Esencial para el futuro de Brasil

    Márcio Polidoro

    Márcio Polidoro es director de Comunicaciones de Odebrecht S.A., una organización empresarial brasileña de negocios diversificados fundada en 1944 con presencia en países de todos los continentes. Premiado en 2004 por la excelencia de su trabajo en la compañía, Polidoro habla aquí con Laura García de Interbrand sobre el papel de las marcas de infraestructura en el desarrollo de Brasil y otras naciones.

    –¿Qué rol tienen las empresas de construcción e infraestructura en el desarrollo de Brasil?
    –Las empresas de infraestructura son esenciales para el futuro de nuestro país porque son las que permiten que haya crecimiento. Aunque Brasil es un gran productor, no capitaliza bien esa producción porque nos falta infraestructura y transporte adecuado. Somos una de las naciones agrícolas más grandes del mundo, pero debido a limitaciones de infraestructura, hay problemas de almacenamiento y distribución que nos impiden aprovechar al máximo nuestros recursos agrícolas. Hay alimentos, pero no los suficientes. Conceptualmente, eso resume el problema de infraestructura de Brasil. No logramos transformar nuestra producción en riqueza por la dificultad de transportarla de un lugar a otro.
    Por eso es que compañías como Odebrecht son tan importantes. Si nosotros no construimos la infraestructura que necesita Brasil, siempre seremos un país partido en dos: la mitad se desarrollará y la otra mitad siempre tendrá problemas. Para una nación de esta magnitud que ha sido relativamente unida históricamente, ese es un resultado inaceptable. La diversidad étnica de Brasil es increíble, y sin embargo los conflictos territoriales han sido mínimos; hemos mantenido nuestra cultura; estamos en general unificados por un idioma común y nuestro modo de vida es absolutamente bien definido. Ese equilibrio es algo que debemos preservar.

    –En ese contexto, ¿cuál es la misión de Ode­brecht?
    –Nuestra misión es desarrollar nuestras capacidades e invertir en el desarrollo de Brasil y de los países donde operamos. Creemos que las iniciativas privadas pueden ayudar a solucionar muchos de nuestros problemas. Sin embargo, los sectores público y privado deben trabajar juntos.
    Odebrecht está haciendo su parte con transparencia e inteligencia. Por ejemplo, estamos diversificando y expandiendo nuestros campos de experiencia. Hoy podemos ir de la construcción simple hasta proyectos muy complejos, pesados y tecnológicos como una estación de energía nuclear. Al mismo tiempo, estamos aprendiendo nuevas prácticas como instalaciones sanitarias y tratamiento de aguas. En realidad, tenemos una rama ambiental que atiende a 10 millones de personas todos los días.
    En lo que hace a movilidad urbana, las dificultades de Brasil empeoran. Como especialistas en construcción de autopistas, redes ferroviarias, líneas de subterráneos y demás, estamos haciendo lo más que podemos para cambiar este escenario y alinear nuestro trabajo con las estrategias del Gobierno. Hoy, nuestro principal compromiso es ayudar a resolver algunos de los grandes problemas de Brasil.

    –La relación entre iniciativas públicas y privadas suelen ser un tanto complicadas. ¿Cómo mantienen la confiabilidad de Ode–brecht operando en ambos sectores?
    –La confianza es el principio que más valoramos, y Odebrecht gira alrededor de ese valor. Deseamos lo mismo para Brasil. La relación entre la sociedad y el sector público nunca va a ser constructiva si está rodeada de desconfianza, duda y escepticismo. Nuestro compromiso es servir a las naciones. En todos los países donde operamos, servimos al Estado, no al Gobierno. Tratamos de separar las cosas, pero no suele ser fácil.
    Entonces, procuramos ser transparentes con el público en cada uno de los países donde actuamos y comunicar nuestros objetivos y planes de desarrollo. Nuestros principios son atemporales, universales y nobles. Queremos que la sociedad los vea poner en práctica todos los días.

