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En una política nada nueva –invertir en reductos capitalistas los excedentes de regímenes totalitarios o autoritarios-, China ha empleado las divisas originadas en la exportación para juntar las mayores tenencias mundiales de deuda estadounidense titulizada. <br />
No obstante, el imparable déficit fiscal de Washington y sus efectos negativos en la divisa referencial habían puesto en duda la voluntad china de continuar tomándola. Para calmar esos temores, Luo Ping (junta de regulación bancaria) declaró en Nueva York que no se interrumpirán esas compras.<br />
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“Salvo letras del tesoro ¿qué puede uno acumular? ¿Oro? Ya no. Tampoco bonos japoneses ni, mucho menos, británicos”, reflexionó. En el fondo, Ping prolonga una tradición iniciada en la Unión Soviética de los años 20, que combinaba oro con dólares. Más tarde, China –la otra potencia comunista- la emularía: hoy posee más de un billón (un millón de millones) de dólares en títulos.<br />
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Entretanto, Japón, Taiwán y Surcorea (todas, democracias limitadas) hacían lo mismo. Pero China –excepto Hongkong- no es una economía de mercado. Por tanto, aclaraba el funcionario, mantendrá separadas banca comercial y banca de inversión. “Veamos en qué termina la experiencia estadounidense, tras revocar la ley Glass-Steagall y eliminar los distingos entre ambas actividades”.<br />
China no abandonará las letras del tesoro estadounidense
Aunque crea que el dólar volverá a depreciarse ante el euro, Beijing seguirá comprando deuda norteamericana. Los altos funcionarios son pragmáticos. Estiman que, en un mundo de turbulencias, esos papeles son casi la única opción. No sorprende.