Tres negocios “del campo a la mesa”

    ESTRATEGIA | Empresas

    Por Javier Rodríguez Petersen


    Guillermo García

    “La estrategia de Molinos sigue siendo, como lo fue al inicio, del campo a la mesa”. Ese enunciado simple que funciona como paraguas de tres negocios (la molienda de soja, los alimentos envasados en la Argentina y las exportaciones con marca) es, según Guillermo García, CEO y gerente general de la compañía, parte de lo que le permite a Molinos Río de la Plata seguir destacándose en los rankings empresarios.
    Según García, en ese “del campo a la mesa” está también el secreto con el que compatibilizan dos negocios distintos como la venta a granel y las marcas. “La estrategia ‘doble’ es una decisión de negocios tomada hace años y que, para nosotros, tiene un perfecto sentido. El foco es el mismo: en el negocio de marcas, vamos desde el campo de forma directa al consumidor; en el de granel, a través de la proteína de soja en lo que internacionalmente es reconocido como ‘Feed for food’”, dice y agrega: “El mix que buscamos es el que tenemos un equilibrio entre negocios que se complementan”.
    Con 109 años, 20 plantas industriales, 10 centros de distribución y 5.000 empleados, Molinos facturó el año pasado US$ 2.652,6 millones, de los cuales 819,4 millones correspondieron al negocio de marcas. Del total, 30% lo componen ventas al mercado interno y el resto, exportaciones.
    García dice que, desde el principio, “la compañía tenía la visión de la competitividad del país y de lo que la Argentina tenía y tiene para ofrecerle al mundo”. Y resalta que así como la empresa “nació estableciendo el primer molino y la primera fábrica de aceites de girasol de la Argentina (…) hoy la inversión permanente y la aplicación de últimas tecnologías son herramientas claves”.
    Destaca, por ejemplo, que en su negocio más significativo, el de la molienda de soja, cuenta con “la planta más grande del mundo en una sola unidad”, con capacidad para procesar 22.000 toneladas por día, lo que le permite a Molinos tener aproximadamente 15% de participación en la molienda argentina.
    Aunque la venta a granel se lleva más de dos tercios de la facturación, Molinos es más conocida por sus marcas de alimentos envasados, gracias a las cuales integra el grupo de las cinco mayores empresas de consumo masivo del país. “Participamos en unas 10 ó 12 industrias y en las principales lideramos y abastecemos las preferencias de los consumidores”, dice García. Otra vez, con pocos secretos: “una altísima integración vertical” y la búsqueda de liderar no solo en marcas sino, también, en escalas y altos niveles de productividad, algo que “implica un desafío intelectual de trabajo diario y creatividad permanente”.
    El tercer negocio es globalizar productos. “Los autos son alemanes, los perfumes franceses, y la pasta italiana”, sentencia el CEO y cuenta: “Entonces compramos una empresa de pastas en Italia, una planta pequeña y con una marca relativamente pequeña y premium, que es Delverde, que vamos a intentar que sea nuestra marca global de pastas en Italia y potencialmente desde la Argentina”. También tienen una producción regional de aceites de oliva y le ponen fichas a una bodega centrada en el Malbec. A escala global, el foco y el esfuerzo se los llevan Estados Unidos y Brasil.
    Además del trabajo por la productividad y la creatividad, uno de los desafíos/objetivos que menciona García es el de tener “visión de futuro” para anticipar “qué negocios tienen potencial” y saber “adaptarse a escenarios cambiantes”. Como ejemplos cita “el rol protagónico que alcanzó el país en materia de biocombustibles” o el hecho de que hoy los consumidores “ya no aceptan esa dualidad entre sabor y salud” y pretenden “salud, nutrición, sabor, eficiencia, precio competitivo, marca y comunicación”. “De eso se trata la competencia y la innovación. Y en esta línea va también la idea de integrar el tema medioambiental”, resalta el gerente.
    ¿Cuáles son las expectativas y los desafíos por delante? “Creemos que, en las próximas décadas, la posibilidad de ofrecer alimentos a escala mundial en forma competitiva va a ser clave, y Molinos está continuamente trabajando para estar acorde a esa oportunidad de participar como un proveedor confiable al mundo. Creemos que el lugar de la Argentina es el de la agroindustria y su agregación de valor. Y somos una empresa de alimentos sustentada sobre el valor agregado del campo”.