<p>El nuevo, heterogéneo bloque es clave de negocios. En lo tocante a rentabilidad, lo será más de ahora a 2015 y después. Al respecto, surgen otros aspectos, tales como tecnologías informáticas, su flujo de alcance planetario o mercados laborales integrados. Ellos y otros surgen como fundamentales en la sexta encuesta anual del instituto global McKinsey sobre tendencias futuras.<br />
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Por supuesto, los principales factores ya son objeto de acción por parte de cada vez más ejecutivos en cada día más empresas. Eso indica la mitad de los sondeados durante las indagaciones. Sin embargo, como en las dos encuestas previas (2008, 2009), no cambia el énfasis en las tendencias, aunque sí los alcances del contexto geoeconómico.<br />
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Sorprende que la crisis sistémica occidental y la recesión resultante no hayan afectado tendencias básicas ni la fe casi inconmovible en la globalización como idea. Sólo va transfiriéndose del corto al largo plazo. Este desplazamiento es consistente con otros estudios de McKinsey en otros planos económicos.<br />
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La transición que vive el contexto globalizador se refleja en (a) cambios en el lenguaje de los cuestionarios y (b) diversificación temática. Por ejemplo, a los aspectos individuales se agregan cinco materias interconexas que subrayan oportunidades y desafíos que la propia integración plantea a quienes desean sacarles réditos en mercados emergentes. En particular cuando se trata de productividad –vía bajos salarios reales-, información, recursos naturales y relación con gobiernos.<br />
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Los sondeos revelan que la economía, es decir lo que de ella perciben los ejecutivos, afronta pronunciados amplios cambios de orientación a medida como va reintegrándose. Por ejemplo, 63% de la muestra estima que el aumento de volatilidad genérica será un rasgo global permanente. Otro 23% espera abruptos niveles de lo mismo, capaces de deteriorar la solidez de varios sectores.<br />
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Por otra parte, ya hay síntomas alarmantes en el núcleo de la “vieja” globalización. En la Unión Europea, Eurozona inclusive, el endeudamiento excesivo –interno y externo- surte efectos muy negativos en los productos brutos internos y regionales.<br />
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Existen asimismo desafíos en el sector privado. La mitad de respuestas son sólo cautamente optimistas en cuanto a ubicar los profesionales adecuados a sus nuevos retos estratégicos. Igualmente, una similar proporción de los ejecutivos consultados manifestó que sus compañías han iniciado acciones para encarar desplazamientos de actividades de países industriales a emergentes.<br />
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Esta investigación de McKinsey en campo se efectuó en marzo. Respondieron 1.415 ejecutivos –niveles de C en adelante- de todo el mundo en una amplia gama de sectores, tipos de firmas y geografías.<br />
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En resumen, los mercados emergentes de vasta población joven tienden a predominar en demanda, consumo y producción. Pero también irán a hacerlo como fuentes de capital, profesionales e innovación. Esto obligará a las empresas a imponerse en esas áreas, aunque su rentabilidad demore hasta cinco años para cristalizar.<br />
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Tocante a modelos de gestión, por ejemplo los ejecutivos de China e India informan hallarse desarrollándolos a mayor ritmo o alcance que sus colegas de otras regiones. Por el contrario, las organizaciones y grupos con sede en Estados Unidos-Canadá muestran la menor proactividad en cuanto a mercados emergentes. Más aún, 20% no tiene ninguna. Con mayor lógica, las empresas grandes que cotizan en bolsa superan a la pequeñas y medianas en acciones concretas. <br />
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Aparecen nuevas variables que replantean la globalización
Básicamente, el impulso transnacionalizador ha pasado de occidente al mundo en desarrollo, debido al aumento de habitantes en mercados emergentes. Así lo perciben ejecutivos de muchas compañías multinacionales, habituados a actuar en ambos contextos, como lo revela una reciente investigación de McKinsey.