    –Odebrecht aspira a ser una de las 50 compañías más admiradas del mundo. ¿Cómo se imagina el camino hacia esa meta? ¿Y cuál es el proceso por el cual van a convertir a su marca en global?
    –Primero, tenemos que ser muy coherentes y enviar un mensaje claro sobre nuestra filosofía y tácticas. No debemos decir una cosa y hacer otra. Queremos que la gente que interactúa con nuestra marca vea representaciones claras de nuestras creencias y valores.
    Antes que ser admirados, queremos que confíen en nosotros. Y sin embargo, la confianza es el resultado de un proceso en el cual la gente comienza por saber quiénes somos y qué hacemos. Así, nuestras estrategias de comunicación tienen que ser muy eficaces. Sabemos que la gente que nos conoce comenzará a admirar nuestra marca.
    Nuestra meta de convertirnos en una de las 50 compañías más admiradas del mundo depende de dónde estemos posicionados en determinado momento.
    Hay tres etapas en el proceso. Primero: lograr que nos conozcan en todo el mundo. Segundo: lograr que nos identifiquen y tercero, evaluar el nivel de reconocimiento que recibimos. No queremos ser identificados solamente en Bahía. Nuestra meta es ser universalmente conocidos.

    –¿Tienen planes de aventurarse hacia el norte?
    –Sí. En realidad, ya estamos presentes en Estados Unidos en cuatro áreas importantes, ingeniería, energía, instalaciones sanitarias y petroquímicos. Somos el primer productor de polietileno de Estados Unidos.

    –Inevitablemente, Odebrecht es un embajador de Brasil en el mundo. ¿Cómo puede la compañía ayudar a mejorar y clarificar la imagen de este país internacionalmente?
    –Cuando una compañía se aventura al extranjero, especialmente un proveedor de servicios, sus actividades comienzan a representar a su país de origen. Entonces, ese es un compromiso extra que debemos considerar. Si ocurre algún problema, la gente lo asociará directamente con Brasil. Además, ya cargamos con todos los estereotipos, positivos y negativos, que se asocian a Brasil.
    Por otro lado, siempre tratamos de adoptar el método local en las naciones y comunidades donde operamos. Aprendemos la cultura e interactuamos con la gente local. Creemos de verdad que este método nos ayuda a mejorar la imagen de Brasil en el extranjero.

    –¿Cuáles son algunos de los proyectos de Odebrecht en el extranjero?
    –Creo que el proyecto más sonado en Estados Unidos es el aeropuerto de Miami. Construimos dos enormes terminales y todo el sistema de transporte interno. También construimos el Performing Arts Center de Miami, una estructura que nos enorgullece. En Portugal, hicimos el puente Vasco da Gama, que es un símbolo nacional. Tecnológicamente, nuestro mayor desafío fue construir el sistema de subterráneos de Lisboa. El suelo de Lisboa es muy irregular y requiere un sistema de ingeniería muy complejo y exacto. Y también construimos la Cinta Costera en Panamá, otro proyecto hermoso, simbólico y famoso.

    –Odebrecht está o estuvo presente en naciones durante conflictos militares. ¿Cómo hace la compañía para garantizar la seguridad de su personal y de sus socios?
    –Estábamos trabajando en Libia cuando estalló la guerra civil. En tres días, sacamos a 4.000 personas del país que estaban haciendo algunos de los más emblemáticos edificios de Libia. Todos fueron traídos a casa sin heridas y molestias. Eso fue posible porque colocamos a nuestros colaboradores en el centro de todo lo que hacemos. También contamos con la ayuda de nuestros colaboradores libios, quienes nos dieron una gran mano durante todo el proceso de evacuación. Ellos se quedaron en el país para preservar nuestros proyectos y el patrimonio durante la guerra.
    Además, Odebrecht fue la primera compañía extranjera en hacer pie en Angola luego de 20 años de guerra civil. Cuando declaró su independencia, en 1976, ayudamos a reconstruir la nación. Nuestro trabajo fue más allá de la ingeniería. También ayudamos a la gente psicológicamente y socialmente. Hoy tenemos 15.000 colaboradores en Angola, de los cuales solo 500 son brasileños. Empleamos ingenieros, gerentes y personal especializado en tecnología, todos angoleños. El Gobierno de ese país reconoce en Odebrecht a un gran socio, y su gente está con nuestra compañía.

