Rusia y Turquía, una nueva convergencia en Eurasia

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Los presidentes Abdulla Gül y Dmitri Miedvyédiev han estado visitándose este mes. Sin duda, turcos y rusos tiene mucho que discutir aunque los analistas geopolíticos occidentales no definan a los primeros entre las potencias futuras, por una cuestión de tamaño.

Por cierto, Turqu&iacute;a no es Rusia misma, China, India, Canad&aacute; ni Brasil. Pero para Mosc&uacute; es clave del mismo proceso por el cual el &ldquo;zar&rdquo; Vladimir Putin busca recobrar influencia en la ex Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica. Ese &aacute;mbito abarca, entre otras, las rep&uacute;blicas musulmanas del C&aacute;ucaso y Asia central, tres de las cuales son petroleras y cinco hablan lenguas turcomanas. <br />
A diferencia de Rusia, Turqu&iacute;a viene de una &ldquo;burbuja post otomana&rdquo; de casi noventa a&ntilde;os. Los herederos de Mustaf&aacute; Kemal &ldquo;Atat&uuml;rk&rdquo; (padre de turcos) han esperado el colapso sovi&eacute;tico para ocuparse de pueblos afines en Azerbaidy&aacute;n, Kazajst&aacute;n, T&uuml;rkmenist&aacute;n, Kirghizst&aacute;n y Uzbekist&aacute;n. Pero, ahora, &iquest;Angora y Mosc&uacute; tienen suficientes incentivos para trabajar juntos en Eurasia?<br />
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Vista desde el oeste, o sea desde el Pent&aacute;gono, Rusia parece un estado estrat&eacute;gicamente vulnerable cuyo n&uacute;cleo carece de barreras para invasores. Pero su flanco europeo no convalida esa casi ingenuidad: desde el siglo XIV, polacos, suecos, franceses y alemanes se han estrellado contra la ciudadela moscovita. S&oacute;lo los mongoles, desde el este, y los otomanos, desde los Balcanes, subyugaron u ocuparon partes del imperio ruso. <br />
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Pero existe un problema interno heredado de zares y soviets: las minor&iacute;as &eacute;tnicas, ling&uuml;&iacute;sticas y religiosas. El gobierno central sostiene que alrededor de 80% de sus 170 millones de habitantes son rusos &eacute;tnicos. Esta cifra, empero, comprende gente definida s&oacute;lo por el idioma m&aacute;s frecuente en su vida diaria, el &ldquo;gran ruso&rdquo;. No obstante, los eficaces servicios de inteligencia est&aacute;n organizados teniendo presentes otros rasgos, en particular religiosos y dialectales, en lo que definen como &ldquo;poblaci&oacute;n multi&eacute;tnica&rdquo;.<br />
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En general y salvo Chechenia, las minor&iacute;as &ndash;especialmente isl&aacute;micas- no sufren menor crecimiento vegetativo, como los rusos a partir de 1990. Este factor puede crearle dificultades a Mosc&uacute; y, por ello, los estrategas militares occidentales mentan &ldquo;una bomba de tiempo demogr&aacute;fica&rdquo; y explican que Rusia es potencia ascendente en el corto plazo, pero decl&iacute;nate en el largo. China, Jap&oacute;n e India no piensan lo mismo. <br />
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Sea como fuere, Mosc&uacute; debe crear estados tapones o amigos sobre sus fronteras terrestres, desde Bielorrusia (un t&iacute;tere) hasta la mism&iacute;sima China. Ello implica frenar influencias occidentales y persuadir a sus vecinos de que les conviene mantener armon&iacute;a con Rusia. Las recurrentes crisis con Ucrania, el desmembramiento de Georgia o las presiones sobre las rep&uacute;blicas b&aacute;lticas translucen la necesidad de recobrar espacios al oeste.<br />
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Por otra parte, Rusia goza de una gran ventaja coyuntural: quien debiera garantir la seguridad de algunos vecinos, Estados Unidos, est&aacute; trabado en otros frentes. Sus ej&eacute;rcitos reci&eacute;n comienzan a abandonar Irak, pero rumbo a algo quiz&aacute; peor, una guerra en Afganist&aacute;n-Pakist&aacute;n. Eso explica que, este mes, Barack Obama hiciera un p&uacute;blico gesto de acercamiento a Ir&aacute;n, amigo de Turqu&iacute;a y enemigo de una alianza sunn&iacute;, la de los talib&aacute;n y al-Qa&rsquo;eda.<br />
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<strong>El papel turco</strong><br />
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En varios sentidos, la situaci&oacute;n turca es opuesta. Tras la disoluci&oacute;n del imperio Otomano (1918/22), qued&oacute; reducida a su n&uacute;cleo anat&oacute;lico, virtualmente invulnerable. Rodeada de agua por tres lados, domina el paso del Mediterr&aacute;neo al mar Negro. Por cierto, desde que los turcos selyucidas invadieron el imperio Bizantino (siglo XI), hicieron falta casi cuatro siglos para controlar Anatolia.<br />
