada vez más soluciones tecnológicas que respalden su seguridad, la de su negocio y su familia.
De acuerdo a los últimos datos financieros globales informados, Prosegur ha registrado un beneficio neto consolidado durante los nueve primeros meses de 2015 de € 127 millones, lo que representa un incremento del 17,1% con respecto al mismo periodo del año anterior.
La facturación ascendió a € 2.943 millones, que representa 6% más que al tercer trimestre de 2014. El EBIT se sitúa en € 228 millones, lo que también significa una mejora de 6% con respecto al mismo periodo del año anterior.
La tendencia se mantiene firme y positiva para los próximos años, con una constante expansión internacional del grupo.
G4S
Trazabilidad, alerta temprana e inmediatez
“En el imaginario colectivo persiste la creencia de que, a mayores niveles de inseguridad, a las empresas del sector les va mejor”, introduce el director de Relaciones Institucionales de la firma, Daniel Castagnola. Su apreciación es que se trata de un concepto falaz y afirma que no es cierto que el sector se beneficie en un escenario de pesimismo o vulnerabilidad.
Daniel Castagnola
“Las empresas de seguridad de primera línea prosperan cuando al país le va bien; cuando se suman nuevas inversiones y se abren plantas o nuevas líneas de producción y se apuesta a invertir en equipamiento de seguridad, contratar personal con empleos de calidad, dinamizando tanto nuestra actividad como la de múltiples áreas de la economía”, completa el ejecutivo.
En tal sentido, Castagnola señala que existe una gran oportunidad de la mano del ordenamiento regulatorio, que reconoce como una de las principales dificultades de la actividad debido a la ausencia de una ley nacional que la regule y que significa operar con marcos regulatorios específicos en cada distrito, con pautas particulares definidas por cada jurisdicción.
A ello, se suma la multiplicidad de interlocutores gremiales, que se ha complicado con los años. “A través del tiempo, pasamos de interactuar con un par de sindicatos que históricamente representaban a los trabajadores del sector, a contar hoy en día con 35 representaciones gremiales, con diferente estatus legal”, dice Castagnola.
–Al inicio existió un fuerte prejuicio acerca de la tecnología, que se la consideraba invasiva de la privacidad de las personas. ¿Ha cambiado esa percepción?
–Ante el incremento de la inseguridad, la gente se encuentra más permeable a los sistemas de monitoreo y control, pasando a un segundo plano su preocupación por la invasión a su privacidad.
La confianza es un factor clave en nuestra industria; las empresas o personas que contraten servicios de seguridad deben elegir empresas reconocidas, que puedan ofrecerles protocolos de comunicación y resguardo de la información seguros, con personal que cuente con pautas y procedimientos de trabajo que por su propia naturaleza se enfoquen en proteger la información de los clientes.
–¿Qué tendencias aparecen hoy en el negocio como las más relevantes?
–Destacamos el rol preponderante que está adquiriendo el uso de la tecnología en muchos de los procesos inherentes a la actividad, con el consiguiente aprovechamiento de toda la información que generan dichos sistemas y que benefician a otros procesos propios de las organizaciones.
–¿Cuáles son las estrategias comerciales de G4S para competir en el mercado?
–Nuestra estrategia es conocer muy bien los mercados verticales que gravitan en nuestra economía y elegir segmentos caracterizados por su complejidad, como el petrolero, el minero, el cerealero, el portuario o el siderúrgico.
Tratamos de compartir con los potenciales clientes nuestra visión de que el dinero que se destina a la seguridad es definitivamente una inversión. Este concepto amplio de seguridad hace que los servicios que ofrecemos, tanto en seguridad física como en tecnología, no se limiten meramente a la protección. Nuestros esfuerzos están enfocados en poder brindar un plus, un aporte extra que genere un valor agregado en los procesos de nuestros clientes.
–¿Cuánto peso tiene la tecnología en el negocio de la seguridad? ¿Cuáles son sus aportes?
–En términos generales, la tecnología suma trazabilidad, alerta temprana e inmediatez en la respuesta. Además, es fundamental que la información sea recibida por personal idóneo que pueda capitalizar correctamente la información generada por el amplio espectro de dispositivos disponibles.
–¿Cuáles son las perspectivas de la industria para los próximos años?
–2015 fue un buen año para G4S, en el que sumamos algunas cuentas de mucho peso en sectores que consideramos clave, como el automotriz con el caso de Fiat, el bancario con el caso de ICBC y el petrolero de la mano de Baker Hughes. Todo esto es una muestra de la creciente confianza que nuestros clientes depositan en lo que hacemos y en la manera en la que llevamos adelante nuestros servicios.
Según la consultora de investigación de mercado, Freedonia Inc, la demanda mundial de servicios de seguridad privada continuará creciendo en los próximos 5 años. Los factores de crecimiento incluyen la evolución del PBI, el crecimiento de la población, los niveles de regulación y de criminalidad.