    –¿Por eso es que creen que la ciudadanía empresaria está en el corazón de su estrategia de marca?
    –Exactamente. Procuramos brindar más que servicios a nuestros clientes e ir más allá de nuestras especialidades. Queremos ofrecer capital material y ético. El capital material solo es legítimo si se comparte. Nuestra proposición de marca implica compartir nuestros recursos con el cliente, con la sociedad, con nuestros socios y accionistas.
    Una compañía no debería nunca convertirse en una isla de prosperidad en el medio de un archipiélago de pobreza. Para nosotros, no es moralmente aceptable generar dinero en un país pobre y luego irnos. Nuestra estrategia de negocios es que solo vamos a sobrevivir, crecer y perpetuar nuestra misión y empresa si nuestra riqueza es compartida.

    La seguridad informática tiene premio

    La nueva edición del concurso “Periodismo en seguridad informática” de la empresa Eset –que evalúa trabajos periodísticos sobre esta temática desde hace ya seis años– eligió como ganadores a varios periodistas argentinos, entre otros colegas de medios latinoamericanos.
    El máximo galardón se lo llevo Agustina Grasso, del diario Perfil, pero como representante de la región rioplatense el premio fue para Leticia Pautasio, por un artículo publicado en la revista Mercado. Otros periodistas premiados fueron Patricio Meza, de La Tercera de Chile en la categoría Prensa Gráfica; Bernardita García de El Mostrador, también de Chile, por Prensa Digital y Álvaro Dávila, de NTN24, de Colombia, en la categoría “Prensa Multimedia”. Regionalmente, por Brasil se lo llevó Camila Ginesi, de Exame PME, por México María Alessandra Pámanes, de Reporte Indigo, de la región Andina, Miguel Guerra León de Perú 21 y del Caribe, Juan Fernando Lara Sala de La Nación de Costa Rica.
    “Nuestra principal creencia es que se puede disfrutar de la tecnología en forma segura y velamos por hacerlo posible mediante los contenidos y acciones que llevamos adelante. Por eso es muy importante para nosotros contar con periodistas que crean lo mismo”, aseguraron desde Eset Latinoamérica.

    Mercado en los Sadosky 2013

    La Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de la Argentina (Cessi) entregó en octubre los Premios Sadosky 2013. Como todos los años, más de 450 empresarios, funcionarios y académicos del sector de IT se reunieron en Tecnópolis para premiar a los líderes de este 2013. Allí estuvieron, además del presidente de la Cessi, José Maria Louzao Andrade, los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva, Lino Barañao; de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada, y los secretarios Horacio Cepeda, de Planeamiento Estratégico Industrial, Enrique Deibe, de Empleo, y Javier Rando, de Industria.
    Entre los premios cabe destacar que en la temática de Prensa la Comisión Directiva de Cessi distinguió a Carina Martínez, secretaria general de Redacción de esta revista, por su rol en la difusión de tecnologías de la información y especialmente por su nota “Hacia una sociedad del conocimiento”, publicada este año, que incluyó un análisis de las principales tendencias en IT y comunicación y las acciones que se deben llevar a cabo para superar las limitaciones cotidianas del sector, como la articulación necesaria entre sectores privados, públicos y universidades. “La nota se destaca por su calidad de redacción en un contenido de interés con foco en temáticas claves para el desarrollo del sector y de toda la cadena productiva: inclusión, transversalidad, innovación, rol en los mercados externos y la situación actual del sector”, apuntaron desde la Cessi.