<p>Un profundo estudio de Deutsche Bank y el <em>Earth Institute </em>(universidad de Columbia, Nueva York) estima perspectivas y costos que el mundo debe encarar si pretende bloquear el aumento de gases tipo invernadero. Por ejemplo, interrumpir el avance del dióxido –en menor medida, también del monóxido- demanda US$ 2.700 millones de hoy a 2020 y 9.350 millones entre 2021 y 2030.<br />
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Como se observa, el gasto tiende a subir exponencialmente entre 2010 y 2030. Estos números se basan en estimaciones (2007) de la agencia internacional de energía y combustibles (AIEC). No es difícil deducir, entonces, que existen obstáculos financieros y políticos –superiores a los que frustraron el protocolo de Kyoto, 1992- para un acuerdo en la cumbre de Copenhague, convocada por Naciones Unidas, a reunirse en diciembre.<br />
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Los expertos del banco alemán y el EI sostienen que estabilizar emisiones en 2º C sobre fines del siglo XX (segunda revolución industrial) requiere gastos muy superiores a los acumulados hasta 2007/9. Pero eso incluye una ley pro emisiones limpias, trabada “sine die” en el congreso norteamericano por poderosos cabildeos sectoriales (grandes petroleras, automotrices). Ni George W.Bush ni Barack Obama han hecho gran cosa al respecto.<br />
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Tampoco otros dirigentes, por una razón tan humana como socialmente suicida: la mayoría se habrá muerto o jubilado hacia 2020, para no hablar de 2030. Pero dejar que se agudice el efecto invernadero implica resultados como huracanes de intensidad tipo 4 a 5, licuación de hielos polares y consiguiente anegamiento de tierras costeras dos a cinco metros sobre los niveles actuales. <br />
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La inacción política implica que, para 2020, las emisiones hayan agregado 5/7 gigantoneladas de anhídrido carbónico al pico de contaminación tolerable. El estudio conjunto es pesimista, claro, y enumera una serie de países más expuestos en 2014/20. Al frente marchan Italia (riesgo 3) Estados Unidos, Gran Bretaña, Surcorea, Sudáfrica, Rusia, México, Indonesia, India, Canadá, Japón (riesgo 2), Alemania, Francia, China, Brasil y Australia (riesgo 1). <br />
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Frenar el efecto invernadero exige ya US$ 2.700 millones
De ahora a 2020, la densidad de gases contaminantes dióxido, monóxido de carbono- en la atmósfera depende de políticas muy dudosas. Sólo estabilizarla o detenerla en cinco a siete gigatoneladas anuales implica gastos que casi nadie quiere afrontar.