Por Mario Lia
VMworld 2015 San Francisco convocó a 23.000 profesionales, socios tecnológicos y de negocio del anfitrión. Además, participaron todas las empresas que forman ecosistema proveedores de soluciones de TI que interoperan con VMware. Una muestra de esta amplitud y diversidad se vio en el espacio de los exhibidores. Estaban allí prácticamente todas las marcas que integran o se integran con la tecnología de VMware. Vimos compañías como IBM, Dell o HP, Citrix, Red Hat, Intel, Cisco, SAP, NetApp y cientos de proveedores de las más variadas soluciones de seguridad, administración y monitoreo, analíticos, cloud, movilidad y mucho más.
VMware fue adquirida por EMC en el 2004. Su valor era de U$S 625 millones. Actualmente asciende a U$S 33.000 millones. Su ecosistema es parte de su fortaleza.
Las alfombras mágicas
Pensemos en dos clases de alfombra mágica: la que realmente lo es y vuela sin obstáculos ni riesgos desde el punto en que estamos, al que queremos alcanzar. La otra alfombra no es tan mágica. Es la que literariamente sirve para esconder la tierrita que hemos barrido y resulta incómodo recoger.
Veamos por qué VMware resulta ser una alfombra mágica para que la empresa pueda avanzar hacia nuevas etapas en el uso de tecnología de información.
Hace algunos años, con su producto vSphere transformó los centros de datos. La virtualización de recursos, que antes existió en manos de las grandes máquinas de marcas como IBM, fue llevada por VMware a toda clase de plataforma. Permitió que esos recursos fueran mucho más aprovechables y productivos. Brindó la posibilidad de crear numerosas máquinas virtuales sobre los servidores existentes, multiplicando su utilidad y aprovechando su potencial de procesamiento. Hizo posible trabajar con un pool de recursos congregados bajo una interfaz de administración. Ocultó la complejidad bajo su alfombra menos mágica y llevó a los usuarios a una nueva perspectiva volando sobre la otra.
VMware siguió evolucionando y es hoy la empresa que permite acceder a la las más recientes propuestas tecnológicas en términos de eficiencia para el centro de datos, los almacenamientos, la red, la movilidad y el aprovechamiento de la nube.
La demanda cambiante de TI
Las empresas usuarias necesitan simplificar la compra, diseño, implantación y administración de los recursos de TI. Los directivos quieren despegarse de la complejidad y operar con pools de recursos virtuales y abstractos. Esa propuesta se encarna en el centro de datos definido por software (SDDC, por Software Defined Data Center), el sucesor del datacenter tradicional. Y VMware, que domina en el tradicional centro de datos, también está preparada para seguir nuevos caminos y llevar a sus clientes a esas nuevas metas en las que los espera con sus soluciones.
Hoy la comapañía cuenta con productos para la definición por software del centro de datos, la red y los almacenamientos. Esta infraestructura híper convergente ofrece la capacidad de simplificar los planos de control y distribución de datos en la red; de organizar y utilizar el centro de datos con menor intervención humana y mayor aprovechamiento de recursos; y también de disponer de los almacenamientos de datos e una manera mucho más simple. La infraestructura de IT se mimetiza mejor con los procesos del negocio, a la vez que se libra del trabajo de configuración puntual de los requerimientos de aplicaciones y usuarios. Una infraestructura definida por software es un pasaporte de seguridad en el viaje a la nube, la movilidad o Internet de las Cosas. La nube que VMware concibe es híbrida, una combinación de recursos propios y tomados de nubes públicas o privadas. Lo factible.
Escuchar a sus clientes es una de las fortalezas de VMware. Ha entendido, cómo ellos desearían que sea su propio camino a la nube. La mayoría quiere tener control de sus capacidades cloud. Algunos quieren una nube propia, pero sin caer en la compra de exceso de capacidad ni limitar el eventual acceso a servicios de nubes públicas. La propuesta de nube híbrida que ofrece equivale a libertad. Por ejemplo, una empresa utiliza sus capacidades propias y, cuando enfrenta un pico de actividad inesperado o estacional, recurre a la nube. El concepto: “sea dueño de la infraestructura básica, alquile los picos”.
