Por Leandro Africano
En ámbitos pedagógicos existe una historia que da cuenta de lo que sucede en parte con la educación. ¿Qué pasaría si alguien realmente puede viajar en el tiempo y atraviesa la edad media, el siglo 19 y la actualidad? Uno de los denominadores en común que va encontrar, por no decir casi el único, es que los espacios de educación, escuelas o universidades, están compuestos por prácticamente los mismos elementos: una pizarra, una tiza, un profesor y los alumnos. La historia concluye con una afirmación más o menos cierta: el espacio educativo se mantuvo prácticamente intacto en casi 500 años.
El e-learning cargó sobre sus espaldas la idea de cambiar radicalmente la forma de enseñar y aprender extendiendo luego su promesa hacia cierta democratización de la educación, llegando finalmente hasta el ámbito corporativo donde encontró un lugar donde desarrollarse comercialmente.
Habiendo cumplido parcialmente su promesa hoy se reinventa con la eliminación de las barreras geográficas, contenidos altamente personalizados e interactivos, multiplicidad de recursos multimedia y posibilidades de digitalización infinita, ente tantas otras ventajas que hasta ahora ningún medio ofrecía. La gran evolución y desarrollo del e-learning ha motivado a numerosos profesionales, desligados del ámbito educativo y del aprendizaje, a compartir sus contenidos en la red con una comunidad.
Sally Buberman, fundadora y CEO de Wormhole, una de las empresas que da forma a esta nueva revolución de la capacitación en espacios virtuales explica que “desde los años 90 en el que se empezó a desarrollar el e-learning tradicional el cambio más profundo que experimentó la sociedad es la posibilidad de eliminar las distancias, ampliando el alcance y las posibilidades de capacitación, más allá de las distancia”.
Javier Diez
Desde su perspectiva, la educación online evolucionó hacia un concepto más abarcativo y que toma todos los beneficios de la enseñanza presencial: el live learning. Esta nueva concepción de la capacitación a distancia propone interacción real mediante audio y video entre los participantes, lo que genera una comunicación bidireccional inmediata que permite realizar actividades pedagógicas, tal como si estuvieran en un salón de clases.
Hay herramientas que permiten tener una clase sin importar a dónde se encuentre el instructor y los participantes con todas las herramientas necesarias como pizarrón, proyección de videos y audios, escritorio compartido, chat en vivo y posibilidad de darle permisos de audio y video a los alumnos para que realicen sus consultas o comentarios en vivo.
Como gerente comercial de Educativa, compañía con presencia en la Argentina y España, enfocada en capacitación corporativa, Virginia Gaitán agrega que el e-learning “ha incorporado los beneficios de las tecnologías que van surgiendo como facilitadores para desarrollar simulaciones, animaciones, video-conferencias y procesos de colaboración social, ya sea por los bajos costes de Internet, o por el desarrollo de sistemas de gestión para administrar los procesos, resultados, estadísticas y mejorar el seguimiento de un alumno a distancia”.
El ingreso masivo de dispositivos móviles, como tablets y smartphones le dio mayor portabilidad y masividad al intercambio del conocimiento, y plantean una nueva forma de estudio más dinámica.
“Además, hay una evolución en la forma de experimentar el e-learning, que pasa de ser una “información” pasiva con el tradicional PDF, a permitir que el alumno viva experiencias que faciliten la asimilación de los contenidos a través de escenas de rol play, juegos serios y un gran abanico de recursos interactivos”, puntualiza Gaitán.
Hay que entender que el concepto de e-learning aún no alcanzó la mayoría de edad, como mucho sitúan a esta actividad con no más de 15 años en el ámbito profesional. “El e-learning de los años 90 era una mala adaptación del learning tradicional a las nuevas tecnologías. De hecho, ni se llamaba e-learning sino CBT (computer based training), lo cual habla de la novedad de la computadora. Era típico “embeber” un video de una clase magistral de una hora en un curso de capacitación o bien aburrir a los usuarios con powerpoints interminables. Esto no aprovechaba al medio nuevo. Era el equivalente a usar una televisión para luego cerrar los ojos y simular que se está escuchando la radio”, apunta Javier Diez presidente y fundador de Actívica, una empresa especializada en e-learning.
La nueva nos encuentra a los sobrevivientes de la primera época con más ancho de banda, mejor tecnología, y principalmente una mejor idea de cómo aprovechar la tecnología en lugar de seguir enseñando más de lo mismo. “Por ejemplo el just in time learning permite que un usuario pueda consultar en su smartphone o tableta la capacitación que necesita, cuando la necesita y en el lugar que la necesita. Si requiere la opinión de sus pares, puede consultar foros porque el aprendizaje vía e-learning de hoy está centrado alrededor del usuario, no del docente”, puntualiza Diez.
Sally Buberman
¿Gaming o learning?
Cada vez más empresas se están orientando a la capacitación online como una forma de fidelizar a sus talentos. “Las empresas que demandan nuestros servicios en general tienen a sus empleados o a sus miembros de la fuerza de ventas dispersos en diferentes ciudades o países, y con la inminente necesidad de capacitarlos de forma continua”, explica Buberman.
Para Warmhole la evolución del e-learning se llama live learning. “Es un nuevo concepto sobre educación virtual que pone el foco en la interacción entre los participantes. Cada vez más adoptada por empresas innovadoras que buscan aumentar sus estándares de capacitación de sus talentos, fuerza de ventas y clientes.
