Energía para el futuro

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En la próxima década los mercados energéticos argentinos estarán a la vanguardia de los sectores de la economía real. Vendrán los mercados spot y de futuros, descubriremos nuevas reservas, estaremos definitivamente integrados en el Mercosur y la Argentina del conocimiento nos gratificará con algunas investigaciones en el dominio de la energía nuclear y de las energías renovables.
Por Daniel G. Montamat.

<p>No es f&aacute;cil formular juicios prospectivos: la gente y la tecnolog&iacute;a siempre nos van a sorprender. Sin embargo, creo que en la pr&oacute;xima d&eacute;cada los mercados energ&eacute;ticos argentinos estar&aacute;n a la vanguardia de los sectores de la econom&iacute;a real. Vendr&aacute;n los mercados <i>spot</i> y de futuros, descubriremos nuevas reservas, estaremos definitivamente integrados en el Mercosur y la Argentina del conocimiento nos gratificar&aacute; con algunas investigaciones en el dominio de la energ&iacute;a nuclear y de las energ&iacute;as renovables.</p>
<p>Nuestra abundancia energ&eacute;tica deber&aacute; traducirse en una ventaja competitiva al servicio de la estrategia productiva del pa&iacute;s. Competencia, productividad, nuevos mercados, nuevas tecnolog&iacute;as. Esta es la l&oacute;gica de los mercados din&aacute;micos y competitivos. Nos preocupa la competencia de los mercados energ&eacute;ticos en el corto plazo para poder pensar estrat&eacute;gicamente en los desaf&iacute;os de mediano y largo plazo. A mayor eficiencia de asignaci&oacute;n en el presente, m&aacute;s capacidad de interactuar con una visi&oacute;n estrat&eacute;gica en el futuro.</p>
<p>La competencia influye en los precios y no afecta negativamente la calidad. Por el contrario: el que compite en mercados formales e institucionalizados compite en precios y calidad. La respuesta a la competencia leal, transparente y abierta nunca ha sido la desinversi&oacute;n y la degradaci&oacute;n de los est&aacute;ndares de calidad que, por el contrario, fueron consecuencia de posiciones cristalizadas de mercado, de abusos de protecci&oacute;n y de la existencia de barreras que hacen a los mercados no desafiables.</p>
<p>Para ello es condici&oacute;n necesaria la internacionalizaci&oacute;n de nuestros mercados. Particularmente en el sector de combustibles, la internacionalizaci&oacute;n ser&aacute; completa cuando se consolide un mercado mayorista formal que provea a redes y bocas de expendio independientes de las refinadoras. Cuando ese mercado exista, vamos a dejar de discutir precios de los combustibles locales con relaci&oacute;n a sus referencias internacionales, porque habr&aacute; un precio mayorista de referencia para las operaciones diarias e incluso operaciones de futuro.</p>
<p>La internacionalizaci&oacute;n del mercado local y la presencia de una red de comercializaci&oacute;n mayorista que permita el abastecimiento seguro, transparente y formal de bocas de expendio independientes &shy;estaciones blancas, hipermercados&shy; ya estar&aacute; asegurada en el 2010. Trabajamos en el presente con ese objetivo.</p>
<p>Hoy se realizan relevamientos sobre la log&iacute;stica asociada al comercio de combustibles y se explora, con el sector privado, la factibilidad de obras de infraestructura como almacenamiento portuario de combustibles e instalaci&oacute;n de una terminal en el R&iacute;o de la Plata con acceso abierto a terceros. Se continuar&aacute; preservando el GNC como combustible promocionado por sus ventajas ambientales, y cuando la situaci&oacute;n fiscal lo permita, se reducir&aacute; la brecha entre la imposici&oacute;n a las naftas y el <i>gasoil</i>, para no seguir alentando una demanda deformada de combustibles.</p>
<p>La interrelaci&oacute;n entre el mercado el&eacute;ctrico y el mercado gas&iacute;fero a trav&eacute;s de la tecnolog&iacute;a de los ciclos combinados va a permitir, dentro de las reglas de juego, avanzar en la consolidaci&oacute;n de un mercado <i>spot</i> de gas natural. Las potencialidades de las empresas asentadas en Bolivia de irrumpir como actores en el mercado local, la automatizaci&oacute;n del r&eacute;gimen de exportaciones de gas natural de la Argentina y la mayor flexibilidad en los mecanismos de acceso abierto al transporte y a las redes gas&iacute;feras tambi&eacute;n introducir&aacute;n m&aacute;s competencia en el mercado del gas natural.</p>
