Por Mauro Maciel
A mediados de los años 80 nació Centro Diagnóstico Veterinario (CDV) y fue entonces uno de los primeros laboratorios de diagnóstico y sanidad animal en el ámbito nacional. Con el cambio de siglo, CDV inauguró una planta de producción de vacunas en el Parque Industrial Pilar. En 2008, la firma fue adquirida por Mathiesen, un grupo multinacional de capitales europeos y fuerte presencia en la región como líder en el comercio global y abastecimiento de insumos de diversas industrias. En una instancia inicial Chile, Uruguay, Paraguay y Mauritania fueron los primeros mercados del exterior en adquirir sus productos. Más tarde se sumaron Bolivia, Colombia y Brasil, y en la actualidad se encuentran en proceso de apertura los mercados de Costa Rica, Argelia, Corea del Sur, Ecuador, Jordania, Turquía, Taiwán y Perú.
CDV es uno de los laboratorios argentinos líderes focalizados en la elaboración de productos biológicos para la prevención de enfermedades que afectan a rodeos bovinos y ovinos. Se considera precursor en el desarrollo de la vacuna para el control de diarrea viral bovina con cepas nacionales. Es además uno de los primeros centros de diagnóstico de enfermedades veterinarias y miembro de la Red de Laboratorios de Senasa. En el presente año, CDV se embarcó en el proyecto de una nueva planta que producirá en forma exclusiva vacunas contra la aftosa. Con una inversión superior a los US$ 25 millones, la meta apunta a desarrollar 50 millones de dosis para los mercados local e internacional.
Su gerente general, Juan Roo, dice que “el objeto del negocio de la compañía es la producción de herramientas preventivas para la ganadería, que favorece a la anticipación de los problemas y la generación de ahorros importantísimos para el productor”. Al respecto, en diciembre de 2014, la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove) emitió la propuesta de un plan sanitario productivo, que busca evitar las pérdidas ocasionadas por enfermedades parasitarias, infecciosas, reproductivas y carenciales que alcanzan los $18.400 millones en todo el país.
–¿Cuáles son las ventajas competitivas de CDV?
–CDV se dedica exclusivamente a las herramientas de prevención. Es pionero en el desarrollo de la tecnología de doble emulsión para sus vacunas, lo que confiere una protección más rápida y más prolongada en el tiempo respecto de los adyuvantes tradicionales. Contar con un Centro de Diagnóstico nos provee de información permanente sobre las afecciones de los rodeos y la actualización de cepas para la producción de vacunas.
Juan Roo
–¿Qué grado de exigencia tiene el mercado en que se desarrolla CDV?
–Muy alto. El productor y el veterinario exigen cada vez más respecto de la medicina preventiva. En esa línea, CDV invierte más de 20% de sus ganancias en Investigación y Desarrollo para la mejora constante y la elaboración de nuevos productos. Este año lanzamos cinco nuevas formulaciones al mercado atendiendo la demanda de los veterinarios.
–¿Cuánto significa el desarrollo constante en tecnología?
–Es un diferencial primordial. La biotecnología tiene una evolución constante y los laboratorios debemos estar al día para poner a disposición herramientas cada vez más eficientes. De aquellas primeras vacunas triples hoy podemos encontrar protección contra más de 10 enfermedades en una sola dosis de vacuna.
–¿En qué situación se encuentra el negocio de sanidad animal en la actualidad?
–Siendo la Argentina un referente de la ganadería mundial, aún queda mucho por hacer. Lograr un destete de más de 90% es algo alcanzable para lo que hay que usar todas las herramientas disponibles. Aún nos falta camino por recorrer en ese sentido. La Argentina deja de percibir más de $18.000 millones por año solo por no vacunar contra enfermedades reproductivas. Debemos continuar trabajando en ese sentido, concientizando a todos los públicos para que el productor ganadero tome a la prevención y sanidad como una herramienta clave dentro de su producción.
Roo pertenece a la firma CDV desde el año 2009 cuando ingresó para desempeñar las funciones de gerente comercial y de Exportaciones. Cuatro años más tarde, en 2013, fue asignado para ocupar el cargo de gerente general de la organización. Nacido en la localidad bonaerense de Necochea y egresado de la licenciatura en Ciencias Económicas por la Universidad de Belgrano, desde su actual rol, logró reposicionar a la compañía entre los tres laboratorios líderes en la Argentina en la producción de biológicos. Durante el último ejercicio la facturación de CDV alcanzó alrededor de los $100 millones y estima para 2015 una proyección de crecimiento del 45%.
