<p>El mayor operador de su categoría en el país abonará el importe íntegramente en acciones. e incorporará cinco reactores a su elenco. Apenas uno menos que el complejo de Fukushima.</p>
<p>Incluyendo deudas netas, la transacción será la primera de Exelon superior a los US$ 1.000 millones desde 2002.<br />
Curiosamente, la firma afronta su mayor contracción de ingresos en un decenio, pues en 2012 expiran contratos de alto precio. Por supuesto, los activos de Constellation permitirán a Exelon elevar utilidades, dado que nuevas regulaciones ambientales en carpeta perjudicarán a empresas que operan usinas carboníferas. Así señala Gregory Phelps, de la consultoría Manulife Asset Management.<br />
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Esta adquisición también marca el fin de los once años de John Rowe como director ejecutivo de Exelon. Pero es una decisión que va contra sus colegas, como NRG Energy, que han frenado planes para construir o comprar reactores. La compañía “se ha jugado por un futuro nuclear, en tanto el gobierno vacila” sostiene Mak Bronzo, socios de Security Global Investors, fondo que maneja una cartera de US$ 26.000 millones. Esta adquisición “centrará sus acciones en áreas con serias posibilidades de crecientes márgenes, en tanto la competencia se paraliza”.<br />
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Paul Elsberg, vocero de la empresa, señala que el acuerdo le permitirá diversificarse, en especial en el segmento minorista de servicios, punto fuerte de Constellation. Su propio portavoz, Lawrence McDonnell, prefiere no hacer comentarios, lo cual sugiere disensos internos. <br />
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<p>Volviendo a la transacción, los US$ 2.650 millones en deuda neta incrementan el valor del paquete a 10.200 millones, informa un comunicado reciente. Según datos independientes, los accionistas de Constellation recibirán 0,93 títulos de Exelon por cada uno suyo, tomando como referencia el último precio: US$ 38,59. Ello representa una prima de 16% sobre el promedio de los veinte días de abril.<br />
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A los 65 años, Rowe se jubilará al completarse el trato. Después, la conducción recaerá en al actual director operativo de Exelon, Christopher Crane, y Mavo Shattuck, su contraparte en Constellation, quedará como presidente de junta.<br />
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Por una parte, Exelon espera que la compra reduzca su dependencia relativa de la energía nuclear. Por la otra, analistas especializados como Bronzo subrayan que acentuará su predominio en ese mismo campo y elevará ganancias a medida como se consolide la recuperación económica.<br />
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En general, el negocio –se sabe- tenderá a beneficiarse como resultado de restricciones apoyadas por el presidente Barack Obama en aras de limitar la contaminación del aire. En marzo, la agencia de protección ambiental (EPA en inglés) propuso normas más estrictas para mercurio, arsénico y otros gases ácidos despedidos por usinas carboníferas. De cristalizar, al segmento le costara hasta US$ cien millones cumplirlas. Por el contrario, Exelon sola estará ganando hacia 2015 US$ 800 millones extras debido a esas regulaciones.<br />
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