Las fortalezas
Su mayor fortaleza es la de ofrecer simplificación en un mundo heterogéneo y complejo en términos de TI. Y nadie quiere ni debe renunciar a lo heterogéneo y caer en manos de un proveedor total. VMware tiene la virtud de poder juntar las partes difíciles en forma fácil. Lo hizo desde sus hypervisores que posibilitaron clusters de servidores y otros recursos, antes complejos y difíciles de crear y administrar. Se hizo cargo de la complejidad, como lo hace hoy con toda la infraestructura de TI.
Debajo de la alfombra de VMware cabe mucha tierra. Una muestra es la cantidad de sistemas operativos que asimila: Cerca de 900 variedades y versiones. Tiene más compatibilidad con sistemas Windows que la propia Microsoft con su plataforma Azure. VMware es el jugador que mejor absorbió la actual heterogeneidad en términos de hardware y sistemas operativos. Mientras que algo siga funcionando, aunque sea viejo, soportará máquinas virtuales de VMware. Algunas serán rápidas, otras lentas, pero VMware es el gran ecualizador de lo existente. Y lo existente es el punto de partida hacia lo nuevo.
VMware presentó una sólida combinación de visión con realidad, bajo un concepto que yace debajo de todos sus anuncios: simplicidad y factibilidad. Nuevamente, la capacidad de simplificar lo complejo y hacerlo utilizable.
Los anuncios de VMworld 2015
Como este es un espacio para no-especialistas, trataremos de trazar una semblanza general a través de algunos ejemplos. Para comenzar, tenemos que la llegada de Windows 10 no se puede ignorar. Es para la nube y la movilidad. Requiere de nuevos conceptos en administración de aplicaciones, como los de VMware en su plataforma de administración de movilidad empresarial AirWatch y la de entrega de aplicaciones VMware App Volumes, dentro de su “Proyecto A2” que consiste en llevar aplicaciones Windows a los entornos móviles en nube de Windows 10. También ofrece la capacidad de construir un workplace o espacio de trabajo en el que el usuario final accede a aplicaciones Windows, SaaS y móviles, desde cualquier dispositivo.
En lo que hace a la “nube híbrida” que antes vimos, se ofrece una plataforma unificada y capaz de sumar servicios de nube pública con soluciones definidas por software. Se hace posible la creación más veloz de aplicaciones, la mejora de la seguridad y la recuperación ante desastres. La misma permite crear entornos privados y públicos de nube partiendo de la capacidad de virtualización de vSphere, llevando a la nube cualquier aplicación existente o desarrollada nativamente para cloud. Opera como si las componentes cloud fueran parte de un centro de datos administrado por software, brindando la libertad de acción y facilidad que eso implica.
En cuanto a nube pública, tenemos a VMware vCloud Air, la capacidad de nube pública dentro de la plataforma unificada. Conecta centro de datos y nubes. Así, todos los recursos son accesibles y pueden compartirse en toda la nube híbrida. Se puede contar, por ejemplo, con recuperación ante desastres on demand sin complicación. Lo mismo aplica al almacenamiento de datos, por ejemplo con Air Object Storage para datos no estructurados y basado en Google Cloud Storage e integrado en vCloud Air OnDemand.
En los anuncios figuró vCloud Air SQL, la base de datos como servicio y compatible con Microsoft SQL Server, con opciones de memoria, cómputo y almacenamiento y con planes de integración futura de otras bases de datos.
También vimos novedades para la plataforma de virtualización de redes NSX, con capacidades de recuperación superiores, simplificación de manejo de infraestructura física y de la seguridad de servidores. Vimos a VMware vRealiza y Operations, que armoniza la carga de trabajo a medida que se avanza en la adopción de la nube privada e híbrida a través de SDDC, con análisis predictivo que ayuda a optimizar el mantenimiento de los sistemas.