Randstad, líder global en servicios de Recursos Humanos, presentó nuevos datos de la última edición del Randstad Employer Brand Research, realizado con base en la opinión de más de 163.000 participantes en 31 mercados del mundo. El informe, en el que participaron más de 4.700 argentinos de distintos puntos del país, revela que el 84% de los trabajadores argentinos considera fundamental la posibilidad de desarrollo profesional en su trabajo. Y, aunque el crecimiento profesional es considerado importante por todas las personas, resulta especialmente más importante para quienes tienen entre 25 y 34 años (88%) y para las personas con estudios universitarios o superiores (87%). Sin embargo, no se evidencian diferencias entre quienes se desempeñan en posiciones de liderazgo o de línea, ni entre áreas administrativas, comerciales, operativas o de back office.
El estudio de Randstad también analiza esta variable a escala regional. En este sentido, al comparar la relevancia del crecimiento profesional en América Latina y Argentina, los resultados muestran una importancia apenas algo mayor en el resto de los países de la región, marcando una diferencia de 5 puntos porcentuales entre Argentina (84%) y la media de América Latina (89%).
Sobre estos resultados, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, afirmó: “En un contexto en el que se hace cada vez más visible como la velocidad del cambio tecnológico acorta sensiblemente la vida útil de los conocimientos y las habilidades laborales, crece para los trabajadores la relevancia que tiene la formación y la posibilidad de desarrollo profesional, tomando en cuenta que su empleabilidad a futuro depende mucho más de la incorporación de nuevos conocimientos y ya no tanto de los estudios que cursaron en la etapa de formación o los conocimientos adquiridos previamente”.
Reskilling, upskilling y compromiso con el lugar de trabajo
Con el objetivo de profundizar el análisis sobre la importancia del desarrollo de habilidades en la fuerza laboral, los resultados del estudio de Randstad ponen de manifiesto el descalce existente entre cómo los empleados perciben la importancia del upskilling y reskilling y las oportunidades de formación que efectivamente ofrecen sus empleadores.
Al ser consultados puntualmente sobre este tema, el 88% de los trabajadores argentinos considera muy importante que su empleador le ofrezca posibilidades de reskilling y upskilling. Asimismo, la mayor parte de ellos cree que es importante que se les brinde la oportunidad de actualizar y perfeccionar sus conocimientos, independientemente de la edad, el género o el nivel de educación.
Por su parte, solo el 49% de los participantes de la muestra considera que su empleador le ofrece suficientes oportunidades de desarrollo. Ahondando aún más en estos datos, uno de cada dos trabajadores cree que su empleador le ofrece suficientes oportunidades para desarrollarse en su puesto, especialmente esto es sostenido por los participantes más jóvenes, con menos de 24 años (57%).
En el extremo opuesto, solo el 52% de los empleados que consideran realmente importante las oportunidades de upskilling y reskilling, afirman que su empleador las ofrece.
Un factor de atracción
Al consultar a los encuestados si sería más probable que siguieran trabajando para su empleador si pudieran tener oportunidades de upskilling y reskilling dentro de la empresa, el 77% de los trabajadores argentinos afirmó que sería muy probable que permanecieran en su lugar de trabajo si les ofrecieran ese tipo de oportunidades, y esta actitud y buena predisposición es independiente de la edad, el género o el nivel educativo de los consultados.
Al comparar estos datos a escala regional, el informe de Randstad revela que en el resto de Latinoamérica es aún más marcada la posibilidad de permanecer en un empleo en caso de que el empleador ofrezca oportunidades de actualización profesional, cifra que llega al 83%, superando la marca para Argentina en 6 puntos porcentuales.
“No hay trabajo, profesión o tarea laboral que no sufra, en mayor o menor medida, el impacto de la digitalización y la tecnología. Algunas caen en desuso, otras nuevas aparecen y todos los días nuevas habilidades laborales pasan a ser indispensables para realizar cualquier trabajo, mientras que otros conocimientos quedan totalmente obsoletos. En este contexto, estamos viendo que frente al desafío de formar al talento y hacer frente a la obsolescencia programada de las habilidades laborales, las empresas tienen un rol cada vez más activo como formadores, buscando resolver el descalce de habilidades que compromete sus posibilidades de conseguir el talento que necesitan para operar y para crecer”, agregó Andrea Ávila.