Su objetivo no es reemplazar a los tradicionales, sino complementar y cubrir la demanda hoy insatisfecha debido a la alta demanda del sistema sanitario.
Frente a la crisis sanitaria que afecta a todo el mundo como consecuencia de la pandemia por covid-19, la identificación de personas portadoras del virus es una de las medidas más importantes para tratar desarrollar las estrategias correctas para hacer frente a la enfermedad y frenar los contagios.
Los test denominados PCR son los que permiten identificar componentes genéticos del patógeno en cada persona e identificar si es o no portadora. Para realizar esta prueba, se extrae una muestra de componentes a través de vía nasofaríngea mediante un hisopo. La gran demanda actual ha hecho que estos hisopos, como también sucede con los barbijos, los guantes y los camisolines, estén en falta en muchos países del mundo.
Para hacer frente a esta necesidad, Altana 3D, empresa dedicada a la impresión 3D para la salud y la medicina, trabaja en el desarrollo de hisopos impresos en 3D.
A diferencia de los tradicionales, estos hisopos están fabricados con manufactura aditiva. “Dentro del abanico de materiales usados en la impresión 3D, podemos encontrar materiales que son biocompatibles que están certificados a nivel internacional y son perfectamente esterilizables con luz ultravioleta”, explica Lucas Baronzini, Gerente General de Altana.
Estos hisopos son una opción a los tradicionales para tratar de combatir el coronavirus. Entre sus ventajas figura su rápida disponibilidad: se pueden producir hasta 650 por día con una única impresora 3D. Además, esta tecnología puede contribuir a reducir significativamente la dependencia de importación del país de este tipo de material, así como estimular la creación de tejido industrial local.
El modelo de estos hisopos ha sido desarrollado por el Hospital Virtual de Valdecilla, España, donde también se ha trabajado en otras soluciones para hacer frente a la pandemia.
En Argentina, Altana tiene la capacidad técnica y recursos disponibles para poder fabricarlos. “Comenzamos con pruebas preliminares con materiales alternativos y capacidad productiva”, comenta Baronzini. “Contamos con tres máquinas lo que nos permitirá producir un total de 1800 hisopos por día aproximadamente”.
Por último, para poder salir al mercado, se deberá primero asegurar toda la cadena productiva, desde la impresión hasta la entrega, que debe ser estéril. “Todo esto requiere certificación de ANMAT para poder operar”, destaca.