<p><b><i>Integraci&oacute;n y actualizaci&oacute;n tecnol&oacute;gica</i></b></p>
<p>La demanda del sistema econ&oacute;mico a los mercados energ&eacute;ticos argentinos para el mediano plazo es la integraci&oacute;n regional. El mercado com&uacute;n de la energ&iacute;a en el Cono Sur obliga a discutir ya con nuestros socios de la regi&oacute;n una agenda de convergencia regulatoria que incluya especificaciones t&eacute;cnicas de productos, interconexiones y acceso abierto a los sistemas regionales para concluir en la conformaci&oacute;n de una canasta de energ&eacute;ticos cuyos precios reflejen los costos econ&oacute;micos. El Mercosur de energ&eacute;ticos no se va a generar espont&aacute;neamente. Es un objetivo estrat&eacute;gico que requiere el trabajo mancomunado de funcionarios y empresarios.</p>
<p>Cuando cumpla su bicentenario, la Argentina estar&aacute; exportando energ&iacute;a a la regi&oacute;n e importando energ&iacute;a de la regi&oacute;n. Tambi&eacute;n exportar&aacute; energ&eacute;ticos a los mercados mundiales (pienso en petr&oacute;leo y productos refinados de petr&oacute;leo as&iacute; como en las posibilidades que se abren al gas natural licuado). Para aprovechar las oportunidades de negocios que seguir&aacute;n abri&eacute;ndose en la regi&oacute;n y en el mundo, hay que intensificar la exploraci&oacute;n y desarrollo de los recursos f&oacute;siles y viabilizar los proyectos que la inversi&oacute;n privada encare en el campo de las energ&iacute;as renovables.</p>
<p>La demanda de largo plazo del sistema econ&oacute;mico a los mercados energ&eacute;ticos de la Argentina es una estrategia de adaptaci&oacute;n a los cambios que impondr&aacute; la revoluci&oacute;n tecnol&oacute;gica en curso. La energ&iacute;a siempre estuvo asociada a las revoluciones productivas en la historia de la humanidad. Cuando la energ&iacute;a animal reforz&oacute; la energ&iacute;a humana se produjo la revoluci&oacute;n agr&iacute;cola. Cuando la energ&iacute;a mec&aacute;nica aport&oacute; autonom&iacute;a y autopropulsi&oacute;n irrumpi&oacute; la revoluci&oacute;n industrial. La energ&iacute;a de la revoluci&oacute;n cibern&eacute;tica va a tener que agregar, a los atributos que ya ofrecieron la energ&iacute;a animal y mec&aacute;nica, la condici&oacute;n de limpieza ambiental. La obsesi&oacute;n no es m&aacute;s la escasez de combustibles f&oacute;siles, sino la contaminaci&oacute;n que producen.</p>
<p>El largo plazo presupone una estrategia. Los problemas de la coyuntura no nos deben distraer del pensamiento estrat&eacute;gico. Si los mercados no funcionan competitivamente y empieza a cuestionarse su eficiencia asignativa podemos quedar atrapados en el peor de los mundos: aquel donde las fallas del mercado tienen como correlato un estado ineficaz y miope. En ese mundo, el Estado cree que el mercado resuelve el rumbo estrat&eacute;gico, y el mercado cree que el Estado decide qui&eacute;n compite.</p>
<p>El largo plazo obliga a plantearnos con qu&eacute; oferta energ&eacute;tica abordaremos las demandas de un planeta compelido a internalizar los costos sociales de la combusti&oacute;n f&oacute;sil. Debemos aprovechar y convertir en ventaja competitiva la generaci&oacute;n y venta de derechos de contaminaci&oacute;n en un mundo en el que los pa&iacute;ses m&aacute;s industrializados ser&aacute;n grandes deudores. Tenemos que asociar la promoci&oacute;n actual de ciertas energ&iacute;as renovables, como la e&oacute;lica, con la econom&iacute;a de proyectos de generaci&oacute;n de hidr&oacute;geno, combustible que en las pr&oacute;ximas d&eacute;cadas puede jaquear el dominio de los refinados petroleros en su basti&oacute;n hasta ahora inexpugnable: el automotor.</p>
<p>A pesar de que en el a&ntilde;o 2010 la oferta de recursos energ&eacute;ticos superar&aacute; c&oacute;modamente la demanda, la dilapidaci&oacute;n de energ&iacute;as provenientes de fuentes no renovables nunca resultar&aacute; gratuita. Con el apoyo de los sectores especializados, el Estado deber&aacute; encarar la tarea fundamental de divulgar en la poblaci&oacute;n una conciencia de uso racional de la energ&iacute;a.</p>
<p><i>Daniel G. Montamat es Secretario de Energ&iacute;a de la Naci&oacute;n.</i></p>

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