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M&aacute;s all&aacute; de las fronteras actuales, ya no quedan amenazas relevantes. Durante la guerra fr&iacute;a, Turqu&iacute;a apel&oacute; a la Organizaci&oacute;n del Tratado Atl&aacute;ntico (OTAN) como escudo ante la URSS, con la cual limitaba en el C&aacute;ucaso y los Balcanes. Desvanecido ese peligro, esas dos &aacute;reas (ex provincias otomanas) retornan a la &oacute;rbita de Angora. <br />
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En lo tocante a los pa&iacute;ses lim&iacute;trofes &aacute;rabes (Siria, Irak), hace rato se han olvidado del dominio otomano hasta el golfo P&eacute;rsico, Yem&eacute;n y T&uacute;nez. La otra potencia local, Ir&aacute;n, es aliada de Siria, pero su car&aacute;cter de metr&oacute;poli shi&rsquo;ita lo aleja de las monarqu&iacute;as sunnitas. En cuanto a Irak, una vez desocupado pueden suceder dos cosas: la mayor&iacute;a shiita controlar&aacute; Bagdad, pero los kurdos seguir&aacute;n en el norte. Enemigos viscerales de turcos y persas habitan una vasta &aacute;rea al sudeste de Anatolia y el &aacute;ngulo noroeste de Ir&aacute;n.<br />
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Mientras tanto OTAN ya no es &uacute;til para Turqu&iacute;a, ni para casi nadie. Con la apertura de mercados en la ex URSS, Angora se encuentra de pronto al frente de cinco rep&uacute;blicas musulmanes de habla turcomana. Esta &ldquo;cartera&rdquo; les permite a los turcos abandonar la obsesi&oacute;n por entrar en la Uni&oacute;n Europea.<br />
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<strong>Competencia</strong><br />
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Hay tres zonas donde se yuxtaponen intereses rusos y turcos. En primer lugar, la licuaci&oacute;n sovi&eacute;tica abre oportunidades econ&oacute;micas, pero pocos pa&iacute;ses han sabido usufructuarlas ni, mucho menos, penetrar Ucrania, Bielorrusia o la propia Rusia. Turqu&iacute;a figura entre ellos.<br />
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Hasta el momento, Angora ha evitado escrupulosamente politizar &uacute;tiles lazos comerciales. En cuanto a Mosc&uacute;, es obvio que le interesa mantener relaciones estrechas con los turcos, algo que nunca ocurri&oacute; entre los imperios ruso y otomano.<br />
En segundo t&eacute;rmino, el fin de la guerra fr&iacute;a abri&oacute; los Balcanes a la influencia turca. Rumania, Bulgaria, Serbia, etc, fueron provincias otomanas, pero no llegaron a la hostilidad de griegos, croatas o armenios respecto de la Sublime Puerta. Por ende sus v&iacute;nculos con Angora se consolidan.<br />
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En cuanto a Rusia, si bien casi todos los pa&iacute;ses balc&aacute;nicos est&aacute;n en la UE, varios deben a los zares su mera existencia, impuesta a los otomanos en los siglos XVIII y XIX. Ergo, la influencia rusa sigui&oacute; siendo grande entre los eslavos meridionales, a punto tal que, tras la Segunda guerra mundial, casi todos pasaron a ser sat&eacute;lites sovi&eacute;ticos. No por casualidad, Yugoslavia escap&oacute; a esa &oacute;rbita, pues eslovenos, croatas, d&aacute;lmatas y montegrinos no miraban hacia Mosc&uacute;. <br />
El tercer escenario de la competencia entre Rusia y Turqu&iacute;a es energ&iacute;a y combustibles. Especialmente al cristalizar, estos d&iacute;as, un eje Mosc&uacute;- Berl&iacute;n-Angora, apoyado en hidrocarburos, que recuerda la antigua alianza entre los imperios alem&aacute;n y otomano, cuando el primero era aliado de los rusos y adversario de los brit&aacute;nicos (1878/1918). Otro cruce: en 1907, durante una crisis burs&aacute;til mundial, Mosc&uacute; y Londres se repart&iacute;an Ir&aacute;n en dos &aacute;reas, pero sin apoyo de los turcos. <br />
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En la actualidad, Rusia es el primer socio comercial de Turqu&iacute;a y eso se debe al componente petrolero de la balanza. Angora depende de Mosc&uacute; para 65% de su gas natural y 40% de sus crudos. Esta relaci&oacute;n suele ser indirectamente afectada cuando hay roces entre Rusia y Ucrania.<br />
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Otra fuente potencial de combustibles para los turcos es, aparte de Azerbaidy&aacute;n, Asia central. Al rev&eacute;s de los Balcanes, ah&iacute; Angora tiene ventajas &eacute;tnicas, ling&uuml;&iacute;sticas y religiosas, en tanto Mosc&uacute; las tiene econ&oacute;micas (heredadas de la URSS). Finalmente, la regi&oacute;n es clave geopol&iacute;tica: quien la controle dispondr&aacute; de las mayores reservas no explotadas de hidrocarburos, am&eacute;n de proyectar su influencia en la Confederaci&oacute;n de Estados Independientes, China, Asia meridional y occidental.

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