–¿Qué clase de productos desarrolla y comercializa CDV?
–Somos productores y desarrolladores de productos biológicos, o vacunas, preventivos de más de 50 enfermedades diferentes que atacan a los rodeos. CDV es una empresa de biotecnología al servicio del productor ganadero, del productor acuícola y del médico veterinario.
–¿Cuál es la participación de su empresa en el sector?
–CDV tiene más de 22% de participación del mercado de biológicos que se comercializan en el país y un crecimiento permanente en el nivel de exportaciones.
–¿Cómo está configurado el mercado en términos geográficos?
–La principal concentración ganadera está en la zona pampeana donde se ubica más de 60% del ganado del país. Luego le siguen las regiones de Córdoba y Santa Fe, NOA y NEA y alguna participación menor en el sur del país.
La aftosa es una enfermedad que ataca a los animales de pezuña hendida como bovinos, ovinos, caprinos y porcinos, y se destaca por su difusión fácil y rápida, debido a la capacidad de transmisión, sea ésta por vía aérea o por vectores inanimados, tales como manos, ropa, calzado, etc. A su vez, provoca lesiones que suelen localizarse en lengua, encías o pezones, mientras que genera pérdidas sobre la actividad pecuaria, debido a que tales síntomas ocasionan un dolor semejante que impide a los animales comer en forma adecuada y, en consecuencia, perder su condición corporal.
En la Argentina, por iniciativa del Inta, las primeras investigaciones sobre vacunas antiaftosa se iniciaron en 1967, pero recién en los años 90 se estableció su uso obligatorio en todo el país, a partir del Plan de Control y Erradicación de la Fiebre Aftosa, que favoreció a la eliminación progresiva de la enfermedad.
Según datos aportados por Senasa, durante la segunda campaña de 2014, fueron 42.840.037 los bovinos vacunados, en las categorías vacas, vaquillonas, novillos, novillitos, terneros, terneras, toritos y toros en todo el país, los cuales reciben al año dos dosis de la vacuna antiaftosa.
–¿A qué apunta la inversión en la nueva planta de vacunas antiaftosa?
–CDV fue productor de vacunas antiaftosa durante más de cinco años hasta 2012. En 2013 iniciamos una reconversión total de nuestra planta productiva con una inversión de más de US$ 7 millones y en ese plan decidimos construir una nueva planta exclusivamente para aftosa.
Este año hemos comenzado el proyecto: son más de US$ 25 millones de presupuesto en obras y equipos. Estamos avanzando según lo planificado para poder, estimativamente, poner el producto a disposición de los clientes para fines de 2017.
Construir una planta de estas características no es tarea sencilla. Desde las normativas de bioseguridad, el grosor de las paredes, hasta la calidad de aire en cada uno de los sectores.
La vacuna de CDV es única en el mundo con cuatro cepas y creemos que contar con más de una opción de producción local de esa vacuna es un reaseguro a nivel seguridad para el país, y también es volver a poner en mano de nuestros clientes este producto para seguir aportando a la prevención y sanidad de nuestros rodeos.
–¿Qué atributos destacados tendrá la nueva planta?
–La planta contará con la última tecnología disponible en el mundo, equipamiento de origen alemán, local y de otros países nos aportarán lo necesario para producir una vacuna de última generación, más limpia, más eficiente y con mejores resultados. La planta de vacunas antiaftosa cumplirá con todas las normativas vigentes de la Organización Mundial de Sanidad Animal y las normas de Buenas Prácticas de Fabricación (GMP, por sus siglas en inglés) e incluso la normativa futura que se aplicara en los próximos años.
–¿Qué expectativas tiene hacia el futuro, a partir de la puesta en marcha de la nueva planta?
–Además de proveer a nuestros clientes de una alternativa más para vacunación antiaftosa, seguir creciendo en la participación de mercado y explorar nuevas especies, ya estamos pensando en la tercera planta de producción.
Nos hemos puesto como objetivo, no solo ser uno de los laboratorios líderes del país, sino de la región y del mundo. Creemos en la ganadería argentina, en el veterinario y en el productor. Es nuestra tarea proveerlos de todas las herramientas con tecnología a escala mundial.