jueves, 26 de diciembre de 2024

La escuela no logra quebrar la reproducción de la pobreza

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La desigualdad socioeconómica de los alumnos incide en su capacidad de aprendizaje. 

Así lo destaca el más reciente informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, tomando como base los resultados del Operativo Aprender 2018, mediante el cual se evaluó el nivel de conocimientos de casi 600 mil alumnos del sexto grado primario.

 

Esa es la asistencia a alrededor de 20 mil escuelas en todo el país. “Según la media nacional, sólo el 15% de los alumnos de nivel socioeconómico alto que concurre a escuelas de gestión privada obtuvo en Matemática un desempeño “Básico” o “Por debajo del básico”. Mientras tanto, el 57% de los alumnos pertenecientes a familias de nivel socioeconómico bajo que concurre a escuelas de gestión estatal logró esos rendimientos no satisfactorios”, subraya Alieto Guadagni, director del CEA.

Estas cifras corresponden al promedio de las 24 provincias, pero hay distritos donde esa desigualdad es aún más amplia. Por ejemplo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 53% de los alumnos de nivel socioeconómico bajo que concurre a escuelas de gestión estatal fue evaluado en los niveles “Básico” o “Por debajo del básico”. Mientras que sólo el 9% de los estudiantes de nivel socioeconómico alto que concurre a escuelas de gestión privada quedó en esas categorías.

Como complemento, en las escuelas públicas, el porcentaje de alumnos cuyo nivel de conocimiento no alcanza el estándar satisfactorio duplica al de los colegios privados, siempre de acuerdo con las pruebas de Matemática. Esa diferencia se manifiesta en todas las provincias en mayor o menor medida.

“El Operativo Aprender 2018 demuestra que nuestro sistema escolar enfrenta dos problemas: bajo nivel de conocimientos de los alumnos, y grandes diferencias entre escuelas privadas y estatales, vinculadas con la desigualdad en los niveles socioeconómicos de las familias. Mientras el nivel de conocimientos de los niños y adolescentes dependa del dinero que tengan sus padres, nos alejaremos cada vez más de un país no sólo con justicia social, sino también con un crecimiento económico sostenido. Un buen sistema escolar asegura altos niveles de conocimientos a sus alumnos, pero además apunta a eliminar las desigualdades”, explica Guadagni.

“Nuestra escuela no está quebrando el círculo negativo de la reproducción intergeneracional de la pobreza, ya que el nivel de conocimientos de los alumnos depende esencialmente del nivel socioeconómico de sus padres. Abatir la pobreza y la exclusión social requiere de una educación que vuelva más equitativa la distribución del capital humano. Tenía razón Confucio cuando decía que ‘donde hay buena educación, no hay distinción de clases’. Sin una buena escuela para todos, la justicia social no existe”, completa el especialista.

(*) No se presenta el nivel de conocimiento por no contar con la suficiente cantidad de casos.

Fuente: Elaboración propia en base a Reportes jurisdiccionales Aprender 2018.

 

 

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