La experiencia tradicional de e-learning está cambiando hacia esta nueva forma de educación a distancia, que pone el foco en el intercambio entre profesores y alumnos a través de Internet, que va mucho más allá de compartir contenidos de forma virtual”, agrega Buberman. Según sus estadísticas más de 10 millones de estudiantes en todo el mundo han tomado alguna vez un curso online tipo Mooc (massive open online course), pero solamente menos de 5% cumple con las lecturas asignadas, termina con los exámenes y las tareas de evaluación.
Los denominadores en común de las empresas que demandan este tipo de servicios son la gran cantidad de personal y la dispersión geográfica. Estructuras como bancos o compañías de seguros son ejemplos ideales para pensar el modelo dado el alto costo que tiene desplazar a los potenciales alumnos para reunirlos en una sede o movilizar a los capacitadores por todas las ciudades donde existan oficinas con el fin de capacitar al personal. El ahorro de costos y la disminución de los tiempos son las dos variables más significativas al momento de idealizar, planificar y presupuestar el proyecto.
El aprendizaje colaborativo se caracteriza por propiciar espacios virtuales donde todos los miembros de una comunidad pueden compartir diferentes recursos, conocimientos, opiniones o experiencias con el fin de enriquecer una acción formativa o crear una comunidad de inteligencia colectiva. “En la actualidad es cada día mayor el espacio virtual que se le dedica a las tareas colaborativas y hay empresas que están empezando a descubrir el potencial que tiene esta filosofía y otras que ya lo estaban haciendo incluso antes del e-learning, y que ahora, gracias a las herramientas de formación online potencian aún más sus experiencias”, destaca Gaitán.
En este contexto los destinatarios de las clases ya no son necesariamente solo empleados sino proveedores y clientes que pasan a ser posibles usuarios del e-learning de una empresa. También hay que decir que no todas las empresas están preparadas para aprovechar esta tendencia porque es algo muy vinculado a la cultura empresarial, en saber aportar y saber escuchar a la organización, ser ágiles con los cambios y didácticos con las innovaciones que surgen. “Incluso ya se está incorporando masivamente el concepto de gamificacion o ludificación que es el uso de técnicas o dinámicas de los juegos para potenciar la colaboración y trabajo en equipo. Como en todas las innovaciones, algunas ya lo tienen incorporado, otras están analizándolo y el resto todavía no sabe cómo obtener una ventaja de estas propuestas”, sostiene la ejecutivo de Educativa.
Desde la visión de Diez, en la actualidad las compañías que requieren servicios de e-learning son mucho más variadas que hace 10 años, cuando apenas algunas sucursales locales de multinacionales se asomaban a este proceso. Con el advenimiento de soluciones baratas y eficientes para hacer rapid e-learning a bajo costo, el e-learning no se limita a empresas con grandes presupuestos. “Quizás lo que tienen todas en común es una necesidad imperiosa de capacitar a sus empleados cada vez más vía e-learning y cada vez menos en forma presencial”, apunta el ejecutivo.
En la era de las redes sociales, la posibilidad de desarrollar un aprendizaje colaborativo no podía ser excepcional, sino la regla. El usuario ya no está aislado del mundo y recibiendo solamente el input de un docente o tutor sino que habita en ecosistema en el que coexisten sus pares, también aprendiendo. Foros, chats y video chats en tiempo real, entre otras herramientas, permiten a los usuarios hacer del e-learning una experiencia colaborativa.
Por dónde empezar
En su mayoría, los procesos de capacitación comienzan con la formación del personal interno orientado a la comercialización, venta y atención al cliente, ya que es el foco de toda empresa, siendo este tipo de formación la de mayor demanda, a la vez que es más fácil de brindar. La formación en productos y servicios internos, actualizaciones, mejoras, novedades o incorporación de nuevos productos en cartera suelen ser también cursos muy demandados ya que requieren una formación prácticamente permanente. Según los resultados obtenidos, se extienden hacia otras aéreas y hacia el exterior como pueden ser proveedores o distribuidores.
Más cambios
Otra de las modificaciones que tiene la nueva generación de servicios de e-learning es su forma de pago. El caso de Wormhole es una empresa tipo SAAS (software as a service) donde su producto estrella Wormhole Campus se ofrece a las empresas de forma personalizada. Una vez dado de alta el servicio cuenta con soporte las 24 horas y es autogestionable, es decir que quien sea designado administrador podrá crear cursos, asignar profesores y estudiantes o bien configurar la plataforma para que los estudiantes se auto-inscriban.
Por su parte Educativa ofrece un modelo que se basa en brindar un conjunto de soluciones a un costo fijo evitando la variabilidad y haciendo previsible el presupuesto anual de la empresa. Según su visión esto permite que la empresa pueda pensar ampliamente sus procesos formativos, sin limitaciones de costos y no tener que rediscutir el presupuesto con cada nueva acción que surja internamente. “Este punto es muy importante porque las empresas siempre exigen y hoy en día más aún, que sus costos estén dentro de lo presupuestado y que los beneficios obtenidos sean los mayores, y en ese aspecto somos el socio tecnológico ideal para la gerencia porque trabaja y desarrolla el proyecto de manera muy tranquila sabiendo que maximiza la inversión”, apunta Virginia Gaitán, gerente comercial de Educativa.
“Nosotros ofrecemos los tres eslabones en la cadena de valor del e-learning corporativo: contenido (la elaboración pedagógica del contenido para ser consumido en forma online), plataforma y desarrollo. Quizás lo más importante es que no somos solo un proveedor de servicios de capacitación en espacios virtuales sino también socios estratégicos de nuestros clientes. Nos interesa armar un plan de capacitación de acá a cinco años y desarrollar métricas de evaluación junto con el cliente”, explica Javier Diez, de Actívica.